De vuelta a Mérida hacemos una parada en Almagro (Ciudad Real), para pasar unos días y descubrir esta bonita ciudad. Fue fundada sobre los restos de un castillo árabe poco después de la batalla de Las Navas de Tolosa (1212), siéndole otorgado fuero por la Orden de Calatrava, que hizo de este pueblo la capital administrativa de sus amplios dominios y la residencia de los Maestres. En los siglos XVI y XVII, Almagro alcanza su máximo esplendor, puesto que aquí se asientan ricas familias procedentes de toda Europa atraídas por las ferias y los negocios que podían hacerse a partir de los bienes de la Mesa Maestral que el emperador Carlos V había arrendado a los Fúcares. Estas familias practicaron ampliamente el mecenazgo y se construyeron espléndidas mansiones de aire palaciego, de las que quedan varias espectaculares portadas, merece la pena dar un largo paseo por el pueblo y descubrirlas.

En el siglo XVIII Almagro llega a ser capital de la provincia de La Mancha y, aunque sufre los estragos del terremoto de Lisboa, sigue siendo una ciudad importante y atractiva económica y culturalmente. Los siglos XIX y XX son de decadencia, hasta el “redescubrimiento” del Corral de Comedias, alrededor del cual Almagro se revitaliza, sobre todo desde el punto de vista cultural y turístico. Hoy días son innumerables actividades las que se realizan al año entorno a este lugar.

La Plaza Mayor de Almagro se constituye como el centro administrativo, comercial y social de la ciudad. Los edificios que la forman tienen en la actualidad uso doméstico y comercial. Originariamente los corredores superiores eran de carácter público, pero en la segunda mitad del siglo XIX se procedió a su privatización y acristalamiento. La estructura adintelada de los soportales se compone de ochenta y una columnas toscanas de piedra caliza.

Se desconoce la configuración inicial de la Plaza, ya que el espacio fue profundamente remodelado en el siglo XVI y posteriormente en el siglo XIX. Su origen se remonta al siglo XIII. La fecha de instalación de los soportales destinados al comercio se constata a finales del siglo XV. A partir del siglo XVI se impone una nueva estética, con pórticos de igual dimensión, alineaciones perfectas y alturas idénticas de las edificaciones.

La plaza también tuvo su función como escenario del poder político y religioso, otra de sus funciones fue la de servir como escenario urbano monumental. Hasta 1845 el espacio de la plaza se utilizó para la celebración de corridas de toros.

Visitamos el Corral de Comedias, el único teatro del siglo XVII que conserva su estructura original. Fue construido en 1628 como mesón y casa de comedias. Es pequeño, acogedor, mantiene el escenario, los soportales, la cazuela, el patio con el pozo y la entrada o zaguán, techo de artesonado y entrevigado de madera. Al fondo, se encuentra la escena en dos alturas, típica según la idea de movimiento barroca, con decoración de rosetas y palcos laterales de celosías o ajimeces de madera para clases sociales altas. Frente a la escena está la llamada cazuela, dedicada a las mujeres, con escalera independiente, en origen aislada, y actualmente comunicada con las demás galerías. Detrás de la escena, los camerinos conservan su estructura original. 

En su escena se siguen representando, casi a diario, las obras de los autores clásicos del Siglo de Oro, que encuentran en sus tablas un escenario inmejorable. Hay actividad teatral durante todo el año, la cual se acrecienta en el mes de julio con el Festival Internacional de Teatro Clásico.

Frente al Corral de Comedias, al otro lado de la Plaza Mayor se encuentra el Museo del Encaje, que en sus tres plantas permite admirar piezas únicas de ajuar e indumentaria realizadas con encaje de bolillos y bellas mantillas de blonda de Almagro, una práctica artesanal cuenta con una gran tradición en Almagro Asimismo, el museo cuenta con paneles y audiovisuales para exponer cómo es la técnica del encaje de bolillos. En las calles del centro se encuentran varias tiendas dedicadas al encaje de bolillos.

En un extremo de la Plaza Mayor se encuentra la Iglesia de San Agustín, el Convento y su iglesia fueron fundados, mediante Cédula Real en 1635, tras el legado testamentario de Dª María de Figueroa, por los Agustinos Recoletos. Lo que te llama mucho la atención es que en el interior del templo aparecen frescos realizados al temple que cubren las bóvedas, las cúpulas y parte del crucero. Con ello se crea un ambiente colorista y luminoso cuyo objeto supongo era despertar la atención, enseñar los dogmas de la iglesia y exaltar la devoción de los fieles, pues incluye imágenes decorativas, simbólicas y narrativas. Actualmente es un templo desacralizado, utilizado como una de las principales salas expositivas durante el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro y es considerado como una obra maestra del Barroco en Ciudad Real.