¿Adiós brindis?
Aún no empieza la Copa del Mundo y el primer gran desencuentro entre la Fifa y los señores que gobiernan Qatar podría haber estallado.
De todos fue conocido que apenas el sábado, la empresa cervecera AB InBev recibió la orden de reubicar sus puestos de venta de chelas en los 8 estadios mundialistas a lugares "menos visibles". Haz de cuenta que estás en la tribuna del Estadio Azteca y si quieres una chela, te tienes que ir al Mercado de Huipulco.
Tal decisión echó para atrás de manera unilateral un acuerdo que se tomó hace años, pese a lo cual, el patrocinador de la FIFA apechugó y únicamente declaró de manera escueta que "fue informada el 12 de noviembre y que estaba trabajando con la FIFA para reubicar los puestos a las locaciones que le fueron indicadas. Estamos trabajando con la FIFA para traerle la mejor experiencia posible a los fans".
Apenas 5 días después, la cosa se radicalizó y, según el diario británico The Guardian, Qatar estaría tratando de prohibir definitivamente la venta de cerveza en los estadios. Así de plano.
Según The Guardian, desde ayer hay "negociaciones" entre las partes involucradas y hoy podría darse una decisión que de ser en contra de la venta de chelas, pondría a la FIFA en una encrucijada con uno de sus principales patrocinadores, cuyo contrato vale muchos, muuuuchos millones de dólares.
Pero bueno, la FIFA y sus ambiciones son lo de menos, qué friega para la banda que se lanza a Qatar si a la mera hora no tienen chance de chelear ni siquiera afuera de los estadios o teniendo que ir al fan park a pagar 267 pesos por un vasito de medio litro de la preciada bebida.
Hay decenas de voces que desde hace años señalan que fue un error darle a Qatar la organización del Mundial por temas mucho más serios que el arriba referido y no obstante, a 2 días de la inauguración, la cantidad de gargantas que podrían clamar contra el país sede de la Copa del Mundo amenaza con multiplicarse exponencialmente ante la amenaza de que las dejen secas durante todo el torneo... Y con el calor que está haciendo, pues pior.
MEJOR SE VAN
Recibir un Mundial de Futbol suele ser motivo de fiesta para los habitantes del país sede, pero al parecer en Qatar el asunto pinta diferente.
Mis orejas en aquellas misteriosas tierras me cuentan que muchos qataríes se están yendo o están en proceso de irse de Doha porque de plano no quieren tener contacto con la banda que va a caerle a la Copa del Mundo.
Aparentemente el choque cultural es tal que en lugar de generar un intercambio con los visitantes, mucha gente originaria de aquel país hará todo lo posible por ni siquiera toparse con ellos, de tal suerte que partirán incluso a destinos fuera de Qatar para volver hasta que el Mundial haya terminado.
Vaya anfitriones.
