Hablar de Tenerife (Islas canarias), es pensar en sol y playas, pero esta Isla es algo más que eso. Yo lo he podido comprobar en mi último viaje.
Mi mujer llevaba años queriendo visitar estas islas y yo lo fui dilatando porque me gusta más los viajes a otras capitales europeas, pero este año se lo ofrecí como regalo de cumpleaños.
Para compensar el sol y la playa con una estancia también monumental nos alojamos en la capital, Santa Cruz de Tenerife y no fuimos ni al Puerto de la Cruz y menos al sur de la isla, que esta copado por turismo en su mayoría extranjero.
Aterrizamos en el, aeropuerto Tenerife norte y para no gastar taxi y luego alquiler de vehiculo, lo reserve por Internet antes.
Opciones hay muchas pero me salía bien de precio esta web (http://www.top-car-hire.com/) que pertenece a autoreisen. Escogí un coche pequeño pero de gama media, e hice bien, porque luego lo notas en las cuestas, que son muchas y muy empinadas. Tenerife es una isla, en la que su interior es muy vertical. Lógicamente aire acondicionado fundamental. Como referencia en octubre de 2008 nueve días 128 euros.
Como teníamos días suficientes tampoco quise nada más llegar salir corriendo a ver la isla, así que mi mujer se quedo en la piscina del hotel y yo me fui a dar una vuelta a Santa Cruz.
La verdad es una ciudad cómoda para vivir. No es demasiado grande, y el centro es muy paseable, con varias calles peatonales, aunque no es una ciudad digamos monumental. Como sitios de interés tenéis:
El auditorio construido por Calatrava.
Parque García Sanabria. Un remanso de paz lleno de especies arbóreas traídas de America.
La plaza del príncipe. Pequeña pero muy coqueta.
La calle del castillo y alrededores. Llenas de tiendas.
Parlamento Canario. Visitable por lo menos los fines de semana.
La iglesia de San Francisco. Bastante oscura pero de interés.
La plaza de España. Un buen sitio para sentarse en una terraza.
Y por último un par de museos que no visité, pero que ahí están.
A mí me gusta mas pasear y observar tanto a la ciudad como sus gentes y costumbres. Lo que sí quiero comentar, es que la gente tinerfeña es de lo más agradable y siempre de buen carácter.
Santa Cruz tiene un paseo que va recorriendo el litoral muy agradable, lleno de follaje, y aunque ves el mar, tienes por medio todo el puerto de la ciudad que le resta algo de belleza.
Para los amantes de vegetación es otro lugar muy interesante por la variedad de especies, muchas de ellas poco vistas en la península. Solo con eso, te das cuenta que estas en otra parte del planeta, por supuesto muy alejado de la metrópoli. Bueno , con eso y con la temperatura, todos los días no bajaba de 20 ni subía de 28. Realmente es la temperatura perfecta.
Como el segundo día mi mujer quería seguir tostándose yo ya opte por una escapadita corta, y me fui a visitar la península de Anaga, que como dicen los tinerfeños, si la isla se parece a una pata de jamón serrano, esta zona de Anaga, digamos que corresponde a la pezuña de la isla.
Sales en dirección norte y al llegar al pueblo de San Andrés te metes al interior. La carretera es estrecha pero bien asfaltada. Por suerte tiene poca circulación y puedes ir observando el paisaje.
Al principio es la imagen del prototipo canario. Muchos riscos, terreno negruzco, propio de la característica volcánica de la isla. La carretera tiene muchas cirvas y en poco rato te plantas en una altura considerable. Parece que nó, pero como dije antes las carreteras son muy empinadas.
No serán más de 20 Km y llegas a un mirador, llamado el bailadero que tiene unas vistas maravillosas. Os recomiendo que aquí que hay un cruce toméis la carretera que va hacia la misma punta de la isla, hacia Chamorga. La carretera se vuelve mas estrecha pero como hay pocos coches y uno va viendo el paisaje, se hace cómoda. Aquí me quedé impresionado. Es como estar en Galicia. Una abundante vegetación que en algunos momentos cubre toda la carretera. Es todo verde. Quien lo diría, en estas latitudes y todo ese verdor. Había gente haciendo senderismo y con bicicletas. Si vais no os lo perdáis, e ir a verlo.
Después de unos cuantos kilómetros dí media vuelta, pero podéis llegar hasta lo que se llama el roque, pero bueno, tampoco quise alejarme tanto. Volví al Bailadero y tomé la carretea que va hacia las Mercedes. Es más ancha y cómoda. En esta ruta creo que había no menos de 7 miradores. El del pico del Ingles es talvez el más conocido, y si el día está despejado, el teide se ve en todo su esplendor.
Yo cuando lo vi, me recordó la película de encuentros en la tercera fase. Es un volcán majestuoso y aunque lo hubiéramos visto en mil imágenes y reportajes, no os va a defraudar. Es un recorrido para ir parando y mirar toda la belleza de la isla, y ya os digo que la altura es considerable.
A la vuelta paré en Santa Cruz, y acercarme a la oficia del parque nacional del Teide. Me dijeron que si subes en el teleférico hasta arriba, necesitas un permiso especial para llegar al cráter. Solo pueden ir un grupo reducido. Si lo vais a hacer llevar una fotocopia del DNI. La oficina esta al lado de la plaza de España. Preguntar en la oficina de turismo de la misma plaza. A mi me dieron el permiso para dentro de cuatro días, así lo mejor es ir el primer día que lleguéis a la isla.
Por la tarde como teníamos ganas de ver el teide aunque no fuéramos a subir nos acercamos hasta el parque nacional.
La carreta está en buen estado y es cómoda la conducción.
Primero atraviesas un bosque cuajado de pinos, muy cuidado y vigilado continuamente por brigadas antiincendios. Luego se empezó a meter una niebla, que aunque no era espesa tenias que reducir la velocidad. Cuando ya íbamos a dar la vuelta porque no se veía realmente nada, la niebla se disipó y cuando llegános a la indicación de un mirador pudimos contemplar una de las maravillas de esta isla, que es el mar de nubes.
El primero es de visita obligada para apreciar el famoso drago milenario. Existe un recinto donde podéis entrar previo pago, pero desde un mirador que hay enfrente lo veréis igual y gratis. La ciudad tiene un casco histórico minúsculo, una calle que llega al ayuntamiento y nada mas.
Tiene varias carreteras de acceso, aunque la más espectacular es la que sale de La Laguna y pasa por la Esperanza. Primero encontrareis un pinar extenso que según se asciende se va reduciendo en frondosidad hasta llegar a una zona árida mas típica de un paisaje lunar. El mar de nubes que explique anteriormente es de lo más grandioso para admirar si pilláis esos días de nubes bajas. A lo largo de la ascensión encontrareis varios miradores donde apreciar las mejores vistas. La carretera es estrecha pero no demasiado, y el firme es bueno.
Ir sin prisas para poder verlo todo con calma. Cuando se alcanzan los 2.000 mts es cuando se va perdiendo la exuberante vegetación que es chocante encontrarla en una isla que en teoría llueve tan poco. Pero es capaz de captar toda la humedad que viene del atlántico y condensarla. Ya cerca de lo que se llama El Portillo encontrareis una estación astronómica y un poco más allá esta la oficina del Parque. Parar allí y ver la exposición que existe sobre el Parque del Teide. Es un pequeño museo y os echaran una película que dura unos 15 minutos que os dará una idea de cómo se formó la isla y como es el parque. También ahí una oficina de información que tienen unos planos estupendos de todos los miradores y de lo que hay que ver. A partir de aquí cada uno decide el tiempo que le dedicará a cada rincón, mirador o sendero. Hay muchos para hacer y vale la pena recorrer alguno. Además ya veréis que no todo el suelo es el mismo, depende de la erupción que lo originó y por lo tanto su antigüedad no es la misma. Tenéis que ver las diferentes coladas, las diferentes capas de lava, el tipo de rocas, las calderas que surgieron al explotar el volavcan etc. Realmente es muy interesante.
A unos pocos Km del Portillo se encuentra el teleférico. Nosotros el día que fuimos no se podía subir porque estaba lloviendo en la cumbre.
Ya dije antes que había sacado un permiso para llegar hasta el cráter, así que nos quedamos sin la opción de subir y llegar hasta la cima. Pero ya os digo que realmente lo mas bonito es recorrer todo el parque nacional. Hay que tener cuidado con la vestimenta.
A unos 2 km tenéis un par de restaurantes donde se come bastante bien. Nosotros estuvimos en uno con un menú aceptable de 10 euros.
Por el otro lado está también el Parador Nacional con una cafetería con terraza que tiene unas vistas estupendas del Teide. Cerca de aquí esta el mirador con la famosa piedra erosionada que swe llama el roque cinchado ( la que está encima de mi calva) , que sale en todas las postales del teide.
Aquí ya dimos la vuelta porque esa carretera te lleva hasta el acantilado de los Gigantes que íbamos a visitar otro día. Además era ya mucha vuelta y queriamos repasar un poco mas el Parque Nacional. Dimos la media vuelta y paramos donde no lo habíamos hecho a la ida.
Al llegar otra vez al Portillo cogimos la carretera que va hacia la Orotava, así salíamos por otro lado y tendríamos una vista diferente al de la ida. Esta carretea es mas estrecha y no me gustó tanto como la de la Esperanza. Muchas curvas y muy cerradas. Aquí te das cuenta lo importante de alquilar un coche con algo mas de caballaje para hacer la conducción mas relajada .También es verdad que ya llevaba muchos Km ese día y uno se cansa como todos.Empezó a anochecer y encima con la niebla no veía el momento de llegar hasta la Orotava.
Ya de noche decidimos no parar aquí y dejarlo para otro momento. Sí que fuimos hasta El Puerto de la Cruz y dimos una vuelta por su animado paseo marítimo, cenamos en una terracita y al hotel a descansar que el día fue largo.
Luego fuimos a la playa llamada de la arena en Puerto Santiago. A mí esta arena negra, acostumbrado a la de Galicia tan doradas, me alucina.
.