Las Águilas vencen al Guadalajara con un gol de Aquivaldo Mosquera
CIUDAD DE MÉXICO, México. Oct. 25, 2009.- América es un equipo con personalidad. Lo mismo es altivo al atacar que solvente y poderoso al defender. Es generoso en el esfuerzo y anudó a Chivas, le inmovilizó y le venció 1-0 la tarde del domingo en el Azteca.
Al principio del Juego, la posición de ambos cuadros sobre el terreno de juego fue tan marcada como lo es el bando de los rudos y los técnicos en la lucha libre mexicana.
América buscó la pelota, Hizo el despliegue físico, arriesgó el balón, atacó. Chivas se agazapó, trató de hacerse compacto y cedió el balón para mejores épocas, al más puro estilo de Raúl Arias.
Pero al plan del estratega de los de Jalisco se le hizo un hoyo a los tres minutos de juego, cuando Aquivaldo se levantó en el área y de cabeza marcó el primer gol del local.
La dinámica y la rotación de posiciones al frente fue la mejor arma de los amarillos en ese Primer Tiempo, también el balón parado de Pável. Así Cabañas y Reyna tuvieron un par de chances claras de gol cada uno e incluso Valenzuela contó con alguna más.
De la ofensiva de Chivas no hubo noticias en ese lapso.
Incluso América pudo tener un marcador más holgado si el árbitro, Mauricio Morales, hubiera marcado una mano de Mejía en un remate de Reyna en el área de Guadalajara.
La segunda mitad fue un asunto de estrategias y estrategas.
Arias maniatado por voluntad propia en el primer tiempo, decidió adelantar líneas e ingresar a Omar Arellano. Ganó en posesión de la pelota. Se fue haciendo espacios, pero no de oportunidades de gol. Aquivaldo, Rojas, Valenzuela nunca se salieron del esquema táctico. No cedieron espacios ni balones.
La única chance clara de anotar que tuvo Guadalajara en el partido fue de Omar Bravo. En un mano a mano con Guillermo Ochoa que ganó el arquero de los amarillos. No hubo más.
Pero entonces Jesús Ramírez hizo un par de cambios desconcertantes a primera vista, sacó a Enrique Esqueda y a 'Rofi' Montenegro, los dos hombres mas peligrosos de América en los primeros minutos del segundo tiempo.
América perdió en llegadas claras al arco contrario, parecía un sacrificio excesivo, pero maniató la reacción del Guadalajara. Le quitó el balón, le dejó desnudo sobre el terreno de juego.