. . . . 1. Mira el fin en Todas las cosas, y de qué suerte estarás delante de aquel juez justísimo, al cual no hay cosa encubierta, ni se amansa con dádivas, ni admite excusas, sino que juzgará justísimamente.. . ¡Oh ignorante, y miserable pecador! ¿Qué responderás a Dios, que sabe todas tus maldades, tú que temes a veces el rostro de un hombre airado?. . ¿Por qué no te previenes para el día del Juicio cuando no habrá quien defienda ni ruegue por otro, sino que cada uno tendrá bastante que hacer por sí?. . Ahora tu trabajo es fructuoso, tu llanto aceptable, tus gemidos se oyen, tu dolor es satisfactorio y justificativo.. . 2. Aquí tiene grande y saludable purgatorio el hombre sufrido, que recibiendo injurias, se duele más de la malicia del injuriador que de su propia ofensa; que ruega a Dios voluntariamente por sus contrarios, y de corazón perdona los agravios, y no se detiene en pedir perdón a cualquiera; que más fácilmente tiene misericordia que se indign ...