En la primera secuencia de Hit man, Gary Johnson, un profesor universitario de psicología y filosofía, cita a Nietzsche y anima a sus alumnos a asumir riesgos en la vida y a sacar el máximo provecho de la misma. Les hace ver que su yo es una construcción, un papel que han desempeñado toda su vida y que se deberían abrir a vivir nuevas experiencias. Aunque él, al menos aparentemente, lleve una vida anodina de recién divorciado en compañía de sus gatos Id y Superego, conduzca un Honda Civic y se pase las horas muertas observando pájaros. O eso parece. Porque para completar su sueldo, colabora con la policía de Nueva Orleans prestando apoyo técnico en unas escuchas secretas en las que una persona se hace pasar por un supuesto sicario para conseguir grabaciones incriminatorias en las que ciudadanos con predisposición a contratarlo confirmen sus intenciones de hacerlo. Cuando un día ante la ausencia del falso sicario previsto, deba asumir ese papel, descubrirá que tiene un talento natural para esa profesión. Sus conocimientos de psicología unidos a su capacidad de improvisación y de inventarse, de disfrazarse y de convertirse en otras personas lo llevan a conseguir de forma fácil y natural que sus supuestos futuros contratadores confiesen sus intenciones y pronuncien las frases que los incriminen, lo convierten en un fichaje ideal para ese puesto.

Hit man está inspirada en hechos reales. El guion, coescrito entre Richard Linklater, el director, y Glen Powell, su protagonista, se basa en un artículo publicado hace más de 20 años en el Texas Monthly por Skip Hollandsworth, en el que narraba la historia de la doble vida de un profesor de filosofía y falso sicario al servicio de la policía. Curiosamente el mismo periodista que escribió el artículo en el que se basaron Linklater y él mismo para el guion de Bernie (2011), película con la que Hit man tiene muchos puntos en común. Ambas son comedias negras de tono ligero y ritmo ágil, centradas en un carismático, simpático y atípico personaje masculino con una relación poco convencional con una mujer y ambas constituyen singulares y sorprendentes retratos del sur de los Estados Unidos y su extraña relación con el impulso criminal y el asesinato.

Hit man es un policiaco, pero sobre todo es una comedia romántica, de enredos, de confusión de identidades, ingeniosa y desternillante. Sobre cómo el actuar bajo otra identidad nos hace sentirnos libres y sin ataduras. Sobre cómo el amor, la pasión o el enamoramiento pueden llevarnos a hacer locuras. Con un ritmo endiablado, un ingenio y unos personajes que recuerdan a una versión actualizada de la screwball comedy del Hollywood clásico. En su parte final, Hit man es exagerada, absurda, disparatada, pero Linklater consigue que parezca cercana y creíble. En el filme funciona tanto la acumulación de gags, el montaje con los distintos casos en los que interviene el protagonista en su papel de falso sicario es desternillante, como la sucesiva complicación de su trama con sus líos, entresijos y situaciones disparatadas en un in crescendo ocurrente y divertido en lo que acaba siendo una sorprendente y estimulante transposición del toque Lubitsch al cine actual. Y eso son palabras mayores.

Con una puesta en escena funcional en la que prima la agilidad, la fluidez narrativa y en la que se pone el foco en la química de su pareja protagonista. Glen Powell, al que habíamos visto en Todos queremos algo (Everybody Wants Some!!, 2016) del propio Linklater, Figuras ocultas (Hidden Figures, 2016) o Top Gun: Maverick (2022), se convierte en la sorpresa de la película, en ese papel múltiple de profesor universitario y falso asesino a sueldo, con una vis cómica arrolladora, con capacidad camaleónica para encarnar a un puñado de personajes, o para ser más precisos a un personaje interpretando a su vez a un puñado de personajes, y con el carisma suficiente para llevar el peso de la película sobre sus espaldas. Una interpretación que debería ubicarlo en el radar de los premios de lo mejor del año y permitirle dar el salto a papeles más relevantes. En su función de coguionista, se autorregala un personaje que le permite sacar a relucir un potencial desconocido hasta ahora. A Powell le da la réplica perfecta Adria Arjona, a la que pudimos ver en 2022 en las series Irma Vep de Olivier Assayas o Andor de la saga de Star Wars, en el papel de la atractiva esposa maltratada que se plantea asesinar a su marido y acaba enredada en los embrollos y atrapada por los encantos del supuesto asesino a sueldo que se planteaba contratar, en un papel que también le debería suponer un salto adelante en su carrera. Juntos conforman una pareja atractiva, sexy, apasionada y muy divertida.

Hit man es una película sobre un hombre con dos empleos, con una vida desdoblada, como la carrera del propio Richard Linklater que si bien destaca la popularidad de sus filmes más dramáticos y emotivos como Boyhood (2014) o la trilogía Antes del amanecer (Before Sunrise, 1995), Antes del atardecer (Before Sunset, 2004) y Antes del anochecer (Before Midnight, 2013), también incluye comedias tan destacadas como Escuela de Rock (School of Rock, 2003), la mencionada Bernie (2011), ambas protagonizadas por Jack Black, o desde su último trabajo, revelación en la última edición del Festival de Venecia, Hit Man. Sin duda, uno de los largometrajes del año.