Urge cambio en CU

Ahora que se ha puesto de moda ponerle ojo a todo el tema de la seguridad en los estadios, valdría la pena que hicieran algunos cambios en el Estadio Olímpico Universitario.

Necesitaría las 20 páginas que tiene hoy CANCHA para explicar mis sugerencias, así que me concretaré únicamente a hablar sobre el lugar en que se encuentra situado el Palco que ocupan en los días de partido las directivas visitantes.

Aunque se trate de un sitio aparentemente cómodo, que es una especie de pecera con cristales gruesos, al final lo que genera problemas es que está en medio de la zona baja del Inmueble, que generalmente está repleto de seguidores de los universitarios, muchos de ellos de escasa educación, como lo han demostrado durante años y años.

Para llegar al palco, los dirigentes visitantes tienen que caminar por un pasillo largo, custodiados por personal de seguridad interna, lo cual genera que todos volteen a verlos, y que se respire un ambiente de tensión, porque van intercambiando instrucciones en sus radios transmisores, hablando en voz alta y con los nervios a flor de piel, de que nada vaya a suceder.

Hagan de cuenta que es como si metiéramos una ambulancia a los pasillos del Olímpico Universitario. Si bien les va, la gente nomás los ve pasar, pero muchas veces les llueven los insultos al por mayor. Y si no me creen, porfa pregúntenle cómo les fue a Santiago Baños, Ricardo Peláez o incluso al buenazo de Álvaro Dávila (cuando era presidente del Morelia).

Lo peor es cuando caen los goles... cuando son de Pumas, pues la gente voltea hacia el palco y le baila en la cara a los visitantes, pero cuando son tantos visitantes, ya se imaginarán la cantidad de linduras que les gritan.

Baños fue de los últimos que cayó en la provocación, y el martes en la Concachampions mis pobres amigos de Cruz Azul se la pasaron con tremenda cara de susto. Jaime Ordiales, directivo celeste, fue el que lo tomó con más calma, pues cuando iba pasando a un lado de varios aficionados y lo llamaron por su nombre, tuvo el detalle de saludar a un par de personas, chocando el puño, lo que generó risas y aplausos entre los asistentes.

Lo simpático del asunto es que no hace falta meterle mucho dinero ni nada a la situación, si les pusieran unos lugarcitos en el Palomar, asunto arreglado; incluso uno de los palcos del otro lado del estadio, a donde suelen ubicarse los familiares de los jugadores de Pumas, reduces el riesgo de que algo lamentable ocurra.

Ahí se las dejo. Échenle una pensadita, "plis".

MANITA DE GATO AL 'PIRATA'

Hay amores que nunca mueren y uno es el de la afición de Veracruz por sus Tiburones Rojos.

Dejen les cuento que en estos días, varios seguidores de los (extintos) escualos se organizaron para echarle una pintadita a una de las fachadas del Estadio Luis de la Fuente, casa del club jarocho, que fue desafiliado en diciembre de 2019.

Me contó mi Oreja en el Puerto que varios de los más fieles de este equipo se empezaron a escribir para armar una cooperacha para juntar dinero y comprar pintura para el inmueble. Lamentablemente, el histórico "Pirata" Fuente ya luce bastante descuidado, olvidado por el Gobierno estatal, que es el propietario del inmueble, lo que pega en el corazón de los jarochos.

Pero no crean que se juntaron a pintarlo nada más porque sí, la razón fue que este 9 de abril el club cumpliría 79 años de existencia, y el propio estadio, apenas en marzo llegó a 55 años de vida. Así que los aficionados juntaron una lana, compraron pintura y se pusieron a darle de brochazos al "Pirata".

Ojalá que pronto algún empresario se anime a revivir la franquicia del Veracruz porque me queda claro que los aficionados ahí siguen.