Al miedo a acudir al dentista se le llama odontofobia, tal y como me comentó mi odontólogo en la clinicasmileme.es, cuando me anime a ir. Y pensaba que era un bocho raro, pero me comentaron que hay multitud de personas que pueden ser reacias a pensar en ir al dentista a para una revisión o para visitarlo cuanto tienen enfermedades de encías o caries.

Los miedos es posible que se basen en una experiencia nacida en la infancia o porque escucharon una serie de desgarradoras historias de otras personas que no tuvieron la mejor experiencia previa yendo al dentista.

Muchas veces es posible superar este tipo de fobia. Es posible hacerlo por cuenta propia, para ello hay que ir buscando asesoramiento de profesionales que estén atentos y usen técnicas para que se reduzca el miedo al tratamiento.

El pensar en hacer una visita al dentista y someterse a procedimientos puede terminar haciendo que suden. Incluso les aumenta en muchos casos el ritmo cardíaco. De igual forma la presión arterial baja. Son unos signos inequívocos de que la ansiedad dental tiene que tomar una serie de medidas para poder remediarlos.

Las razones que hay para superar este miedo

Hay que superar esta ansiedad de tipo dental y cuanto antes se haga mucho mejor. La higiene dental es fundamental. Si se visita al dentista con regularidad, los dientes van a estar sin placa que termina por ser sarro.

El primer síntoma de enfermedad

Pues es la gingivitis y aparece en las encías. El dentista de confianza puede ayuda a que superes tu miedo y recibas el tratamiento necesario. De no ser así, pasa a ser una enfermedad de carácter periodontal de la que es complicado deshacerse y que es posible hacer que los dientes se vayan aflojando.

Todo ello, puede terminar por causar mal aliente, lo que muchas veces supone ostracismo a nivel social. Esto pasa con los dientes cuando están descoloridos y quedan desalineados.

El miedo lo que hace es reducir la confianza en ti y puede hacerte daño a la hora de avanzar profesionalmente.

¿Qué puede hacer uno para el tratamiento del miedo al dentista?

Ser introspectivo

Es necesario mirar hacia dentro. Preguntarse qué nos da miedo. Conocer el miedo es bueno y se debe abordar de una serie de formas:

Pensar en el resultado

Lo más seguro es que sea más positivo que tener solo miedo e ir tolerando algo que te hace daño.

Practicar ejercicios para respirar de manera profunda

El yoga te va a ayudar a conseguir el equilibrio dentro de ti y fuerza mental, lo mismo que la determinación.

Hablar con alguien en quien puedas confiar y explicarle la condición. De esta forma vas a descubrir que solo con hablar del tema se libera algo del estrés y verás de manera más positiva la visita a este profesional de la salud bucocental.

El dentista puede ayudarte a que tengas menos miedo

Hasta antes de que comiences a contarle los problemas que tienes al odontólogo, lo mejor es contarle primero la dentofobia y qué te molesta.

Evitar los alimentos que puedan provocar ansiedad, caso del café o los refrescos que tengan cola antes de acudir al dentista

El dentista te va a implicar algunos procedimientos, el tamaño del dolor, etc.

En el caso de que te hagan un tratamiento de conducto, en vez de utilizar anestésico local, el dentista puede ir tomando una serie de precauciones extras y proporcionar una sedante suave para que te puedas relajar.

El dentista utilizar la inhalación de óxido nitroso mediante una máscara. Una forma de sedación.

Es posible empezar con una limpieza dental sencilla, lo que te dará algo más de seguridad antes de optar por procedimientos más complejos.

En el caso de que no optes por tomar una pastilla con efecto soporífero, se puede optar por respirar profundamente y con los ojos cerrados.

El miedo infantil a ir al dentista

Es cierto que los adultos se pueden esforzar e ir superando la dentofobia, pero con los más pequeños es un caso distinto. Pueden sentirse intimidados o asustados cuando vean a los profesionales de la clínica.

Creemos que es buena idea ir siempre con el dentista, hablará con tu hijo y le hará los respectivos controles, de tal forma que se va a familiarizar y confiar en el dentista.

En el caso de que esto no se haga y si el hijo se enfada, deberás tener paciencia y optar por la persuasión para conseguir que el niño se ponga de acuerdo.

Deseamos que todo esto te sea de utilidad y venzas el miedo de ir al dentista.