Sam Esmail tiene claro que “Mr. Robot” tiene que reconstruirse hacia otro tipo de espectáculo más ágil en el que vuelvan a convivir el alma de David Fincher con un antihéroe neo-noir contemporáneo. No es que la serie de USA Network desee regresar al ‘hype’ de la temporada inaugural tras codificarse autoconscientemente en su segunda entrega. No, el creador de la propuesta, que sigue los pasos de un torturado Elliot Alderson, quiere modelar una ficción que pueda amarse (u odiarse) desde la independencia narrativa (que no la constante formal) de cada una de sus entregas anuales de episodios. “eps3.1_undo.gz”, segundo capítulo de la tercera temporada de “Mr. Robot”, confirma el golpe certero de Esmail por transformar su proposición en una brillante y renovada fuente de ideas con la que añadir más información al season premiere. Nos hallamos ante una declaración de intenciones hacia esa audiencia que pensaba que la ficción de USA Network ya no podría sorprenderle. Tenemos desde una gran dosis de intriga hasta la muerte de un personaje principal sin olvidar la psique de nuestro protagonista y los motivos por los que su existencia carece de sentido. ¿Es su álter ego aquella llama que ha activo su leitmotiv para seguir viviendo? ¿Ha encontrado en la adrenalina su mayor chute de droga para lidiar con su desoladora soledad? “eps3.1_undo.gz” se trata de un episodio que desea integrar muchos conceptos y brilla precisamente por lidiar con numerosos elementos y variadas tramas sin que afecte en absoluto al conjunto ese cúmulo de distintas piezas. Repasemos el capítulo.
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