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Columna San Cadilla Mural | 09-10-2022



La pelota se volvió a manchar


En las últimas semanas, el futbol en Argentina se ha olvidado de la pelota para dar paso a imágenes lamentables y una triste tragedia.

Hace muchos años que el torneo argentino se juega sin Aficionados visitantes precisamente para evitar todo acto violento que había cuando se enfrentaban las barras bravas.

Y en la noche de terror más reciente, los barristas no fueron los involucrados, ¡sino la propia Policía!

En un operativo absurdo, autoritario, violento y sin piedad en el Partido entre Gimnasia y Esgrima de La Plata contra Boca Juniors, la Policía intentó repeler a los aficionados que estaban afuera del Estadio y con sus boletos en la mano, querían entrar al partido.

Cerca del minuto 8 del encuentro, les rociaron una gran cantidad de gas lacrimógeno que llegó a gran parte del inmueble, afectando a las miles de personas que estaban en el Estadio Juan Carmelo Zerillo, incluyendo desde luego a los futbolistas.

El árbitro suspendió el partido y algunos jugadores se acercaron a las gradas para arrojarles bebidas a los aficionados que intentaban cubrirse con lo que podían.

A los pocos minutos, familias enteras con niños pequeños, adultos mayores, aficionadas y aficionados de todas las edades totalmente afectados con los ojos irritados y problemas para respirar, tuvieron que bajar a la cancha para resguardarse.

Entre los mismos jugadores y asistentes se vivieron minutos eternos de desesperación por encontrar a sus familiares. Uno de ellos tuvo que llevar a su abuelita al vestidor para protegerla y hasta dos horas después, la voz del estadio hacía labores de servicio social para localizar a las familias que entre el tumulto habían perdido a sus hijos.

Un nulo sistema de evacuación fue evidenciado con puertas por las que no podían salir porque nadie tenía llaves.

Incluso los policías seguían atacando a unos cuantos con balas de goma, como le tocó directamente los disparos a un periodista que grababa el ataque.

Entre los disturbios y miles de personas afectadas llegó la fatalidad con el fallecimiento de una persona que sufrió una descompensación.

¿Culpables? Los de la Policía decían que evitaban el sobrecupo en el estadio, los directivos de Gimnasia aseguran que no se vendieron boletos de más y los aficionados recuerdan que en otros partidos, como en la presentación de Diego Armando Maradona como director técnico del Lobo o en el Clásico contra Estudiantes de La Plata, había más aficionados y ése no era el problema, sino la forma de actuar de los uniformados. 

Una semana atrás...

Boca Juniors es el menos culpable, y por coincidencia, precisamente una semana atrás también un partido en el que jugaban los Xeneizes terminó en un papelón.

Fue en los Cuartos de Final de la Copa Argentina, un torneo que se juega en canchas neutrales. Ese partido fue contra Quilmes, en Mendoza, en el Estadio Malvinas Argentinas.

Ambos clubes tienen destinadas las dos cabeceras opuestas para apoyar a su equipo.

En el segundo tiempo, la hinchada de Quilmes comenzó a arrancar butacas, a tomar pedazos del concreto de las gradas y a herir a los aficionados de Boca.

Incluso un integrante de la seguridad de Quilmes se acercó y fue herido en la cabeza. Los bomberos tuvieron que intervenir y calmarlos con chorros de agua.

Por desgracia, todo ello fue una muestra de que no aprendieron nada y que el futbol argentino no está apto para volver a jugar con ambas aficiones.





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Columna San Cadilla Mural | 09-10-2022

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