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Los Toros de Guisando

Los Toros de Guisando.

Toros de Guisando

Son manifestaciones artísticas de un pueblo eminentemente ganadero -los vettones- cuyo significado y finalidad están por determinar. Se les atribuye una función mágico-religiosa encaminada a favorecer la fertilidad y protección del ganado, sin descartar su utilización como hitos demarcadores de zonas de pastos. Simbolizan la riqueza de un entorno esencialmente pastoril. 
Probablemente en época romana, los toros, distribuidos  por los pastos, fueron reunidos aquí para formar parte de un monumento conmemorativo, como parece atestiguar la inscripción latina de uno de ellos: LONGINUS PRISCO. CALAETO. PRATI.F.C (Longino lo hizo a su padre Prisco -de la tribu- de los Calaetios).
Este lugar emblemático ha sido testigo del Tratado y Juras de los Toros de Guisando en 1468, el los que Enrique IV proclamó heredera del Reino de Castilla a su hermana Isabel La Católica.

Cartel de la Junta de Castilla y León en el sitio de los Toros de Guisando.

En el termino municipal de El Tiemblo, provincia de Ávila, encontramos este conjunto histórico de los siglo IV y III antes de Cristo, la edad de Hierro de la Península Ibérica.

Estas esculturas en granito fueron levantadas por los vetones, pobladores de la parte occidental de la península, entre los ríos Duero y Tajo, y de origen celta.



Otros rastros arqueológicos de Estos se pueden encontrar en las provincias de Avila y Salamanca, sobre todo los castros de Ulaca, El Raso, Sanchorreja, Las Cogotas o Mesa de Miranda.

Por sus dimensiones e importancia algunos de estos lugares están considerados los primeros centros urbanos prehistóricos de la meseta occidental.



Estas cuatro esculturas de toros o verracos ponen de manifiesto la importancia de la ganadería para el pueblo vetón. Todas ellas forman una línea de norte a sur, mirando hacia el oeste, al Cerro de Guisando, de ahí el nombre que tomaron.

Se tiene constancia que hasta mediados del siglo XVI eran cinco esculturas.



Según algunas interpretaciones, eran esculturas protectoras del ganada, dada la vital importancia de este para este pueblo, aunque otros piensan que tenían una finalidad funerario-religiosa, o simplemente servían para marcar el territorio.

Las dimensiones de estos son de más de dos metros de largo y cerca de metro y medio de alto.

Inscripciones en latín encontradas en uno de los toros.

A lo largo de la historia encontramos diversas referencias de ellos en importantes obras como El Quijote de Miguel de Cervantes o en piezas de Lope de Vega o Federico García Lorca.


Quizás uno de los detalles históricos más importante de estos es la firma del Tratado de los Toros de Guisando a mediados de Septiembre de 1468, cuando el entonces rey de Castilla Enrique IV nombraba a su hermana Isabel como Princesa de Asturias y heredera del trono de Castilla. 

Con el tiempo llegaría a ser Isabel I de Castilla, más conocida como Isabel la Católica. 

Con este acuerdo se pondría fin a la Guerra de Sucesión Castellana que había comenzado en 1464.





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