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Maldivas en Navidad. Qué hacer en Dhigurah (I). Nadar con el Tiburón Ballena. Parte 2

Después de 34 horas desde que nos despertamos en nuestra casa de Castellón, tras varias horas de coche, dos largos vuelos, esperas en aeropuertos, y el trayecto en fast boat, llegamos por fin a Dhigurah (que significa long island en idioma local).

Imagen aérea de Dhigurah.

Como ya había adelantado en el artículo anterior, la vida local se concentra en una pequeña área del norte de Dhigurah, así pues, llegamos al puerto de la isla situado en el norte de la misma.
Estas motos están por todos lados en Dhigurah.

Desde el puerto nos trasladaron a nuestro hotel en el vehículo por excelencia de la isla, ya que no existen carreteras asfaltadas, una especie de moto triciclo con espacio detrás para pasajeros o carga.
Nuestra habitación en el Ufá Escape.

Nosotros reservamos directamente en el pequeño hotel Ufá Escape, de tan sólo 5 habitaciones, en régimen de media pensión por unos 50€ por persona y noche en habitación quíntuple.
Ufá Escape. Comida de las Maldivas.

Además de hotel es restaurante, con precios similares al del resto de restaurantes turísticos de la isla, y se comía muy bien, así que os lo recomiendo. La comida en la isla suele ser a base de arroz o tallarines fritos con verdura y carne o atún, o pescado con guarnición principalmente.
Vistas de Dhigurah desde la terraza del Ufá Escape.

Además la mayoría de las noches su dueño cantaba en directo para amenizar las cenas, y lo hacía muy bien acompañado de una guitarra.
Nuestra última cena en el Ufá Escape.

Nosotros escogíamos lo que cenar de la carta y a qué hora cada día en el desayuno, a excepción de la última noche que, a pesar de haber elegido menú, nos obsequiaron por sorpresa con este delicioso pescado a la brasa.
Terraza del Ufá Escape.
La cena o la comida la servían o en el patio con el suelo de arena, palmeras, vegetación que hace las veces de recibidor al hotel, o en la terraza superior que hay arriba de la cocina.

Terraza del Ufá Escape.

Ni que decir que estuvimos muy bien en el Ufá Escape, como en casa, pues tanto trabajadores como el dueño fueron de lo más encantador y amables, por lo que es un lugar que os recomendamos encarecidamente.

Tiburón Ballena. Figura de arena en la playa de Dhigurah.

Como llegamos a eso de las 19:00 hora local, nos dio tiempo a darnos una ducha, cenar, y pasear un poco por la playa cercana, además de para reservar la excursión del día siguiente para nadar con tiburón Ballena.

Tiburón Ballena. Figura de piedras en la playa de Dhigurah.

Dhigurah es famosa por la posibilidad de ver tiburones ballena durante todo el año, y esa fue la principal razón de elegir esta isla para pernoctar, además de la belleza y tranquilidad de la misma.

Costa Sur de Dhigurah.

Después de desayunar nos llevaron al puerto de la isla, donde nos estaban esperando los chicos de Oceanholic Divers para tener una de las experiencias más excitantes, alucinantes, emocionantes, etc de nuestras vidas, de esas que yo llevaba años soñando, nadar con el tiburón ballena, el pez más grande del mundo (pez, que el mamífero más grande es la ballena azul), pero que no os de miedo, no es peligroso para el hombre, ya que se alimenta exclusivamente de plancton y de algas.

Lengua de arena del Sur de Dhigurah.

Resort Lux South Atoll en la isla de Dhidhdhoo.

La excursión la hicimos en una lancha motora donde seríamos unos 15 tripulantes, incluyendo tres chicos del equipo de Oceanholic Drivers y nos dirigimos por fuera del Atolón Ari del Sur hacia Tholhufushi, por lo que tuvimos la oportunidad de pasar frente al resort Lux South Atoll que hay al final de la lengua de arena de Dhigurah, en la isla de Dhidhdhoo.

Mi caca a cara con el Tiburón Ballena en Dhigurah.

No sé cómo lo hicieron pero encontraron un ejemplar de Tiburón Ballena enseguida, así que nos lanzamos al agua sin perder un minuto para disfrutar de la sensación de estar al lado de este bello animal, de hecho la primera vez me vi cara a cara frente al Tiburón Ballena o Whale Shark (Rhincodon typus).

Qué cerquita que lo tenía.

Por poco me atropella.

Ver a semejante belleza nadar hacia mí como si la cosa no fuera con él me llenó de emoción, incluso me saltaron las lágrimas de alegría debajo de la máscara..."no puede ser" pensé y la adrenalina me salpicó cuando, si no me aparto, la cola del gran pez me atropella, si hubiese querido lo hubiera podido tocar, pero no, eso no se hace.

Qué bonito es el Tiburón Ballena.

Un sueño hecho realidad.

El orgullo se apoderó de mí cuando me di cuenta de que mi familia también estaba disfrutando de este momento tan mágico, tan esperado, tan especial.

Nadando con el Tiburón Ballena en Dhigurah, Maldivas.

Esa de ahí es Yolanda...

Cuando el Tiburón Ballena se alejó, volvimos a la embarcación para recorrer unos pocos metros y volver a lanzarnos al agua para disfrutar de la belleza del Whale Shark por segunda vez, pero eso fue todo, con el objetivo de molestar lo menos posible al animal, y ser respetuoso de esa forma con la naturaleza (dentro de lo posible), no se nos permitió una tercera inmersión.

...Y este Izan.

Nadando con el Tiburón Ballena en Dhigurah, Maldivas.

No fue un ejemplar grande, pues los adultos suelen medir unos 12 metros de largo, pero pueden llegar a los 18 metros, y se cree que vive en la Tierra desde hace más de 60 millones de años, pero fue igualmente inolvidable.


Además, según el Programa de Investigación del tiburón Ballena en las Maldivas (MWSRP), una organización benéfica que investiga sobre estos animales, su lento movimiento, su preferencia por las aguas poco profundas y su carácter amistoso con los humanos hacen de esta actividad una experiencia apta para todos y sostenible también para la especie, ya que por el momento no existen pruebas evidentes de que los tiburones se alteren por la presencia humana, pues aquí no se les alimenta para el disfrute de los turistas (y así localizarlos más rápidamente a pesar de alterar su comportamiento).

Practicando snorkel en Dhigurah, Maldivas.

Joel disfrutó mucho del viaje.

Por esa razón nadie te asegura que las vayas a ver, pero en Dhigurah hay un 60-70% de probabilidades de verlas, y es por esta razón, para poder repetir la excursión en caso de no verlas (y no tener que ir y venir otra vez en barco desde otra isla más alejada) por la que escogimos hacer noche aquí.

Qué bien se lo pasó.

Practicando snorkel en Dhigurah, Maldivas.

Tras la emocionante experiencia regresamos, pero antes hicimos otra parada justo frente a la lengua de arena para disfrutar del fondo marino de los alrededores de Dhigurah haciendo snorkel, ya que la vida marina aquí es impresionante.


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