¿Estás buscando relajarte en la naturaleza? Te sugerimos visitar el Parque Nacional de Peneda-Gerês en Portugal.

Creado el 8 de mayo de 1971, el Parque Nacional de Peneda-Gerês goza de un estatus especial. De hecho, él es el El único parque nacional de Portugal. Si el país cuenta con grandes espacios naturales, solo Peneda-Gerês ha logrado conquistar este título honorífico.

Entonces, ¿cómo visitas el Parque Nacional de Peneda-Gerês por primera vez? ¡Aquí, le ofrecemos varias vías para que explore y aproveche al máximo esta escapada a la naturaleza!

El Parque Nacional de Peneda-Gerês en pocas palabras

Situado en el norte de Portugal, a cien kilómetros de Oporto, este espacio de 72.290 hectáreas alberga una increíble variedad de paisajes. Su fauna es impresionante: verás vacas, caballos, cabras montesas, pero también lobos ibéricos en peligro de extinción.

Además, se han construido varios pueblos dentro y alrededor del parque. Remotos, estos últimos aún perpetúan las tradiciones de esta región portuguesa… ¡Una región única por descubrir absolutamente!

1. Descubre el sendero Pedra Bela

¿Qué podría ser más apropiado que una buena caminata para descubrir el Parque Nacional Peneda-Gerês? Si eres buen caminante, este camino de aprox. 4 horas está hecho para ti. Los puntos de partida y llegada se encuentran en el pequeño pueblo de Pedra Bela. Desde aquí comenzarás una maravillosa aventura por los bosques y pastos de Peneda-Gerês. Seguramente te cruzarás con alguna manada de ganado descansando al sol.

El camino luego te lleva a las montañas, un poco más alto. En el camino, pasarás por la cascada de Arado, un punto imprescindible para descubrir en Peneda-Gerês. ¡No dudes en refrescarte antes de continuar tu viaje! Además, seguirás el hermoso río Rio do Camalhao durante parte del camino.

2. Embárcate en una aventura de barranquismo

Si le gustan las emociones, considere hacer barranquismo en el Parque Nacional de Peneda-Gerês. La actividad se desarrolla alrededor de Río Varzela o Río Arado, y te permite admirar la belleza del parque mientras creas maravillosos recuerdos. Así que póngase sus mejores zapatillas y descubra las riquezas de la naturaleza portuguesa.

El barranquismo en Río Varzela ofrece dos rappeles: uno a 40 metros y un segundo para 20 metros. ¡Ambos terminan en el agua! Prueba los toboganes naturales que te llevarán a un lago cristalino.

La sesión que se realiza en Río Arado ofrece más de 10 rappeles, incluido el más alto 47 metros. La actividad también gira en torno a nueve cascadas que multiplican por diez las sensaciones. Finalmente, relájate por unos momentos en una de las piscinas naturales.

No olvides que el barranquismo es una actividad semiacuática que a veces resulta difícil y requiere un buena condición física así como el equipamiento adecuado. Le animamos a escuchar atentamente las recomendaciones de su guía para una sesión tranquila.

3. Navegar por el río del parque haciendo rafting

¡En grupo, el rafting es una actividad náutica imprescindible! Vaya al Río Minho para disfrutar de las aguas rápidas. Este río se encuentra en la parte montañosa de Peneda-Gerês y por lo tanto es ideal para descensos vertiginosos (¡pero divertidos!). En una balsa para 6 personas, descenderás por el río Minho y al mismo tiempo disfrutarás de los magníficos paisajes del parque entre dos remos.

Además, el agua es particularmente limpia y clara. Por lo tanto, el entorno es idílico para pasar tiempo de calidad con la familia o los amigos. Tenga en cuenta que el momento ideal para hacer rafting en el Parque Nacional de Peneda-Gerês es marzo a noviembre. El agua es más cálida y su nivel es más adecuado para el rafting.

4. Descubre Soajo y Lindoso

Estos dos puntos son especialmente populares entre los visitantes. El pueblo de Soajo consta de pequeñas casas pintorescas y una iglesia muy antigua. Todo ello nos transporta a una época pasada, más allá de cualquier modernidad. Descubre las losas de granito erigidas sobre la superficie del terreno: los espigueiros. ¡Algunos tienen más de tres siglos!

Luego diríjase a Lindoso, un segundo pueblo que se encuentra a 17 kilómetros de Soajo. Esta distancia se puede recorrer en coche, en bicicleta, pero también a pie, ya que el camino es muy agradable. Sin embargo, espere varias horas si completa esta ruta en modo senderismo.

Una vez en Lindoso, ve directo al castillo. Este edificio medieval, que data del siglo XVII, cuenta con un rico patrimonio. ¡Realmente jugó un papel importante durante la guerra de independencia con España! Después de visitar el castillo, pasea por este pueblo tan encantador como pintoresco. No dudes en perderte por los callejones y admirar la arquitectura local.

5. Explora el Castelo de Castro Laboreiro y el Santuario

Castillo de Castro Laboreiro

¿Es usted un aficionado a la historia? Entonces no te pierdas el Castelo de Castro Laboreiro. Este edificio del siglo XIII está ubicado en el municipio de Melgaço, en una colina 1.033 metros sobre el nivel del mar, en el corazón de Peneda-Gerês. ¡Incluso es posible que la región alrededor del castillo estuviera habitada desde tiempos prehistóricos!

El Castelo de Castro Laboreiro es de arquitectura románica. Sin embargo, tiene algunas torres góticas y una alcáçova. Este último recuerda los monumentos que se pueden encontrar tanto en Andalucía como en Marruecos (las kasbahs).

Además, el Castelo de Castro Laboreiro está rodeado de naturaleza. Si tienes tiempo, te recomendamos que te quedes varios días para recorrer los senderos de los alrededores.

El Santuario de Nuestra Señora de Peneda

A unos 20 minutos en coche desde el castillo se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Peneda, también una visita obligada en el Parque Nacional de Peneda-Gerês. Este santuario católico se encuentra donde se dice que apareció la Virgen María en el siglo XIII.

¡Hoy, descubra vestigios religiosos como la columna de Saint-Michel y, por supuesto, la iglesia y las capillas!

6. Dar un paseo por Poço Azul

Poço Azul está ubicado en la parte sur del Parque Nacional de Peneda-Gerês, este pequeño sendero de unos 8 kilómetros es ideal para una caminata saludable en el corazón de la naturaleza. ¡La ventaja de Poço Azul es su proximidad al lago!

Por lo tanto, tendrá el placer de seguir a este último durante la mayor parte de la caminata. Traiga un traje de baño para nadar en el agua turquesa.

¡También verás una magnífica cascada en el camino! Es hora de sacar tu cámara para capturar este regalo de la Madre Naturaleza.

7. Admirar la vista desde los «miradouros»

El Parque Nacional de Peneda-Gerês es montañoso. ¡Esto significa que tiene muchos miradores (o torres de vigilancia) sobre el valle!

Puede, por ejemplo, ir a Mirador de Pedra Bela, por donde transcurre el camino mencionado al principio de nuestra guía. Desde allí arriba la vista es impresionante.

El segundo punto de vista que no debe perderse es el Miradouro Rocas. Este último se encuentra en la parte superior de los picos. Si el tiempo está de su lado, podrá ver el valle pero también la extensión de la naturaleza circundante. Finalmente, el tercer panorama a descubrir en Peneda-Gerês es el Mirador de Junceda. ¡Desde allí arriba te sentirás por encima del cielo!

8. Echa un vistazo a las cascadas: desde Portela do Homem, do Arado, Tahití

Si las cascadas te golpean, ¡te servirán en Peneda-Gerês! De hecho, el parque nacional tiene muchas cascadas, una más magnífica que la otra. Incluso si el agua está particularmente fría, puede, en su tiempo libre, sumergir sus pies y refrescarse después de una larga caminata, por ejemplo.

Te recomendamos que eches un vistazo a la famosa cascada. de Portela do Homem, situado al norte de Peneda-Gerês. Allí estarás en el corazón de un área protegida y por lo tanto bastante salvaje. Puede acceder a la cascada a través de un pequeño camino, comenzando desde el estacionamiento, y acercarse a la cascada a través de un pequeño puente.

A unos veinte kilómetros de Portela do Homem se encuentra la cascada hacer Arado, también de visita obligada en el Parque Nacional de Peneda-Gerês. Esta cascada suele ser perfecta para hacer barranquismo, ya que está rodeada de paredes rocosas. También puedes nadar en la piscina.

Finalmente, descubre la cascada. Tahití, también conocido como Verzeas. Este último está ligeramente retranqueado y, por tanto, menos frecuentado por los visitantes. Se accede a través de un puente, donde se puede bajar para refrescarse en la piscina y admirar la vista.

9. Visita el Puente del Diablo

También conocido como «Ponte da Misarela», este vestigio medieval se alimenta de antiguas leyendas y folclore local. Estas últimas medidas 13 metros de largo y está ubicado en el fondo de un cañón en el sur del parque. También le permite cruzar el río Rabagão.

¡Ir al Puente del Diablo es antes de dar un salto en el tiempo! Fue en este puente donde el ejército de Napoleón fue bloqueado a principios del siglo XIX por campesinos portugueses. Además, el mito dice que el mismo diablo habría construido este edificio… Sin embargo, su motivación sigue siendo desconocida. En cualquier caso, ¡la vista es espléndida!

10. Toma la calzada romana

¿Te gustan nuestros saltos en el tiempo? Te proponemos una última: la calzada romana, o Geira Romana. Esta carretera conectaba Portugal con España. Hoy te permite recorrer varios kilómetros en plena naturaleza en el parque de Peneda-Gerês.

La calzada romana está salpicada de hitos muy bien conservados a pesar de su antigüedad. Encontrarás paneles explicativos de su historia y por supuesto te encontrarás con algunas ruinas en tu camino.

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