Las (malas) decisiones de Santi
Si Santiago Ormeño no pasó la noche de ayer llorando a moco tendido, mis respetos.
Si yo fuera él, no habría parado de sollozar al cerrarse un capítulo muy oscuro de su trayectoria, el cual no es sino la culminación de una seguidilla de eventos desafortunados que lo llevaron de estar en la mira de toda una nación a que hoy no tenga Mundial, ni titularidad ni goles.
Como ustedes bien recordarán, este delantero nacido en México pero con pasaporte peruano -cortesía de un linaje que inició su abuelo Walter Ormeño (QEPD) cuando se vino a jugar a nuestro País-, saltó al estrellato en la eLiga MX, aquel torneo de videojuegos que nos salvó del "coma de aburrición" por la falta de futbol durante la cuarentena de 2020.
La cosa es que, además de ser una bala con el control remoto, a Santi lo tocaron con una varita mágica y a su regreso a las canchas, la rompió anotando goles para La Franja que Nos Une al grado de que su nombre empezó a ser puesto en la órbita ni más ni menos que de la Selección Nacional de México y algunos goles después, también de la de Perú.
Síganle...
LOS MESES MARAVILLOSOS
A principios de 2021, Santiago Ormeño, entonces delantero del Puebla era más deseado que Erling Haaland y el señor se hizo desear: "A mí me encantaría jugar en la Selección (mexicana), pero no ha habido nada, seguir haciendo goles, ayudando al equipo para ser tomado en cuenta", dijo en enero, para coquetearle a Gerardo Martino, quien, como bieeen sabemos, es un entrenador cuadrado que poco le varía a lo que ya conoce, y pues no peló mucho al atacante.
Por eso, Santiago se aventó la puntada de decir "son mis dos países (México y Perú) y creo que a lo mejor no me llama nadie, pero me voy con el primero que me llame y tenga el interés por mí". Y a finales de abril, Ricardo Gareca, entrenador de la Selección de Perú, le tomó la palabra y lo puso en una lista de 50 preseleccionados para la Fecha FIFA de junio de 2021.
Esto se pone bueno...
TODO SE VIENE ABAJO
Justo ese mes de junio de 2021 fue el clave para que las decisiones de Santiago Ormeño le voltearan el universo, como si se pasara al Inside Out de Stranger Things con la facilidad que lo hacen los Demogorgons. Primera decisión: fichar el 4 de junio por el León. Parecía una chulada, pero el tiempo le daría la razón a quienes le comentaron a Santi que debía quedarse a ser ídolo en el Pueblita. Seis días después, la convocatoria de Perú, que él aceptó pese a que varias voces le pidieron tener paciencia, pues la debacle en el Tri ya era notoria y parecía cuestión de tiempo para que Martino se viera obligado al menos a probarlo ante la falta de gol de su equipo; pero no... Ormeño debutó con Perú en un juego ante Colombia y ya no hubo vuelta atrás.
A partir de ahí, el lugar más común para encontrar al delantero dejó de ser sacando la pelota de la portería enemiga, sino más bien calentando los banquillos: suplente en La Fiera, suplente en Perú y adiós estrellato.
En la Liga MX Ormeño cambió los 17 goles que anotó en 4 torneos con el Puebla (con 30 partidos como titular y 2 mil 600 minutos jugados) por anotar un miserable gol con el León en 2 torneos (en los que jugó 28 partidos, únicamente 8 como titular).
Pero lo más gacho fue lo que vivió con la Selección inca: apenas 192 minutos jugados, un solo juego de titular, 10 partidos entrando de cambio, ni un solo juego completo y 14 partidos completitos en la banca. Obvio, no anotó gol alguno y ayer vio desde afuera del campo cómo uno de sus países, al que él eligió para ir al Mundial, no irá al menos al que sigue en Qatar porque Australia le ganó el boleto en penales.
Vaya decisiones, mi Santi; para llorar toda la noche.
