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Praça Forte de Castro Marim

Castillo

La “Praça-forte de Castro Marim” está formada por una serie de estructuras defensivas ubicadas en la parroquia y municipio de Castro Marim, en el distrito de Faro, en Portugal. Se trata del Castillo también llamado "Castelo Velho", la Muralla de Fora, el Forte São Sebastião, el Revellím de Santo António y una Batería ya desaparecida. En nuestro caso visitamos el Castillo, el Forte São Sebastião se encontraba cerrado en esos momentos.

Se trata de una Fortificación Raiana, cuya función era la defender el paso del río Guadiana, enfrentado, al otro lado del río, con el bastión de Ayamonte, en España. Desde arriba se tienen una espectaculares vistas  panorámica sobre el río, la Reserva Natural do Sapal, las montañas del Algarve, España, y las salinas.

Las investigaciones arqueológicas indican que la ocupación humana primitiva del Monte do Castelo se remonta a tiempos prehistóricos, al final de la Edad del Bronce. Desde entonces no ha habido interrupción en esta ocupación, siempre ligada a la actividad comercial marítima en el mar Mediterráneo, sucesivamente por navegantes fenicios, griegos (854 a. C.) y cartagineses (finales del siglo IV a. C.) hasta la destrucción de la villa por un fuerte terremoto anterior a la llegada de los romanos.

La muralla defensiva más antigua identificada en el recinto del actual castillo data del siglo VIII a.C., habiéndose ampliado otras estructuras en los siglos siguientes, especialmente entre los siglos V y III a.C. En la época de la invasión romana de la Península Ibérica, el río Guadiana servía de frontera entre las provincias Bética y Lusitania. De aquí partían las transitadas carreteras que unían Baesuris (Castro Marim) con Myrtilis Iulia (Mértola, al norte), con Ossonoba (Faro) y Balsa (Tavira), por la costa (al oeste) y Onoba Aestuaria (Huelva, al el este). Posteriormente, manteniendo su importancia, fue ocupado por vándalos y musulmanes, atribuyendo algunos autores a estos últimos la construcción del primitivo castillo, de planta cuadrada, con torres semicirculares en los vértices, entre los siglos IX y XIII.

Interior del Castillo

En el momento de la Reconquista cristiana de la Península Ibérica, en la década de 1230, la región oriental del Algarve estaba sistemáticamente dominada por las fuerzas de la Orden de Santiago. Sancho II de Portugal llegó a la desembocadura del río Guadiana donde conquistó Mértola y Ayamonte (1238). Siguió la conquista definitiva de Castro Marim, al mando del Maestre de la Orden de Santiago, D. Paio Peres Correia (1242). En 1274, Afonso III de Portugal inicia el poblamiento oficial de Castro Marim, como atestigua la inscripción epigráfica de una de las puertas del antiguo castillo y le concedió un fuero el 8 de julio de 1277, con la determinación de reconstruir su defensa.

Bajo el reinado de Dinis de Portugal se inició la reconstrucción de la puerta del castillo, el soberano confirmó y prorrogó el fuero de la ciudad el 1 de mayo de 1282. Posteriormente, en virtud de la negociación y firma del Tratado de Alcañices, el 12 de septiembre de 1297, Portugal cedió los dominios de Aroche, Ayamonte, Aracena y otros, recibiendo a cambio los de Campo Maior, Olivença y otros en la región, el soberano ordenó el reforzamiento del castillo de Castro Marim (1303) y la construcción de una barbacana. Estas estructuras se conocieron respectivamente como "Castelo Velho" y "Muro de Fora".

Ante la extinción de la Orden de los Templarios, por Bula del Papa Juan XXII, Bula “Ad ea ex quibus cultus augeatur” del 14 de marzo de 1319, Castro Marim fue donado a la recién creó la Orden Militar de Cristo que estableció allí su primer cuartel, ya que tenía "castello muy forte a que a desposiçom do lugar da seer defeso, que he na fronteyra dos dictos enmijgos e parte con eles". (Monumenta Henricina, doc. 62, p. 112).

Livro das Fortalezas. Duarte de Armas. 1509

A partir de 1357, con el traslado de la sede de la Orden a Tomar, bajo el reinado de Pedro I de Portugal, la ciudad pierde importancia estratégica y comienza a despoblarse. Los señoríos de Castro Marim fueron entregados a la Orden de Santiago. En 1475 se derriban castillos del Algarve, citando este por su nombre de Castro Marim. De esta época data la construcción de la Iglesia de Santiago, en el interior de la plaza, con residencia en este castillo del Infante D. Henrique, ya nombrado Maestre de la Orden de Cristo (1417). João I de Portugal expidió una carta a la villa, con vistas a aumentar la población.

Afonso V de Portugal (1438-1481), en una visita a la villa (1453), regula la pesca en el Castillo de Castro Marim. João II de Portugal confirmó su fuero en 1485, al igual que Manuel I de Portugal en 1495. Este último también le concedió el Foral Novo el 20 de agosto de 1504, cuando ordenó la reparación de sus defensas, incluidas las murallas del castillo. Estas obras están registradas por Duarte de Armas en el “Livro das Fortalezas” (1509).

Con el inicio de la expansión marítima portuguesa, la región del Algarve adquirió una nueva importancia estratégica, debido a su proximidad a los mercados del norte de África. Esta plaza cumplía un doble objetivo: apoyo logístico a las plazas africanas y vigilancia ante la acción de los corsarios, activos en la región. En el último cuarto de ese siglo, la villa y su castillo se describían de la siguiente manera:

"Está Castro Marim situado na cabeça de um monte alto, de todas as partes cercado de mar senão de poente, e o sítio &eacPraça-forte de Castro Marimute; bem acomodado ao lugar donde está, que é fronteira de Castela, onde tem por competidora uma grande vila, mas espalhada, chamada Aiamonte (…).

É o mais desta vila cercado com boa fortaleza e o seu arrabalde e tudo junto representa majestade aos que vêm de longe, pelo ligar alteroso, em que está posta, com que mostra seus edifícios, tudo o qual bem considerado, parece que favorecido pela natureza, está ameaçando não só a sua vizinha Aiamonte mas toda a Castela. (…)" (Frei João de São José. Chorographia do Reyno do Algarve. 1577.)

Interior del Castillo

Durante la crisis sucesoria de 1580, cuando se levantó el partido del Prior de Crato, los miembros de la Junta de Defensa del Reino, constituida tras la muerte del cardenal D. Henrique, se retiraron a Castro Marim, de donde se trasladaron a Ayamonte. Allí protegidos, redactaron y firmaron una declaración en la que reconocían los derechos de Felipe II de España al trono de Portugal.

Con la Guerra de la Restauración (1640-1668) la posición limítrofe de Castro Marim recuperó importancia estratégica y su defensa fue remodelada con la construcción de una fortificación abaluartada. Estas obras solo se completaron durante el reinado de Afonso VI de Portugal (1656-1667), complementadas con el Forte de São Sebastião, el Revelim de Santo António y la Batería del Registro.

El tsunami resultante del terremoto del 1 de noviembre de 1755 destruyó parcialmente la ciudad y las fortificaciones de Castro Marim. El mayor daño se registró en la Iglesia de Santiago, completamente arruinada, pasando de la iglesia matriz a la Ermita de Nossa Senhora dos Mártires. Las fortificaciones fueron reparadas por orden de José I de Portugal. A medida que la población fue creciendo, las puertas y la mayor parte de las murallas entre el casco antiguo y la cumbre fueron demolidas para dar paso a nuevas viviendas. Sin embargo, el resto de la fortificación ha sobrevivido intacto.

Forte de São Sebastião

El Castillo de Castro Marim está clasificado como Monumento Nacional por Decreto del 16 de junio de 1910, publicado en la Gaceta del Gobierno n.º 136, del 23 de junio de 1910. El castillo es cedido al Municipio de Castro Marim el 23 de agosto de 1941.

La Dirección General de Edificios y Monumentos Nacionales (DGEMN), entre 1942 y 1960 llevó a cabo obras de consolidación y reconstrucción del castillo, así como adecuación del museo. Nuevas intervenciones de la DGEMN se produjeron entre 1977 y 1979, y entre 1980 y 1983. Entre 2000 y 2003, arqueólogos de la Facultad de Letras de la Universidad Clásica de Lisboa, bajo la dirección de la arqueóloga Ana Maria Arruda, realizaron campañas de excavación arqueológica. En 2004 se realizó una extensa campaña de restauración en el Fuerte de São Sebastião y en el Revelim de São Sebastião, que actualmente se encuentran en buen estado. La Batería de Registro no fue intervenida, encontrándose en precarias condiciones de conservación.

Ejemplo de arquitectura militar, medieval, con ambientación urbana. En una posición dominante sobre una colina, el castillo medieval tiene una planta cuadrangular irregular, con cuatro torreones cilíndricos en los vértices, atravesados por un pasarela, donde se abren dos puertas, una al norte y otra al sur, una de las cuales está rematada por un escudo de piedra y una inscripción epigráfica. Dentro de la plaza principal, hay edificios de dos pisos adyacentes a los muros oeste y norte; en el lado este, las ruinas de la ciudadela primitiva.

Al abrigo de la barbacana, de planta triangular, atravesada por una pasarela, se levantan la Iglesia de São Tiago, la Iglesia de Santa María, la Iglesia de la Misericordia y un museo, con testimonios arqueológicos de la ocupación de la región. En el vértice sur hay una plataforma de artillería, en los vértices este y oeste, dos torreones cuadrangulares, cubiertos por terrazas en las que las puertas se abren en arco de medio punto. Rematando la puerta del torreón oeste, un escudo y una inscripción epigráfica.

Murallas

El proyecto llevado a cabo en el contexto de la Guerra de la Restauración comprendía una moderna línea abaluartada, que se extendía por debajo del castillo medieval, y bordeaba su alzado por el lado sur. Esta línea culminó con un nuevo fuerte, en su punto más alto: el Fuerte de São Sebastião. Este tenía dos medias baluartes mirando al norte y otras dos medias baluartes mirando al sur. Al este del fuerte había un muro más regular con tres baluartes: un baluarte central, con dos medios baluartes a cada lado. Un extenso muro recto iba desde el medio bastión en el este hasta el lado este de la ciudad vieja en el norte. Esta muralla estaba flanqueada al norte por un medio baluarte erigido justo debajo de las murallas medievales de la ciudad. 

El lado este se erigió una batería semicircular en su extremo oriental, que pasó a ser conocida como Revelim de Santo António, debido a la capilla que allí se construyó. Se enfrentó al lado español entre Castro Marim y el río. Estaba conectado a la fortificación principal por un muro que corría a lo largo del lado norte de la cresta. A poca distancia, al este, se encontraba otra batería, la Batería de Registro, a una altura de dos metros sobre el nivel del mar, que custodiaba un canal que conducía al río.

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