Era el 22 de abril de 1073 cuando Ildebrando Aldobrandeschi se convirtió en Papa con el nombre de Gregorio VII, dando a su ciudad natal, Sovana tal importancia que se convirtió en la sede principal de un vasto condado así como en una importante guarnición fortificada. Hoy el pueblo toscano en la provincia de Grosseto es una fracción del municipio de Sorano y ha mantenido inalterada esa atmósfera medieval que transporta al visitante al pasado, con testimonios históricos que van desde los edificios etruscos hasta las magnificencias papales. El primer núcleo habitado se remonta a la Edad del Bronce, para convertirse en ciudad y obispado etrusco en el siglo VII a. C. antes de presumir de capital del condado de Aldobrandesca. Pasear por su laberinto de callejuelas dominadas por casas y monumentos también significa admirar las hermosas vistas que rodean uno de los pueblos más bellos de Italia. De hecho, nos encontramos en los encantadores paisajes de la Maremma, donde las suaves colinas salpicadas de hileras de cipreses, extensiones de olivos y campos de girasoles actúan como telón de fondo. Fácilmente accesible desde Pitigliano, que está a 7 kilómetros de distancia, Sovana presenta en su entrada las ruinas del imponente Rocca Aldobrandesca del siglo XI, construida sobre un antiguo edificio etrusco y en ruinas en el siglo XVII.
Los restos de la Rocca Aldobrandesca de Sovana / ©iStockphoto
Accediendo al pueblo desde Via del Pretorio se llega a la plaza del mismo nombre, donde se puede ver el pavimento en forma de espiga, parcialmente todavía original. En el centro de la Piazza del Pretorio se encuentra el Palazzo dell’Archivio o Comunale, que data del siglo XII, caracterizado por el gran reloj en la fachada y el pequeño campanario, mientras que a la izquierda está la Iglesia de Santa María. De estilo románico tardío, que conserva en su interior uno de los sagrarios prerrománicos intactos más antiguos de toda la comarca y valiosos frescos. La iglesia comparte muro con el Palazzo Bourbon Del Monte, construido en la primera mitad del siglo XVI, que también incorpora el campanario de la iglesia paleocristiana de San Mamiliano, uno de los edificios más antiguos de Sovana, construido sobre un pre -estructura etrusca existente y transformada hoy en el Museo de San Mamiliano donde se encuentra el famoso tesoro de Sovanaencontrado en 2004 durante la restauración del edificio. Se trata de 498 monedas de oro del siglo V halladas durante la campaña de excavación arqueológica llevada a cabo en el subsuelo de la iglesia, encontradas en un recipiente cerámico colocado bajo los restos de un edificio balneario de época romana que a su vez estaban cubiertos por unos antiguos enterramientos. Renacimiento. Cuenta la leyenda que el tesoro de Sovana coincide con el famoso tesoro del Conde de Montecristo, de la famosa novela de Dumas. En el lado derecho de la plaza encontrarás el Palacio Pretoriano, un edificio del siglo XIII que presenta en su fachada numerosos escudos de los capitanes del pueblo y de los comisarios de Siena que gobernaron Sovana entre los siglos XV y XVII. En el lado norte de la plaza, casi frente al lado occidental del Palacio Pretoriano, se encuentra la Loggia del Capitano, en cuyo piso elevado, en el lado corto, se encuentra un gran escudo de los Medici añadido en 1570 por Cosme I de’ Medici.
Piazza del Pretorio / ©iStockphoto
Tomando Via di Mezzo desde Piazza del Pretorio, después de haber conocido la casa natal del Papa Gregorio VII, nos dirigimos hacia otra arquitectura de notable belleza, el Duomo dedicado a los Santos Pedro y Pablo, la gran catedral construida después del año 1000 sobre otro edificio religioso. , uno de los monumentos románicos más importantes de la Toscana. Para hacer la estructura aún más característica, el portal ricamente decorado está excepcionalmente ubicado en el lado izquierdo. El interior, de tres naves, alberga una cripta que alberga los huesos de San Mamiliano además de estar adornada con motivos escultóricos y una preciosa pila bautismal. Junto a la Catedral se encuentra el Palacio Episcopal, edificio bajomedieval posteriormente renovado, que fue residencia de los obispos de Sovana hasta el traslado de la diócesis a Pitigliano, mientras que hoy alberga la rectoría de la Catedral de Sovana.
Catedral y Palacio Episcopal / ©iStockphoto
Particularmente significativos son los testimonios de la necrópolis de Sovana, un extraordinario patrimonio de obras etruscas inmersas en un sugerente entorno entre la vegetación de la Maremma, compuesta por multitud de tumbas, desde las más sencillas hasta auténticos monumentos excavados en la toba, que datan de la época. entre el siglo VII y el I a.C. C.. Luego están las Vie Cueva de Sovana, antiguos caminos etruscos excavados en el suelo hasta veinticinco metros de profundidad, que conectan antiguos asentamientos y necrópolis en toda la zona entre Sovana, Pitigliano y Sorano. Son lugares particularmente evocadores también porque no existen otros similares en todo el mundo: todos fueron excavados a mano con esfuerzos verdaderamente enormes en su momento, pero su función original sigue siendo un misterio. También hay otro lugar lleno de sugerencias, y se encuentra a lo largo de la carretera provincial que une Sovana con Sorano, a la izquierda, justo antes del cruce hacia Pitigliano: se trata de una gran roca enigmática en forma de mano cerrada, conocida como «La mano de Orlando» ya que cuenta la leyenda que fue creado por el paladín Orlando, sobrino de Carlomagno implicado en el asedio de Sovana que, deteniéndose a rezar cerca de esta roca, la apretó con tal fuerza que dejó impresas en la roca las marcas de su agarre.
Via Cave di Sovana / ©iStockphoto
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