La invención de la Escritura es el hito que separa la prehistoria de la historia para las sociedades humanas. Sin embargo, mucho más allá de la posibilidad de registrar hechos, el acto de escribir puede tener un impacto en la salud de un individuo, como ya han demostrado diferentes estudios científicos. Los primeros hallazgos de este tipo se publicaron en la década de 1980.

Sin embargo, no es cualquier tipo de escritura lo que puede impactar la vida de una persona. La mejora de algunos indicadores de salud se evidencia cuando el individuo habla de sus sentimientos y, a través de la escritura, reelabora sus vivencias. En menor medida y con beneficios reducidos, escribir una lista de compras también puede ser beneficioso.

La escritura como forma de sobrellevar el trauma

Uno de los casos más evidentes del impacto en la escritura, según la psicología, está en la elaboración (afrontamiento) de traumas. Quizás los ejemplos más populares sean las memorias o diarios de judíos perseguidos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, como Nanette Blitz Konig, Primo Levi, Rudolf Brazda o incluso Anne Frank.

“Cuando escribo, puedo deshacerme de todas mis preocupaciones. Mi tristeza desaparece, mi espíritu revive”, escribió Ana Frank, durante el período que permaneció escondida de los nazis, entre los años 1942 y 1944. Lamentablemente, la niña judía fue capturada y asesinada, sin saber que sus historias personales se convertirían en , posteriormente, un importante documento de la época.

El impacto de la escritura se puede ver en la salud

De hecho, los científicos ya han medido el beneficio de escribir en la mejora de la salud a través de diferentes iniciativas. En este campo, uno de los estudios más antiguos y tradicionales del área fue publicado en 1986 en la revista científica Revista de Psicología Anormal.

En la encuesta, los autores midieron el impacto de escribir, durante cuatro días seguidos, textos breves sobre “la experiencia más traumática o perturbadora” de sus vidas, compartiendo los “pensamientos y sentimientos más profundos” sobre ese episodio. Aunque algunos voluntarios se retiraron del estudio porque no querían insistir en traumas pasados, los que lo hicieron requirieron menos atención médica, independientemente de la causa, durante un período de seis meses.

A pesar de la relación, no es posible afirmar que fue la escritura y la elaboración de los traumas lo que mejoró el estado general de salud, ya que la investigación no comprobó la causalidad (causa y efecto). Otros factores pueden estar asociados en la ecuación.

Más evidencia del poder de la escritura para mejorar la salud

Publicado en la revista Revista de Consultoría y Psicología Clínica, otro estudio buscó diferentes variables para comprender el impacto de la escritura en la mejora de los indicadores de salud. En este caso específico, la idea era identificar alteraciones en el desempeño de los glóbulos blancos (leucocitos) y, de existir, averiguar cómo impactaban en el sistema inmunológico.

Según los investigadores, la escritura mejoró la respuesta de los linfocitos T, lo que provocó que se replicaran más rápidamente. En este caso, “los individuos que mostraron mayores mejoras en la salud fueron aquellos que escribieron sobre temas que habían evitado contar”, afirman. Sin embargo, cabe señalar que la misma investigación encontró que escribir no es una actividad que provoque una mejora inmediata.

De hecho, la mayoría de los voluntarios reportaron sentimientos negativos asociados con la necesidad de volver al pasado. Con el tiempo, fue posible comprender el impacto de enfrentar estos “fantasmas”. Incluso los primeros relatos involucraron fuertemente el sentimiento de culpa, mientras que los últimos tuvieron mayor distanciamiento de los hechos y trajeron análisis más objetivos.

Escribir todos los días también tiene beneficios

Incluso aquellos que no quieren enfrentarse a los traumas del pasado, a través de la escritura terapéutica, muy habitual en psicoterapia, pueden disfrutar de los beneficios del acto de escribir para aliviar el estrés, mejorar la concentración y, en algunos casos, dormir mejor.

Según un estudio de la revista Revista de Psicología Experimental, el simple hecho de enumerar tareas es capaz de liberar recursos cognitivos y evitar que el pensamiento de que algo no se puede olvidar, literalmente, te quite el sueño. Entonces, siempre que sea posible, escriba sobre lo que no debe olvidarse, como la lista de compras.

Si bien la mayoría de los estudios involucran el hábito de escritura más tradicional (papel, bolígrafo y mano), es muy probable que hacer listas o escribir sobre sus experiencias más traumáticas en un dispositivo electrónico sea igual de beneficioso. Después de todo, la necesidad de reflexión y elaboración de lo que se siente sigue siendo necesaria, siendo diferente sólo el medio de registro.

Fuente: Journal of Abnormal Psychology, Journal of Consulting and Clinical Psychology, Journal of Experimental Psychology y The Guardian