“En aquel mundo de los deseos construido por mi persistencia, la vida es como un tren: Algunas veces corre velozmente entre las llanuras planas como un buen caballo; otras vacila con dificultad y avanza entre imponentes y empinadas montañas, lagos, ríos y mares. Tanto en las situaciones favorables como en las adversas, los dos carriles bajo las ruedas del Tren siempre permanecen en paralelo.