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Cómo hidratarse en un viaje sin sufrir diarrea y otros males

Tags: agua

El cuerpo humano se compone en un 60% de Agua, por lo que hidratarse es un aspecto fundamental de la salud. De hecho la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria recomienda beber entre 2 litros y 2 litros y medio al día. Una cantidad que aumenta a un 2,6 litros por día en el caso de las mujeres en lactancia. El problema llega con destinos en los que no tenemos certeza de la calidad del agua o, incluso, de la potabilidad de la misma. Un pequeño error o descuido en este aspecto puede (y no es exageración) llevarnos al hospital. Una manera bastante triste de arruinar unas vacaciones (y eventualmente nuestra propia salud). Si tienes previsto viajar a un «destino de riesgo» en materia de agua y potabilidad, te ofrecemos algunos consejos.

Beber agua embotellada (y evitar beber agua del grifo)

Es uno de los consejos clásicos para viajar por primera vez a la India, por ejemplo. Y es así. En ciudades como Delhi o Mumbai los niveles de contaminación son altísimos, por lo que el agua puede llegar a recoger esa polución. Pero la contaminación también se adhiere al cuerpo, por lo que la manipulación del agua también puede entrañar riesgos. Lo mejor, en este caso, es optar por el agua embotellada de toda la vida. Y este consejo tiene una derivada: no compres nunca agua a un aguador callejero. Un oficio que es habitual, por ejemplo, en los países del Magreb. Abstente: tal vez el local tiene el sistema digestivo acostumbrado, pero si no es tu caso, podría darte muchos problemas. Por cierto, si estás muy concienciado medioambientalmente y el comprar agua embotellada te genera dudas, te aconsejamos nuestro artículo sobre cómo viajar sin residuos.

Mejor abstenerse con las infusiones

A todos nos han enseñado en el colegio que calentar es un buen método para eliminar gérmenes y convertirla en saludable. Hacerlo a 60 grados está comúnmente aceptado, aunque, ¿qué garantía tenemos de que cuando pedimos una infusión el agua ha sido calentada hasta una temperatura segura? En ese caso, como todo en la vida, lo mejor es ser prudente. Sobre todo en los destinos que son famosos por la baja calidad de sus aguas.

No bebas con cubitos de hielo

Otra cosa que nos han enseñado en el colegio es que el agua puede presentarse en estado sólido. El mismo estado en el que está cuando nos sirven una copa, o cualquier otra bebida, con cubitos de hielo. Si el agua del destino no es de gran calidad, podríamos estar ingiriéndola sin darnos cuenta al beber un baso con cubitos de hielo.

Atención con las ensaladas y los alimentos crudos

Está bien, hemos seguido el primer consejo a rajatabla. No hemos bebido agua del grifo y nos hemos provisto de agua mineral embotellada. Pero, ¿qué ocurre si voy a un restaurante y pido una ensalada, fruta o algún otro alimento crudo? Es posible que se hayan lavado con agua en condiciones poco seguras, por lo que el riesgo va a seguir ahí. En el caso de la fruta, siempre está la opción de pelarla, por lo que lo recomendable es pelarla uno mismo para estar seguro de la salubridad del proceso.

Llevar contigo gel hidroalcohólico

A raíz de la pandemia de Covid-19 todos hemos tenido tiempo de familiarizarnos con el gel hidroalcohólico. Si no te fías de la calidad del agua de tu destino, en lugar de lavarte las manos puedes recurrir al gel hidroalcohólico para reducir riesgos.

Tener a mano siempre un colutorio bucal

No es cuestión de ponerse suspicaz hasta la hipocondría, pero la exposición al agua es constante y, si queremos reducir los riesgos al mínimo, hemos de decidir cómo la gestionamos en los momentos más cotidianos. Por ejemplo, al lavarnos los dientes. Si no te convence enjuagarte con el agua del grifo, siempre puedes echar mano a un enjuague bucal desinfectante como los que usamos a menudo en nuestra casa.

No te confíes con los accesos a agua dulce

El agua de los ríos, las fuentes, manantiales y lagos no tiene por qué ser 100% segura. De hecho pueden transportar multitud de gérmenes e incluso contener contaminación química (arsénico, fluoruro, residuos agrícolas o industriales…). Mejor no arriesgarse, aunque no veas el agua especialmente sucia o turbia.

Sé cauto con el método SODIS

Seguramente hayas oído hablar del método SODIS para desactivar patógenos en el agua. Su nombre procede de Solar Disinfection y consiste en embotellar agua en una botella de vidrio transparente y exponerla a radiación solar más de 40 minutos. Es un procedimiento recomendado incluso por la OMS, aunque con ciertas limitaciones. De hecho, la OMS lo recomienda sólo en un ámbito doméstico y especifica que con este método no podremos eliminar el arsénico, el floruro y los eventuales residuos agrícolas o industriales que el agua pueda contener. Además, si el agua es turbia requerirá de un pretratamiento con filtración. En fin, el método SODIS puede tener su efectividad en un contexto y condiciones muy concretas que no tienen por qué ser idénticas a las que puedas encontrarte en un viaje. Por tanto, lo mejor es que sigas los consejos anteriores y no concedas confianza ilimitada a este método.

IMG: iStock; Pixabay


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