La Casa club

Hoy seguramente no ha dejado de sonar el teléfono de Raúl Alpízar (tal vez uno de los que le "regalaron"), y probablemente una de esas llamadas haya sido la de alguno de sus "socios" en un bisnes al que el director de fuerzas básicas de Pumas estaba pensando entrarle.

Una Oreja muy cercana a los tristes eventos que cuenta hoy REFORMA en sus páginas, me platicó que Alpízar estaba sobres para abrir su propia casa club, que es un "modelo de negocio" que, llevado de la mano de influencias en los equipos de futbol, es en realidad un negociazazazo.

Promotores, que fungen como intermediarios para llevar talento del interior de la República a las visorías de clubes como América y Pumas, habilitan casas donde hospedan a los chavitos y con el módico cobro promedio de 10 mil pesos al mes, les proveen de techo, comida y entrenamiento mientras esperan a que algún equipo los reciba en sus fuerzas básicas.

El legendario Ángel "Coca" González, célebre por haber descubierto a jugadores como Cuauhtémoc Blanco, cuenta con uno de estos inmuebles, ubicado en Calzada del Hueso y es precursor del "modelo". Antes de la pandemia, el América le permitía llevar a entrenar a sus chavos a las instalaciones de Coapa y tuvo equipos de categorías varoniles y femeniles de edades que iban entre los 12 y los 17 años; actualmente ya no está ligado a las Águilas.

El señor Pedro Solís, ex visor del Club Universidad Nacional, también llegó a contar con una de estas casas, ubicada en Periférico Sur, donde llegó a albergar a 40 jóvenes que también cubrían una cuota de 7 mil 500 pesos mensuales. Luego de que Pumas me lo puso de patitas en la calle el año pasado, Solís desmontó su casa club y por ahí dicen que ahora lleva jugadores a Bravos de Ciudad Juárez.

Qué lejanos parecen ya esos días de la Casa Club de Pumas que fundó el ingeniero Víctor Manuel González Dávila (QEPD) el 9 de septiembre de 1998 y que llevó el nombre de su difunto hermano y gloria universitaria, José Luis "Calaca" González, cuya labor no era la de lucrar con los sueños de los futuros futbolistas, sino darles un techo y comida, pero sobre todo inculcarles valores y el amor por la playera auriazul. Decenas de grandes futbolistas felinos durmieron bajo ese techo.

Lo que sí es que si se trata de lucrar, nomás de hacer cuentas -300 Mil Pesos Mensuales con el ejemplo de Solís-, ¿a quién no le dan ganas de poner una casa club? Y si de paso tienes la "facultad" de meter a quien tú quieras a las fuerzas básicas de un equipo (con otra pequeña cuota), pues dirán algunos que Alpízar ya se estaba tardando en montar su propia casa.

Mis Orejas en la Cantera cuentan que Esteban González, el nuevo encargado de las visorías en Pumas es quien ha corrido la versión de que Alpízar va a abrir su casa club entre varios jugadores que esperan turno para entrar a las divisiones menores.

¿Seguirá en pie el proyecto después de hoy?