Las galerías comerciales, también llamadas pasajes comerciales, surgieron en el Siglo Xix debido a varias razones. La primera y más obvia se debe al hecho de que fue en ese siglo donde se desarrolló la venta minorista tal y como la conocemos hoy. De hecho, son el precedente de nuestros actuales centros comerciales (que algunos de ellos lleven el nombre de «Galerías» no es nada casual). Y también tuvo mucho que ver el desarrollo de técnicas constructivas, que permitía la apertura de amplísimos espacios en los edificios, muy a menudo cubiertos con estructuras que hasta el siglo XIX no se empleaban: el acero y el vidrio. Todo ello ha dado lugar a auténticas obras maestras que son todo un despliegue de arte. Te mostramos las más bonitas del mundo. Y, si te gustan estos espacios donde pasear, ver cosas (y comprarlas), te aconsejamos nuestro artículo sobre los mejores mercados del mundo.
Galería Vittorio Emanuele II (Milán)
No nos extraña que la más impactante de todas se encuentre en una ciudad que, desde antiguo, se ha caracterizado por su vocación comercial. Esta galería fue construida en el último tercio del siglo XIX y en ella podemos ver las características de buena parte de la arquitectura de la época. Un estilo neobarroco que no rechaza la modernidad, en este caso representada en las cubiertas de vidrio. Confluyen en un gran espacio central cubierto por una cúpula de cristal. La luminosidad y elegancia del conjunto es espectacular. Tanto que hoy esta galería alberga las principales firmas de moda italianas. Algo que que puede estar tan a nuestro alcance como la cúpula de cristal; sin embargo, ¡cómo nos gusta contemplarlas! También es muy interesante exteriormente, sobre todo la majestuosa entrada, inspirada en un arco de triunfo romano.
Galería Umberto I (Nápoles)
Seguimos en Italia, aunque en esta ocasión nos vamos al sur. La Galería de Umberto I fue construida a finales de los años 80 del siglo XIX y respondía a un amplio proyecto de saneamiento de la ciudad. En este caso, se optó por levantar una galería de cuatro brazos que confluyen en un gran espacio central. La idea es muy similar a la de Vittorio Emanuel, sobre todo si tenemos en cuenta que también se previó para su construcción el uso de técnicas y materiales modernos como el vidrio y el hierro. El resultado, como puedes ver, también es impactante. Y, aunque se asemeja mucho a su hermana milanesa, podemos apreciar alguna diferencia, como el gusto por una arquitectura más neorrenacentista e equilibrada.
Galería Sordi (Roma)
Está claro que Italia sintió un cariño especial por las galerías comerciales espectaculares a tenor de las maravillas que todavía hoy podemos disfrutar. En esta ocasión, vamos a una de las más tardías, dado que fue construida a partir de 1911. Inaugurada en 1920, se aprecia una diferencia con respecto a las galerías de Milán y Nápoles. Aquí se opta por cubiertas planas, también de cristal, y por una arquitectura que bebe de la tradición romana. Es decir, una arquitectura mucho más rotunda y con elementos que apuntan directamente a modelos de la Roma Imperial. Algo nada de extrañar dado que nos encontramos en la Ciudad Eterna.
Galerías Reales Saint Hubert (Bruselas)
Construidas a mediados del siglo XIX, pueden haber sido el modelo que siguieron muchas de las más conocidas galerías italianas. Consta de 3 pasajes: la Galería de la Reina, la Galería del Rey y la Galería de los Príncipes. Un total de 200 metros cubiertos por bóvedas de cristal y donde el hierro ya hace su aparición. Por supuesto (estamos en Bruselas) abundan los establecimientos dedicados al chocolate. Aunque también alberga un interesante Museo de las Cartas y los Manuscritos, que atesora cartas y documentos de puño y letra de personalidades tan extraordiniarias como Beethoven, Charles Dickens o Hergé.
Galeria Vivienne
No podíamos dejar de lado París, la ciudad que, en cierto modo, inventó la ciudad del siglo XIX. Esta galería, de hecho, es una de las más antiguas. Inaugurada en 1823 presenta ya las características típicas de la galería comercial. Uso del cristal, eclecticismo arquitectónico y mucha luminosidad. Sin embargo, tampoco vamos a engañarnos, no son tan espectaculares como las anteriores. Sobre todo en cuanto a dimensiones. Sin embargo, vale mucho la pena visitarla porque además en ellas se encuentran multitud de tiendas de moda de lujo y hasta librerías de libros viejos. Además, su pavimento está repleto de mosaicos, por lo que no sabrás dónde mirar: si a las cubiertas de cristal, si a las tiendas a los lados o al propio suelo.
Pasaje de Lodares (Albacete)
España no es un país donde esta tipología arquitectónica triunfara, aunque tenemos ejemplos interesantes como el Pasaje de Murga, en Madrid, el Pasaje de Gutiérrez, en Valladolid, y el Pasaje de Lodares, en Albacete. Buena muestra del poco interés en esta tipología (o de la ausencia de condiciones para facilitar su surgimiento) es la fecha tardía de inauguración de este pasaje: 1925. Con todo, está considerada como una de las calles más bonitas de España. Su arquitectura es de estilo ecléctico con cierto toque modernista y cuenta con la particularidad de que el piso superior se pensó para viviendas. Destaca también que, a diferencia de otras galerías europeas, apuesta por columnas en lugar de por pilares. Sin duda un lugar que contradice la idea, tan injustamente extendida, de que en «Albacete no hay nada que ver».
