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Qué ver y hacer en Plodviv, una de las ciudades históricas de Bulgaria

Bulgaria es un país con un sinfín de atractivos turísticos que, sin embargo, no es del todo conocido. En su día, te comentábamos los atractivos que ver y hacer en Sofía y ya pintaba muy bien. Pero existen ciudades menos populares del país que albergan muchos encantos. En consonancia, por cierto, con la larga historia del país y su condición de cruce de caminos. Iglesias bizantinas, ortodoxas, yacimientos tracios… Todo eso y mucho más te espera en Bulgaria. Y hoy nos vamos a Plovdiv, una de sus ciudades más turísticas que pasa por ser, además, uno de los asentamientos más antiguos de toda Europa. ¡Y a sólo 2 horas de Sofía! ¡Acompáñanos!

Estadio romano

Aunque la fundación de la ciudad se remonta a miles de años, fue Filipo II, padre de Alejandro Magno, quien dio a esa localidad su propio nombre (pues la bautizó como Philippopolis) y auténticas hechuras de urbe. Más adelante llegaron los romanos, que la bautizaron como Trimontium en homenaje a sus 3 montes que dominan la ciudad. Quedan algunos restos de un estadio romano justo en el centro de la ciudad. Será la primera gran obra según salgas de la estación y te adentres en el casco antiguo a través de la calle Knyaz Alexander Battenberg I. A veces se usa para celebrar determinados espectáculos e incluso hay un bar en el que tomarse algo rodeado de estas solemnes ruinas.

La mezquita Dzhumaya

Como ya habrás advertido en tu viaje a Sofía, el país estuvo bajo dominación otomana durante varios siglos. Un hecho que ha propiciado que el país esté salpicado de multitud de mezquitas. La mayoría de ellas conservan el típico estilo otomano con su multitud de cúpulas azuladas. Un ejemplo es el de Dzhumaya, en el mismo centro de la ciudad, justo al lado de los restos del estadio romano. Fue construida en el siglo XV, cuando el Imperio Otomano ya se expandía por los Balcanes. Es por ello que esta mezquita se considera uno de los primeros monumentos otomanos en la península. Otro encanto de la mezquita está en su lujoso interior, aunque otra curiosidad es la cafetería que está anexa a la misma mezquita y donde puedes tomarte un buen té o fumar una buena sisha.

El anfiteatro romano

Posiblemente sea la joya de la corona de Plovdiv. Se encuentra en la parte elevada del casco antiguo, una red de calles empinadas con muchísimo encanto y con casitas que te mostraremos más adelante. En lo alto se despliega este anfiteatro construido entre el 98 y el 117 después de Cristo. Su estado de conservación es excelente, tanto que podemos incluso apreciar las estructuras de la escena. Lo mejor es que estas ruinas son totalmente transitables por lo que podrás recorrer desde las gradas hasta la parte trasera de la escena. Y todo con unas vistas de la ciudad absolutamente preciosas.

Casitas del Renacimiento búlgaro

Uno de los principales atractivos del centro histórico son las casitas tradicionales del Renacimiento búlgaro. Se trata de un periodo en el que Bulgaria fue adquiriendo mayor conciencia de su identidad frente al Imperio Otomano. Es por ello que la burguesía incipiente del siglo XVIII y XIX apostaron por construirse casas que enraizaban con la tradición búlgara. Son estas casitas las que dan cuenta de aquel movimiento y salen al paso a cada esquina en Plovdiv. Las reconocerás por sus fachadas muchas veces ondulantes, sus colores vivos y las estructuras de madera que sustentan las balconadas. Muchas de ellas son todavía hoy propiedad privada, aunque si quieres ver una de ellas por dentro puedes ir al Museo Etnográfico Regional, ubicado en una de estas casas.

Nebet Tepe

Para los más apasionados de la historia, Nebet Tepe es una ocasión de remontarse casi 4.000 años en el tiempo. Y es que los asentamientos humanos datan de muy, muy antiguo. Uno de los vestigios es este yacimiento, ubicados en lo alto de la colina. Allí hallarás restos de murallas y torres, e incluso un postigo de tiempos del emperador bizantino Justiniano. Algo que no nos ha de extrañar dado que la funcionalidad que fue adquiriendo este enclave era el de vigilar la ciudad (algo que facilita, sin duda, su ubicación en todo lo alto). Esta localización elevada, por cierto, también te proporcionará estupendas vistas de la ciudad.

Iglesia de Santa Nedelya

Tampoco podemos dejar de lado la intensa tradición ortodoxa del país, confesión que, a día de hoy, sigue siendo la predominante. Otra herencia de los múltiples imperios, en este caso el bizantino, que pasaron por allí a lo largo de su dilatada historia. En el casco antiguo de Plovdiv encontrarás multitud de ellas aunque una de las más interesantes es esta. En su interior descubrirás lo que caracteriza a una iglesia ortodoxa: su espacio unificado, iconos deslumbrantes y un iconostasio de gran calidad y belleza. El iconostasio es uno de los puntos más cuidados en una iglesia ortodoxa debido a su ubicación privilegiada en el templo y la importancia del culto a los iconos en esta confesión cristiana.

Monumento Alyosha

Y cómo irnos de Plodviv sin visitar otro de los lugares característicos de otro imperio que ha pasado por Bulgaria y que hasta ahora no ha aparecido: el imperio soviético. Como sabes, Bulgaria quedó al otro lado del telón de acero, un periodo histórico del que quedan numerosos monumentos. El más impresionante es, sin duda, el Monumento Alyosha ubicado en lo alto de una colina. El monumento representa a un soldado soviético (de ahí su nombre) de 11 metros de altura. Un perfil que puede observarse desde casi cualquier punto de Plovdiv. Si quieres verla in situ, además, también podrás disfrutar de las vistas de la ciudad.

Imágenes: Wikipedia; iStock.


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