La capital de Suecia, es una Ciudad que bien merece la pena visitar tanto en verano como en invierno. Está situada a unas 3.30 horas de avión de la península y tiene conexiones directas por unos 100 euros. Visitar Estocolmo en familia es un gran plan en cualquier época del año.

¿Qué ver en Estocolmo en familia?

Gamla Stan

Una de las cosas más interesantes allí, es pasear por el casco antiguo, Gamla Stan, que se remonta al siglo XIII. Lleno de callejuelas sugerentes y edificios con fachadas de colores. Merece la pena perderse por allí y aprovechar para comer en cualquiera de sus múltiples restaurantes y cafés. Desde allí, cruzando el puente Riksbron se puede caminar hasta una de las calles más comerciales: Drottninggatan, donde nosotros cada vez que hemos ido hemos hecho parada en una tienda de souvenirs: Nordic Designs Stockholm, en la que tienen artículos con diseños originales hechos a mano, que nos han resultado muy buenos con el paso de los años.

Este año hemos vuelto y sigue teniendo objetos más originales y con mejor diseño que otras tiendas de souvenirs.

Södermalm

Esta vez recorrimos gracias a nuestros amigos, un barrio que no conocíamos. Södermalm, otra de las islas de la ciudad en la que aún se conservan casas tradicionales, algunas de las cuales fueron llevadas a Skansen. Además hay rincones que a muchos les sonarán por ser escenarios de la saga Millenium. También podéis encontrar un mirador con unas vistas impresionantes al Ayuntamiento y Gamla Stan.

Una zona súper recomendable  en la que hay un parque genial para disfrutar con niños. Estocolmo es una ciudad para viajar en familia.

Si algo nos gusta de Estocolmo es la cantidad de parques que hay para los niños. Además están llenos de columpios y casitas para que puedan disfrutar durante horas.

Si viajas con niños no puede faltar la visita al museo al aire libre Skansen situado en la isla de Djurgården en Estocolmo. Agrupa  unas 150 construcciones procedentes de toda Suecia, dando una visión global sobre la vida en este país escandinavo. Además dentro de su superficie de 300.000 m² alberga un zoológico con especies de esa latitud: renos, alces, linces boreales, zorros, focas… en un entorno cuidado y acogedor. Al que hay que dedicar un día, además tiene merenderos para poder llevar comida y si el tiempo lo permite hacer picnic. Es un paraíso para los niños

Ayuntamiento de Estocolmo

Otra parada obligada es el Ayuntamiento, donde cada 10 de diciembre se entregan los famosos Premios Nobel. Entre los meses de mayo a septiembre por unos 5 euros se puede subir a su torre, que ofrece unas magníficas vistas de la ciudad.

Patinar sobre hielo

En invierno se puede practicar el patinaje sobre hielo en distintas plazas y aunque nieva frecuentemente, el ritmo de la ciudad sigue, es más, el blanco parece alargar las pocas horas de luz que hay al día.

Esta última vez hemos tenido la suerte de que nos nevara, y paseamos junto al lago de Hammarbyhöjden. Un bosque cerca de la ciudad en el que hay una pista de esquí y en el que en verano se puede ir a pasear, bañarte en la playa que tiene y hacer picnic.

No está de más contar que no os debéis perder las típicas albóndigas suecas, que como me dijo mi amiga, deben tener alguna sustancia adictiva porque podrías comerte 12, 15…, el salmón también es muy rico. Y si tenéis la oportunidad disfrutad de un fika, un momento para parar tomar un café y gozar del placer de la compañía.