El sábado a las dieciocho horas y veinte Minutos nos subimos al tren que nos llevaría a la casa de campo de unos amigos. Nos habían invitado una semana antes. Por eso pudimos armar el horario de trabajo favorablemente. Trabajamos hasta las seis de la tarde y, una vez terminado el dia laboral, nos dirigimos hacia la estación de trenes que se encuentra a unos cinco minutos caminando. Los dos
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