En el Cerebro de los mamíferos, la neocorteza tiene funciones de suma importancia, relacionadas con la percepción sensorial, los comandos motores, la conciencia y el lenguaje. Cuanto mayor sea esta área del cerebro, mayor será el repertorio de sonidos que podremos reproducir, por ejemplo, lo cual es fundamental para el desarrollo de un lenguaje complejo como el humano. En estudios recientes, los especialistas descubrieron cómo evolucionó esta región del cerebro.
La comunidad científica ha analizado los cerebros de los reptiles para rastrear esta evolución, ya que los reptiles no solo son los parientes vivos más cercanos de los mamíferos, sino que sus cerebros tienen una estructura con similitudes funcionales con la neocorteza.
Inicialmente, los neurocientíficos evolutivos creían que el neocórtex y esta estructura se derivaban de una característica más primitiva en un ancestro compartido por mamíferos y reptiles. Sin embargo, a lo largo de los años, la ciencia ha refutado este punto de vista: a pesar de las similitudes anatómicas, la neocorteza de los mamíferos y esta estructura de los reptiles no están relacionadas.
Con esto, los investigadores llegaron a la teoría de que los mamíferos desarrollaron la neocorteza como una región cerebral completamente nueva y descubrieron que la región está compuesta por nuevos tipos de neuronas que parecen no tener precedentes en los animales ancestrales.
Los investigadores afirman que la neocorteza de los mamíferos y la estructura de los reptiles no son homólogas porque no tienen un origen común.
En cualquier caso, las investigaciones apuntan que este proceso de innovación evolutiva en el cerebro no se limita a la creación de nuevas partes. Incluso regiones aparentemente antiguas del cerebro continúan evolucionando a medida que se reconfiguran con nuevos tipos de células.
Fuente: Ciencia (1, 2), Wired