Elegir compañero de Viaje no es una cuestión trivial. La compañía es un porcentaje muy alto del disfrute de un viaje. Entenderse bien es un elemento clave para que nuestra experiencia sea la mejor. De no ser así, el viaje podría verse empañado por desavenencias y «mal rollo». En este artículo te mostramos cuáles son los criterios a tener en cuenta a la hora de elegir un compañero de viaje o saber si nos conviene aceptar una invitación viajera.

Y, si te gusta este tipo de viajes donde la interacción personal es clave, te mostramos algunas ideas para disfrutar acompañado en nuestro artículo sobre los mejores viajes en autocaravana.

Intereses similares

Es el consejo más obvio. Pues si queremos invitar a un viaje con un fuerte componente de actividad a alguien que no se siente atraído por este tipo de experiencias, o, simplemente, prefiere algo más tranquilo, las cosas podrían no salir del todo bien. Todos solemos tener un amigo con un perfil propio y diferenciado. Sólo es determinar qué viaje queremos y elegir a alguna de nuestras amistades que mejor se acomode.

Consensuar por anticipado la planificación de actividades

Una buena manera de descubrir si la persona con la que queremos viajar será un buen compañero es consensuar con él antes de viajar lo que vamos a hacer. Será el momento en que los posibles desacuerdos se pongan sobre la mesa. Además, saber a qué nos vamos a atener en nuestro viaje permitirá a ambos ser realistas en lo referente a las expectativas del viaje. Y, mejor que resolver desavenencias el en transcurso de nuestras vacaciones, es anticiparse a ellas y resolverlas antes. También pondrá de manifiesto las necesidades en cuanto a presupuesto, por lo que todo quedará negro sobre blanco antes de irnos de viaje.

Similar presupuesto

Otro aspecto clave. El presupuesto de un viaje determina no sólo las expectativas del mismo sino también lo que se piensa y lo que no. Incluso dónde tenemos pensado alojarnos o qué y dónde queremos comer. En este sentido, conviene que elijas a un compañero de viaje que se plantee un presupuesto similar al tuyo. De lo contrario, podrían surgir fricciones en el transcurso del viaje que empañen la experiencia.

También es importante que le hagas saber tus expectativas en lo referente a las experiencias que te planteas disfrutar. Así podrá hacerse una idea de si coincide con sus posibilidades. Es, realmente, lo más justo. Por cierto, si queréis llevar una gestión del presupuesto adecuada que no produzca roces, te aconsejamos nuestro artículo sobre las mejores apps para compartir gastos en un viaje.

Hábitos parecidos

Los hábitos son uno de los aspectos que con más importancia determinan la conveniencia o no de un compañero de viaje. Si eres de los que te gusta levantarte pronto para disfrutar de un viaje, conviene que tu compañero no sea de los que prefiere levantarse más bien tarde. O si te planteas exprimir en tu viaje el ocio nocturno, ¿tiene sentido viajar con alguien al que no le gusta trasnochar? Los hábitos, conviene recordarlo, determinan muchas veces las expectativas, lo que se está dispuesto a hacer (y lo que no) y también la actitud. Conviene ser realista en este sentido.

No obsesionarse con ser uña y carne

Suele ser un error habitual al plantear un viaje: querer estar juntos continuamente y realizar las mismas actividades. No siempre encontramos un amigo con disponibilidad que se ajuste como un guante a lo que esperamos del viaje. De hecho, son muchos los amigos que se conceden en su viaje un día en el que cada uno va a su libre albedrío. Algo muy práctico dado que permite «descansar» al uno del otro, al mismo tiempo que se pueden realizar las actividades personales que cada uno desea hacer y, que tal vez, al otro no le entusiasman tanto.

Flexibilidad, diálogo y capacidad de negociación

La actitud es algo muy importante en un viaje. No es raro que, en el transcurso de tus vacaciones, ocurran imprevistos o contratiempos. En estos casos, hemos de priorizar que la persona con la que viajamos sea flexible y dialogante. Especialmente si surge algún roce y sea necesario hablar con calma y llegar a un acuerdo para que una desavenencia arruine un viaje.

Y si todo lo demás falla: el eterno «mejor lo malo conocido…»

Si queremos hacer el viaje y, al final, no sabemos quién se ajusta mejor, probablemente la mejor opción es proponerlo a una persona con la que hayamos viajado antes y la experiencia resultara satisfactoria. Si salió bien es por algo. Aunque también es cierto que se trató de otro viaje, de otro destino y, tal vez, de otro momento vital. Es, por tanto, aconsejable que negociéis por anticipado el itinerario y queden muy claras las expectativas que se tienen sobre el viaje y las necesidades de presupuesto.

¿Y si esa persona nos ofrece invitar a más gente?

Es una cuestión que vale la pena plantearse. Hay personas que disfrutan más compartiendo el viaje con un «mano a mano» que en grupos. No obstante, sucede a veces, que esa persona con la queremos viajar nos ofrece invitar a otros. No es la primera vez que un viajero descubre que esa persona con la que tan bien se entiende, al estar en un grupo más amplio, cambia notablemente. Es algo natural y depende de la manera de ser de cada uno. Por lo tanto, debemos ser consecuentes con nosotros mismos y conocer nuestras particularidades (o manías) a la hora de viajar. Y, si el viaje, por personalidad, la debemos compartir con una persona o con más gente.