Anjuna, playa, vacas y rusos... Habíamos terminado de negociar el Precio por la habitación, cuando justo reapareció un polaco que se nos intentaba unir, a estropear un poco el esfuerzo. Perteneciente a la tribu del “buen europeo que no se entera”, se puso a hablar sin preguntar nada, y en menos de tres segundos destruyó el arreglo, aumentando en un tercio el precio pactado originalmente.