El Pabellón Dorado, conocido oficialmente como Rokuonji (鹿苑寺), es un magnífico templo zen situado en la ciudad de Kioto. Originalmente llamado Kinkaku-ji (金閣寺), adquirió su nombre actual después de ser revestido de oro en 1397 por el shōgun Ashikaga Yoshimitsu.

A primera vista, parece estar hecho completamente de oro puro, pero en realidad su exterior está recubierto de pan de oro sobre una capa interna de cobre y bronce comunes, detalle que se aprecia al observar las paredes de cerca. Los dos pisos superiores, dorados durante 250 años, sufrieron daños en tres ocasiones debido a tormentas en los años 1455, 1665 y 1767; sin embargo, fueron reparados en cada ocasión.

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Historia del pabellón dorado

El Pabellón Dorado es un templo budista zen construido en 1397 por el Shogun Ashikaga Yoshimitsu. Su apodo era «Yoshimitsu», y le dio el nombre de Kinkaku, que significa «Pabellón de Oro» o «Templo de Oro». Los habitantes de Kioto lo llamaron Ginkaku por su ubicación cercana a la orilla del río. Por eso, algunos lo llaman Ginkaku-ji y otros Kinkaku-ji. Durante una guerra civil a principios del siglo XV, el pabellón dorado se incendió y no fue reconstruido hasta 1959, esta vez cubierto con pan de oro en lugar de estar completamente hecho de oro. Se estima que hay unas 600.000 tejas de oro en su techo, según el Gobierno japonés.

Además del Pabellón Dorado, existe otro templo construido por Yoshimitsu llamado Kinkaku-ji, que todavía se encuentra en pie en Kioto, aunque ya no está cubierto de oro.

El Pabellón de Oro es apenas cuarenta años más joven que otro gran tesoro cultural de Japón: el Genpei Seisuiki, una historia épica sobre dos clanes de samuráis rivales durante el siglo XII, escrita por una dama llamada Fujiwara no Teika.

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Visitando el pabellón dorado de Kioto

Para visitar el Pabellón Dorado de Kioto, se puede acceder a él cualquier día entre las 8 de la mañana y las 5 de la tarde, excepto en días de eventos especiales. Permanece cerrado el primer día de cada mes, así como en Año Nuevo y del 2 al 7 de enero. La tarifa de entrada al templo es de 400 yenes (aproximadamente 3.7 dólares estadounidenses o 3 euros).

Los niños menores de edad tienen entrada gratuita, pero deben ir acompañados de un adulto que pague la tarifa completa. Si no se desea ingresar al pabellón en sí, es posible rodear la parte trasera para admirarlo desde la distancia, lo cual requiere aproximadamente diez minutos de caminata.

Pro tip: Se recomienda comprar las entradas con anticipación en el sitio web oficial.

¿Cuándo fotografiar el pabellón dorado?

El mejor momento para tomar fotografías del Pabellón Dorado es aproximadamente una hora antes del atardecer o al amanecer. En este artículo se pueden encontrar hermosas fotos que muestran los efectos logrados con buenas condiciones de iluminación en estas franjas horarias. Durante el invierno, las horas de observación son más cortas debido a que oscurece temprano en Kioto. En ocasiones, las puertas del Pabellón Dorado cierran una hora antes del atardecer.

Comida, bebida y souvenirs

Dentro del complejo de edificios de Kinkaku-ji, hay una encantadora cafetería donde se puede disfrutar de té o café. También hay tiendas de souvenirs, pero estas se encuentran fuera del complejo de edificios y cierran alrededor de las 5 de la tarde, una hora antes del cierre del Pabellón Dorado. Si se desea tomarse el tiempo y disfrutar de una bebida allí, se recomienda visitarlas justo antes de las 4:30 de la tarde y estar listo para marcharse a las 5 en punto, momento en el que cierran todas las instalaciones, incluyendo los baños.

¿Cómo trasladarse al pabellón dorado?

El acceso al Pabellón Dorado de Kioto es muy conveniente, ya que se encuentra en el centro de la ciudad, a poca distancia de la estación de metro de Nanzenji. Se tarda aproximadamente 10 minutos a pie desde la parada de la estación Keage de la línea Tozai, 15 minutos desde la estación Kiyomizudera de la línea Hankyu, y 20 minutos desde la estación de autobuses de Kioto.

Uso de los aseos

En cuanto a los servicios sanitarios, es importante tener en cuenta que no hay baños disponibles una vez que se ingresa al edificio del pabellón. Sin embargo, hay baños disponibles justo antes de llegar a la entrada del edificio. Después de la visita, si se necesita usar un baño, existen dos opciones: la primera es salir del complejo del templo y girar a la derecha en la carretera exterior, donde se encontrarán baños a unos 600 metros de distancia. La segunda opción es cruzar el puente sobre el río detrás del pabellón, donde hay baños públicos gratuitos si se toma el camino a la izquierda después de ingresar al puente desde Kinkaku-ji.

La cultura que rodea al Pabellón Dorado

El Pabellón Dorado de Kioto es una de las atracciones más emblemáticas de Japón y atrae a miles de visitantes cada año que acuden para admirar su exterior dorado y aprender más sobre la cultura zen.

Este edificio dorado también desempeña un papel en el teatro Kabuki y en el Noh, el teatro tradicional japonés. En estas representaciones, el Pabellón Dorado suele estar pintado o ser de madera en lugar de oro, pero esto varía dependiendo de quién lo utilice y cómo se utilice en la obra.

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Simbolismo del Pabellón Dorado en la cultura samurái

El Pabellón Dorado ha sido utilizado como símbolo por los guerreros samuráis durante siglos. Su imagen solía ser tatuada en la piel antes de entrar en batalla, o se presentaba en pergaminos que se entregaban a los compañeros guerreros o subordinados. El Pabellón Dorado representa la iluminación, el poder, la riqueza, el esplendor y la buena suerte, todas las cualidades que muchos guerreros samuráis buscaban en su vida.

Días de cierre del Pabellón Dorado

Es importante mencionar que las obras de renovación del Kinkaku-ji se llevaron a cabo entre septiembre y diciembre de 2020 y ya han concluido. En este momento, el Pabellón Dorado se encuentra abierto todos los días.

El Pabellón Dorado es un lugar impresionante y representativo de la cultura clásica japonesa. Su historia y arquitectura son únicas y fascinantes. Si estás planeando un viaje a Kioto, asegúrate de incluir el Pabellón Dorado en tu itinerario. ¡No te arrepentirás!