Consejos previos al viaje
Melilla es una de las zonas más olvidadas de España por los turistas y de hecho cuando dijimos que íbamos a conocerla, nos decían ¿qué hay que ver allí? Después de visitarla durante tres días podemos asegurar que merece mucho la pena y más si aprovechas los bonos de descuento https://bonosmelilla.es/ que oferta anualmente el Patronato de Turismo y que te cubren el 75% del importe del billete de avión y 40€ por noche del alojamiento. Nosotros los solicitamos online y en un día los teníamos concedidos. Luego te dan un código que tienes que facilitar a alguna de las agencias de viajes autorizadas, que te tramitan todo.
Volamos con Air Nostrum en un avión de hélices, que son los que suelen aterrizan allí porque la pista del aeropuerto es muy corta, al lindar con la valla de la frontera de Marruecos. Estamos acostumbrados a realizar muchos vuelos y reconocemos que el aterrizaje en Melilla no es apto para cardiacos.
Del aeropuerto al centro lo mejor es ir en taxi, que cuesta unos 7€ y se tarda unos 10 min.
Nos alojamos en el hotel Melilla Puerto, que pertenece al grupo Meliá. Es un 4 estrellas recientemente reformado que tiene una ubicación inmejorable. Su desayuno buffet es muy completo. Desde allí se puede ir andando a todos los sitios.
Nosotros dedicamos uno de los días a conocer Melilla La Vieja y el otro a recorrer el barrio modernista. La primera tarde la aprovechamos haciendo una visita teatralizada basada en la vida de Enrique Nieto, arquitecto que marcó el desarrollo de la ciudad con el diseño de los edificios del ensanche modernista.
Melilla La Vieja
La historia de Melilla se remonta al siglo VII a.C. cuando se producen los primeros asentamientos de los fenicios debido a su ubicación en un punto clave en el comercio del mediterráneo.
Después pasaron por allí los romanos, los bizantinos y los árabes, hasta que en 1497 se incorporó a la Corona de Castilla.
A lo largo de todos estos siglos ha sido asediada en numerosas ocasiones y por eso el carácter defensivo del recinto amurallado de su ciudadela, perfectamente conservada.
Comenzamos la visita por la Puerta de la Marina, situada frente al puerto de Melilla. En cuanto atraviesas la muralla te transportas a otra época. De allí subimos a los Aljibes de Las Peñuelas, que era donde se acumulaba el agua que necesitaban los habitantes de la ciudad. En la misma plaza se ubican el Museo de Arqueología e Historia y el Museo Etnográfico, que pudimos visitarlos en una ruta guiada gratuita. Son estupendos para conocer la historia y tradiciones de Melilla y sus gentes a lo largo de los siglos.
Seguimos la ruta bordeando la parte alta de la muralla hasta llegar a su famoso faro, que ofrece unas vistas estupendas de los acantilados que están a sus pies.
Después visitamos el Museo Histórico Militar, no tanto por su contenido, sino por su ubicación. Desde allí se divisa la Ensenada de los Galápagos, que es una pequeña playa bajo las murallas con unas aguas turquesas. El acceso solo está abierto en los meses de verano.
Terminamos la mañana con uno de los lugares que no te puedes perder en Melilla, las Cuevas del Conventico. Es necesario reservar previamente, hay 6 pases al día y la visita es gratuita y guiada. Durante el recorrido se visitan distintas galerías subterráneas que sirvieron de cobijo a la población durante los numerosos ataques que sufrió la ciudad. Además, es la única forma de bajar hasta la preciosa Cala de Trápana.
Del primer recinto amurallado, que es el más importante, salimos por la Puerta de Santiago, precedida por la única capilla gótica que existe en África.
Seguimos avanzando por el segundo y tercer recinto amurallado, entre los baluartes, hasta llegar al Fuerte de la Victoria, donde terminamos el recorrido por la apasionante Melilla La Vieja.
Modernismo en Melilla
Otra de las gratas sorpresas de Melilla es su arquitectura modernista en el conocido como barrio del Ensanche. Se conservan más de 900 edificios modernistas y art decó, convirtiéndola en la segunda ciudad española de este tipo.
La mayoría se encuentran en el conocido como “triángulo de oro” formado por la Avenida Juan Carlos I, la Avenida Reyes Católicos y la calle General Marina.
Nos encantó pasear por estas calles admirando estos edificios que están perfectamente conservados, destacando los siguientes:
- Edificio La Reconquista.
- Palacio de la Asamblea.
- Casa de los Cristales.
- Sinagoga Yamín Benarroch.
- Mezquita Central.
- Cámara de Comercio.
- Casa David Melul.
- Casa Tortosa.
- Edificio del telegrama del Rif.
- Edificio El Acueducto.
Playas de Melilla
Además de las pequeñas playas de la Cala de Trápana y de la Ensenada de Los Galápagos ubicadas en Melilla La Vieja, que desde nuestro punto de vista son las más bonitas, Melilla dispone de un amplio Paseo Marítimo de 2 km de longitud. Está dotado de todos los equipamentos necesarios para disfrutar de un día de playa. A lo largo de su recorrido pasearemos por la Playa de San Lorenzo, la Playa de los Cárabos y la Playa de la Hípica que limita ya con la valla que separa Melilla de Marruecos.
Gastronomía
Otro punto fuerte de Melilla es su gastronomía en la que se aprecia en muchos de sus platos la influencia árabe.
Nosotros recomendamos El Rincón-Casa Sadia con comida típica árabe. Probamos sus pinchos morunos y su delicioso cuscús.
También estuvimos en el bar La Cervecería, con una gran variedad de tapas españolas que puedes disfrutar en su amplia terraza.
Por la tarde, puedes hacer una pausa en una de sus numerosas teterías para probar el té moruno o té de hierbabuena, acompañado de uno de los deliciosos pastelitos árabes. Una de las más conocidas es la Tetería Nazarí.
En resumen, Melilla ha sido un gran descubrimiento para nosotros y te recomendamos visitarla en cualquier época del año.
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