Hace más de una década vi el lanzamiento del Oasis of the Seas. Entonces fue todo un suceso. Claro que soñé con embarcarme en el tan famoso “Crucero más grande del mundo”. No pudo ser y curiosamente el primer barco de la Clase Oasis que conocí fue el Allure of the Seas pocos años después.

Ha sido hasta ahora, en pleno 2023 que se ha hecho realidad mi anhelo de conocer el Oasis of the Seas. Creanme que fue mejor de lo imaginado.

Comienzo por contarles que hasta ahora, los cruceros más grandes del mundo son los Clase Oasis de Royal Caribbean. El primero, como les he mencionado, fue el Oasis of the Seas. Le siguieron Allure of the Seas, Harmony of the Seas, Symphony of the Seas y Wonder of the Seas. En el 2024 llegará el Utopia of the Seas. Sin embargo, pronto perderán el título, cuando llegue el Icon of the Seas en enero del 2024.

Es enorme, tiene capacidad para 6,300 pasajeros, además de unos 2 mil miembros de la tripulación. Hay de todo: restaurantes, canchas, albercas, toboganes, jacuzzis, teatro, un aqua teatro, pista de hielo, tirolesa, bares, tiendas, casino, simulador de surfing (FlowRider), pista para correr o caminar, muro de escalar, un tobogán en seco que baja por 9 cubiertas (Ultimate Abyss), gimnasio, spa, galería de arte, muchos camarotes y hasta un lindo parque llamado Central Park, con unas 12.000 plantas naturales.

Pese a ser el veterano de la Clase Oasis está en perfectas condiciones gracias a una gran remodelación que tuvo lugar en 2019. Entonces, le agregaron un montón de novedades que están presentes en los cruceros más modernos de la misma clase.

En este 2023, el Oasis of the Seas zarpa desde Miami, Florida. Lo cual es una gran ventaja en tiempo y costo. Los vuelos hacia allá no son tan caros y el tiempo del trayecto es de tan solo 3 horas desde la Ciudad de México.

Siempre se recomienda llegar al menos un día antes. Nosotros decidimos viajar dos días antes para pasear y hacer compras en Miami.

Cabe mencionar que el check in lo hicimos en la app de Royal Caribbean antes de viajar. Seleccionamos como hora de entrada al barco, las 11 de la mañana.

Llegamos puntuales al puerto y la entrada al barco fue muy rápida. Pronto estábamos disfrutando de un gran almuerzo en Windjammer, que es el restaurante con servicio de bufet que está disponible para desayuno comida y cena. Luego, recorrimos el barco, nos instalamos en nuestro camarote y fuimos un ratito al jacuzzi. Finalmente pasamos por un coctel al bar y nos dirigimos a la cubierta 15 poco antes de las 5 de la tarde para ser testigos del momento de la partida.

Luego de eso, tuvimos una gran tarde relajada en el barco y cenamos en unos de los mejores restaurantes en los cruceros de Royal Caribbean, en 150 Central Park. Las noches siguiente tuvimos un par de cenas de espacialidad más: Izumi (cocina japonesa) y Giovanni’s Table (cocina italiana).

Todos los restaurantes de especialidad tienen cargo extra, pero puedes adquirir un paquete de cenas con anticipación y el precio es muy favorable. Te puedo contar que realmente vale mucho la pena, sobre todo 150 Central Park si estás viajando por una celebración en particular.

Una tarde asistimos a un Wine Tastig en el bar Vintages. Es una actividad que tenía ganas de hacer desde hace varios cruceros y por fin se me hizo realidad. Se trata de una degustación guiada que en esta ocasión fue de vinos italianos. Gran oportunidad para convivir con otros viajeros interesados en el tema y sobre todo, para probar nuevos vinos.

La mayoría de las comidas están incluidas en tu crucero. Así que algunas veces optamos por Windjammer y otras más por algo más relajado, como Solarium Bistro, Sorrento’s (pizzería), Loco Fresh o Boardwalk Dog House. Claro que cada mañana pasé por uno de mis grandes favoritos, Cafe Promenade. Adónde voy muy tempranito por café y un rico panecito, o dos. 

El itinerario consideró una parada en Nassau, Bahamas, y otra en CocoCay, la isla privada de Royal Caribbean.

En Nassau hicimos un recorrido por la ciudad, por nuestra cuenta. Saliendo del barco, justo a un par de cuadras está Elizabeth Ave. Por esa calle caminamos hasta llegar a Queen’s Staircase.

Queen’s Staircase es conocida por los locales como los 66 escalones. Se trata de importante atractivo turístico se Nassau. Fue esculpida en roca caliza sólida por esclavos entre 1793 y 1794. Esta escalera fue nombrada más tarde en honor a la reina Victoria.

Subimos y allá arriba visitamos el área histórica de Fort Fincastle, así como la llamada The Water Tower. Luego regresamos por East St. Hasta llegar a Parliament Square. Finalmente hicimos algunas compras en las tiendas cercanas y regresamos al barco.

En CocoCay simplemente caminamos, descansamos y comimos. Es una isla divina con muchas actividades, pero nuestro plan no era de tanta aventura en esta ocasión.

Se trata de barcos tan grandes que el tiempo no alcanza para visitar todo lo que ofrece. Aún así, subimos a la tirolesa, probamos nuestras habilidades en el muro de escalar y el FlowRider. Pasamos algunos pocos ratos en el gym e hicimos caminatas matutinas. Y nos divertimos en grande con los toboganes de agua y el Ultimate Abyss.

Por otra parte, aprovechamos para ver gran parte de los espectáculos que ofrecía. Como es el caso de Cats, una gran puesta en escena montada por Broadway. Así como el magnífico show en el AquaTheater, el divertido show de patinaje sobre hielo y otras puestas en escena.

En fin, fue un gran viaje que disfrutamos al máximo. Pero como nos faltó tanto por hacer, ya estamos pensando en el siguiente crucero.