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Qué no te salgan carillas

Justamente de eso se trata, de que los tratamientos dentales no te resulten demasiado costosos. Todos sabemos que hacerse acudir a la consulta del dentista, puede hacernos temblar el bolsillo. Según los problemas bucodentales que presentemos, los tratamientos, pueden ser asequibles o verdaderamente caros. Una de las soluciones más demandadas y que pueden ajustarse a prácticamente cualquier bolsillo, son las Carillas dentales. Este tratamiento, con doble función, puesto que mejora la estética de nuestra sonrisa, al tiempo que soluciona posibles problemas funcionales es uno de los que más indican y proponen los odontólogos como Orto Gran Vía 51.

Hacerse un tratamiento de esta categoría, permite al paciente, mejorar su sonrisa y la mordida de una sola vez. Se trata de un método innovador, altamente especializado que, revolucionó el campo de la odontología, aunque algunos, todavía no tengan muy claro de que se trata. En este artículo, vamos a profundizar en todo lo relacionado con este tratamiento, menos invasivo y agresivo y con resultados visibles e inmediatos.

En primer lugar, conocer que son las carillas dentales, no son fundas, ni son coronas, ni son puentes, son unas finas laminas fabricadas en Composite o cerámica, que recubren la cara externa de los dientes. Frecuentemente, son situadas en la cara vestibular de incisivos y caninos, por ser las piezas dentales más visibles y que mayores problemas suelen presentar. Su efecto es inmediato y con una sesión, mejora la sonrisa sustancialmente.

Aunque pueda parecer en gran medida una mera solución estética, las carillas dentales, tienen una doble misión: resuelven posibles problemas funcionales y estéticos de una sola vez. Solucionan de forma inmediata los desperfectos que puedan dañar la superficie de la pieza dental, como fracturas, manchas, colocación o forma de la pieza; al mismo tiempo, proporcionan al paciente una sonrisa sana, acorde con su rostro y de aspecto natural.

La clave, su alto nivel de personalización. Cada una de las láminas se diseña de forma exclusiva para cada paciente, en búsqueda de una adaptación perfecta. Junto a la personalización, la adaptabilidad que ofrece y la excelente capacidad y calidad de los materiales con los que se fabrican. Tanto la porcelana como el composite, permiten imitar el esmalte natural de cada pieza dental proporcionando sonrisas naturales.

Gracias a estas propiedades, las carillas dentales se han convertido en una de las alternativas más populares frente a la tradicional ortodoncia, sobre todo en los casos en los cuales, el paciente, persigue una mejora estética sin tener que recurrir a un tratamiento corrector mas profundo. También son una excelente opción para recuperar la sonrisa tras sufrir una endodoncia que requiere que el paciente, recupere la blancura de sus dientes, sustituyendo las piezas dentales que han sufrido calcificación o se han oscurecido.

Larga vida a las carillas

La popularidad de la que goza este tratamiento odontológico se debe a cuatro aspectos fundamentales: ofrecen una solución natural, rápida y personalizada y, por supuesto se trata de un tratamiento muy duradero.

No obstante, para que se conserven en perfecto estado y durante el mayor tiempo posible, es esencial que la persona que las lleva, tenga cuidados encaminados a evitar posibles problemas. Conviene recordar que, aun presentando altos niveles de resistencia, las carillas no dejan de ser unas finas láminas de porcelana o composite. Algunos profesionales de la odontología, coinciden en que deben ser cuidadas tanto como las propias piezas.

Procurar unos cuidados diarios a las carillas, es la mejor manera de asegurar su durabilidad, aunque cabe señalar que, las propias características de los materiales, ofrecen mayor o menor resistencia. De tal modo, las carillas de composite, tienen una durabilidad máxima de cinco años, en tanto que las de porcelana, son más resistentes y duraderas, llegando a durar entre diez y quince, con unos buenos cuidados.

Las indicaciones que vamos a dar a continuación, son la mejor manera de mantener esas carillas en perfectas condiciones y que no deban ser sustituidas antes de tiempo.

Un punto importante, sobre todo en el caso de las carillas de composite, es la tendencia que tiene el material a teñirse, con el paso del tiempo y debido al consumo de alimentos y bebidas como el café, el vino tino, los refrescos de cola, o el chocolate negro. No hay que eliminar de la dieta estos alimentos y bebidas por tener carillas de composite, pero si conviene restringir su consumo.

El tabaquismo suele ser con frecuencia un de las causas que derivan en de manchas y tinciones en la dentadura. Las carillas de composite, son mayormente afectadas, por lo que los odontólogos aconsejan tener cuidado con este mal hábito y eliminar o reducir su consumo todo lo posible, no solo por la cuestión estética, también por las razones obvias en lo que a salud general respecta.

Si hablamos de alimentos duros o pegajosos, hay que tener presente, en este caso independientemente del material de las carillas, que cualquiera de este tipo de alimentos, supone un peligro para las carillas. Pueden hacer que se despeguen e incluso, se rompan. Frutos secos como garbanzos tostados, turrón duro, zanahorias, hielo… pueden causar daños en las carillas. Los profesionales, avisan de que hay que prestar atención a la propia forma de morder los bocadillos o manzanas, pues el movimiento de palanca que se hace de forma habitual e instintiva, pone en riesgo la integridad de las carillas. Mejor a trozos que a bocados.

Todo tratamiento dental que se precie, va precedido de las siguientes pautas en lo que a rutina de higiene oral respecta: cepillar los dientes tras cada ingesta de alimentos; utilizar el hilo dental después de cada cepillado; hacer enjuagues bucales; hacerse una limpieza profesional anual. Llevar carillas, no minimiza estas acciones tan cotidianas, al contrario, mantener esas pautas es crucial para mantener el buena salud bucal y las propiedades estéticas de las carillas durante mas tiempo.

Las pequeñas manías de las que hacemos gala en muchas ocasiones, aparentemente inofensivas, como morder objetos, tales como bolígrafos o las mismas uñas; pueden dañar en gran medida las carillas. Ojo con este gesto en apariencia inocuo y con utilizar nuestra dentadura como herramienta, para abrir o romper objetos como embalajes o cascaras. Estos hábitos, pueden hacer que la carilla se despegue de la pieza o se fracture en algún punto.

Utilizar una férula de descarga es fundamental para los pacientes que sufren bruxismo, en el caso de tener además, carillas dentales, es todavía mas importante.

Los deportistas deben por igual, utilizar un protector bucal para proteger sus carillas, sobre todo cuando se realizan deportes de contacto como artes marciales, fútbol, baloncesto… Si en condiciones normales, es muy aconsejable utilizar el protector bucal en estas situaciones, cuando se llevan carillas, la necesidad aumenta.

Las carillas de porcelana no requieren de mantenimiento periódico per se, algo que las de composite necesitan. Los odontólogos aconsejan las visitas periódicas y el pulido de las carillas cuando sea oportuno. De este modo, se asegura que el tratamiento, dure el tiempo previsto de cinco años. Estas revisiones serán determinadas por el dentista a razón de cada caso en particular y las necesidades propias de cada paciente.

Algunos problemas que pueden presentar las carillas

No seguir las pautas y recomendaciones del dentista cuando se llevan carillas, puede conllevar la aparición de los siguientes problemas, fácilmente evitables si se siguen las indicaciones. Veamos en qué consisten estas desavenencias:

  • Carillas que se despegan. Ignorar los cuidados relativos a la alimentación y la mordida de objetos, existe un elevado riesgo de que la carilla se despegue y se caiga. La solución a dicho problema dependerá del material del que este hecha. Si se trata de una carilla de porcelana, habrá que enviarla al laboratorio, en tanto que una de composite, posiblemente sea reparada en la propia consulta.
  • Carillas que se rompen. Sucede igual que con las carillas que se despegan, no seguir las recomendaciones puede hacer que las mismas se fracturen. El bruxismo o recibir un golpe fuerte sin llevar la férula o el protector bucal correspondiente, pueden derivar en una rotura.
  • Carilla teñida u oscurecida. Las carillas de porcelana no se tiñen ni cambian de color. Las de composite, sí. Sabiendo esto, debemos tener presente que las carillas no se pueden blanquear, por lo que, de mancharse o teñirse, la solución será cambiarlas por unas nuevas.

Con todo esto, señalar algunas propiedades concretas de cada material. Las carillas de composite, ofrece algunas facilidades respecto a las de porcelana, como la facilidad de colocación, rápida y sencilla. En este caso, se fabrican directamente sobre la pieza dental en la consulta. Son menos duraderas y resistentes y su empleo se recomienda para correcciones leves y pacientes jóvenes. Una de las grandes ventajas, es su precio, siendo sus costes los más competitivos del mercado.

En cuanto a las carillas de porcelana, se trata de una solución mas duradera y de mayor calidad, además de ser altamente personalizables. La clave de esa elevada resistencia, se haya en la porcelana inyectada con la que se confeccionan y el espesor con el que cuentan: entre cero coma tres y un milímetro. Esto permite realizar los cambios sin tener que limar y pulir las piezas. Son poco invasivas y permiten modificar al gusto la posición, la forma, el tamaño, etc.



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