Que sea campeón
Pues hoy el Atlas sale a disputar el primer episodio de dos para lograr ser campeón.
¿A poco no se lee raro?
Digo, leer Atlas y campeón en un párrafo es extraño, pero es la realidad. No es broma. No es un simulacro. No corro, no empujo... no celebro antes de tiempo.
¡Genial! Aunque a mí los que me preocupan son los aficionados atlistas con eso de que una de sus leyendas más icónicas es "mi vida por un campeonato" o su clásico cántico de "daría toda mi vida por ser campeón", por favor, sosiéguense, que es sólo futbol.
En las apuestas el favorito para alzarse con el título de la Liga MX, por muy poco margen, es el León, con un momio de -125, es decir, que sí le apuestan 100 pesos ganarían 80 pesos.
Mientras que los Zorros están +100, lo que significa que si conquistan el título y apuestan esa misma cifra se agenciarían 100 del águila.
Pero sí quiero confesarme y, acá entre nos, la verdad es que quiero que el Atlas Sea campeón. Es el equipo de Jalisco, que representa al futbol local que a lo largo de los últimos años ha vivido más épocas de vacas flacas que de gloriosas hazañas.
¿Cómo explicarían que futbolistas nacidos en esta tierra triunfen en México y en el extranjero y que los clubes locales no sean tan ganadores como los de otras regiones?
Me va a dar mucho gusto ver a los Rojinegros levantar la copa, pero también que jubilen frases que han venido acuñando a lo largo de más de 70 años de sequía.
Ojalá que el Atlas sea campeón para que cancelen esa frase de que "no vives de copas, sino de la pasión que provocas". Y ni hablar de aquella de que "los reyes sólo se coronan una vez". Ya basta.
Ojalá que el Atlas sea campeón para que surja una nueva camada de aficionados rojinegros y reviva la efervescencia futbolera en la Ciudad, y ayuda a que numéricamente se emparejen las aficiones, siempre con una rivalidad sana y sin violencia.
Ojalá que el Atlas sea campeón para cumplir el sueño de sus verdaderos fieles aficionados, no los que consiguieron boletos para ir al estadio, y que han estado en las malas y en las peores, y no se han bajado del barco pese a descensos, cambios de propietarios, camiones embargados por el SAT y venta de prometedores canteranos.
Ojalá que el Atlas sea campeón para que premie el trabajo que Alejandro Irarragorri y Pepe Riestra han venido haciendo con la institución, demostrando que con seriedad y recursos, el futbol recompensa.
Qué ruede la pelotita...
¡Mucho ojo!
La inverosímil oportunidad de que el Atlas se corone ha sido aprovechado por diversas empresas para lanzar promociones.
Digo, desde hace años se conoce de un famoso negocio de tortas ahogadas o de un célebre restaurante de chilaquiles han dicho que van a regalar sus productos cuando los Zorros sean campeón, pero también ha traído toda una serie de oportunidades a otro tipo de giros.
Y es el caso de un negocio con-table (dance) que ha lanzado su promoción. Eso me parece bien. Que cada quien haga su luchita.
El problema es que han logrado meter a sus exuberantes damiselas a las tribunas del Estadio Jalisco, donde han sido vistas enseñando esas partes de la piel donde usualmente no pega el sol, con tal de promover el changarro para el que trabajan.
No es que me escandalice, al final es entretenimiento para adultos y el que esté libre de pecado que arroje el primer billete de a 50 pesos, pero sí me parece que los estadios deberían conservar su esencia familiar y este tipo de manifestaciones mantenerse en los recintos apropiados.
Ya saben, sitios con poca luz, cómodos sillones, música de Aerosmith y un DJ que hace las veces de locutor y organizador... ¡me han contado!
Así que pónganse las pilas. Uno como quiera ¿pero y las criaturas?
