La mayoría de la gente no interactúa muy a menudo con la nanotecnología, al menos no de forma consciente. La nanoescala es pequeña. De hecho, muy pequeño. Después de todo, un nanómetro es una milmillonésima parte de un metro, para ser precisos (y un metro equivale aproximadamente a 3 pies y 3 pulgadas). Si pudiéramos aumentar un metro el tamaño de la Tierra, un nanómetro sería el tamaño de una uva. Para aclarar las cosas te contamos qué es la Nanotecnología y cómo funciona.

¿Sabes realmente qué es la Nanotecnología y cómo funciona?

En pocas palabras, la nanotecnología es el uso de tecnología para ensamblar, desmontar y manipular cosas a esta pequeña escala. Esto significa controlar moléculas individuales, o incluso átomos individuales. Por ejemplo, en un nanómetro caben cuatro moléculas de agua. Por supuesto, las moléculas de agua, como casi todo lo demás en esta escala, no necesariamente quieren alinearse de manera ordenada. Esto es lo que hace que sea tan difícil trabajar en este dominio.

De hecho, la nanotecnología no es un campo como tal. Es el punto donde la química se fusiona con la física nuclear y la física cuántica. La biología molecular también puede llegar a la etapa de nanoescala. Una hebra de ADN, que en realidad es un medio denso y rico para almacenar información, tiene aproximadamente dos nanómetros de ancho. Esto demuestra el inmenso poder del mundo de los muy pequeños. Por difícil que sea desarrollar e implementar la nanotecnología, sus usos potenciales van desde la medicina hasta los circuitos de escritura a mano e incluso los “robots vivientes”. Y eso es sólo el comienzo.

¿Entonces, cómo funciona todo esto?

Bueno, esa es una pregunta que aún está abierta. Parte de la dificultad radica en la capacidad de distinguir entre materias primas (átomos o moléculas individuales) y las nanomáquinas que las manipulan. Esto se debe a que las propias máquinas están formadas por átomos y moléculas que interactúan con los materiales de una manera muy diferente a algo a escala macroscópica, como un brazo robótico. Las nanomáquinas no pueden agarrar, levantar y empujar de la misma manera debido a los poderosos efectos de la electroquímica a esta escala.

Sin embargo, estos obstáculos también pueden brindar nuevas oportunidades. Por ejemplo, existe una enzima capaz de seguir instrucciones para cortar una hebra de ADN en un lugar concreto. Los científicos han descubierto cómo utilizar esta nanomáquina natural para reparar con precisión el ADN dañado. Esto demuestra que, al menos en principio, los átomos y las moléculas pueden organizarse de tal manera que actúen como máquinas controlables a nanoescala. Y si una nanomáquina puede existir, también pueden existir otras.

Un área de interés importante son los nanobots autorreplicantes. El objetivo de estas máquinas sería construir más copias de sí mismas. Un solo nanobot que manipulara un átomo a la vez tardaría poco en ensamblar algo de tamaño considerable. Sin embargo, un solo nanobot que pudiera hacer una copia de sí mismo en una hora terminaría teniendo más de 16 millones de copias de sí mismo después de un día, gracias al crecimiento exponencial. De esta manera, estas máquinas podrían trabajar juntas para ensamblar productos más grandes en menos tiempo. Al menos esa es la esperanza.