Hace 2 años, un di de septiembre de 2010 por primera vez me baje en Panamá . El pueblo costero del que me habían contado, me sorprendió por lo moderno que se veía. Una área moderna en costa del este, rascacielos junto a una vía construida sobre terreno ganado al pacífico , la ampliación del canal. Al final del viaje vine a la zona antigua, al Casco. Probablemente fue este paisaje una de las razones de buscar las maletas y decidir arrancar una aventura profesional en el exterior. Tres meses después, llegando ya a trabajar a Sab Miller vino Ale por dos días y volví al Casco. Cenamos en Manolo y en medio de un torrencial aguacero fuimos Diablo Rosso. Ahí nos cruzamos con su amiga Mily y quedo claro que vivir en el casco era una buenísima opción..
Estando en otra ciudad, queríamos tener la oportunidad de caminarla, salir. Cenar, ir a eventos, con la libertad de hacerlo en el barrio, sin la carga de un auto. Así comenzó la búsqueda. La sra del relocation no tenía ni idea de que era eso de vivir en la zona vieja. A quien le contábamos que queríamos mudemos acá nos miraba con cara de locos o de inconscientes. Finalmente gracias a Mily conocimos a Doris y comenzamos a ver opciones en el casco. No sólo es que sí existían, sino que además estaban en frente de plazas, con terrazas, incluso algunos con piscinas con vista a la ciudad nueva. Como caído del cielo apareció el apartamento de JB en frente de la Casa de Rubén blades y con la mejor vista posible. Nos caímos bien y el que no estaba seguro de alquilarlo ahora que se iría de viaje a Asia por un par de años, se decidió y nos lo alquilo.
Así llegamos acá. Acá nos sentamos en en balcón a cenar las cenas de mama y una que otra de papa. Nos tomamos muchas cervezas y unas cintas botellas de vino y champaña con los consejos del abuelo y la dedicación de mama crecieron los helechos y la palmera. Los perritos de los vecinos nos visitaron con frecuencia, nos asomábamos a ver las fiestas de los vecinos de la cuadra (que siempre ponen buen música ), subimos a la terraza con la abuela Esperanza y Freddy e hicimos reuniones con karaoke.
Cada tarde que entraba al casco de l oficina sentía ir se abría una compuerta y entraba a una vacación. Una vacación que ademas de acuerdo a la música que sonara en la radio tenia un matiz diferente. El casco me da una sensación de libertad que han sido el set de rodaje perfecto de los dos últimos años de nuestra vida. Obviamente este era el ambiente perfecto para que creciera la familia.

Seguiremos comiendo helados de gran clement, la creppe de maracuya y caramelo bretón , una cerveza en mojito sin mojito o un mojito en Habana vieja. Una obra o una exposición Diblo Rosso, la casona o el patio. Incluso nos dejarás venir algunas veces a Relic y tantalo.
Lo que sí queremos enseñarte es a que se viajé en cualquier parte, incluso en el barrio donde vivas. Queremos que tengas el ojo y los sentidos abiertos a descubrir el mundo, y el mundo comienza en tu cuadra, que se es feliz peregrinando , disfrutando las cosas sencillas como el sentarse en la grama sin zapatos o frente al mar leyendo acompañado por el ruido de las palmeras movidas por la brisa.

Lo que más disfruto del casco es su diversidad. Ese es un valor que creo que sí todos lo reconocemos podremos tener un mundo mejor. Acá el bien cuidado, Manolo y Joséfina, los del equipo de softball, el gringo de súper gourmet, las muchachas de la pizzería todos somos de la cuadra y nos reconocemos como vecinos.

Ahora vamos a otro set de filmación. Uno con más espacio para que todos los abuelitos, tíos te visiten bastante! Con un parque bien grande para que ir de excursión!