El próximo día 3 de junio se celebra el Día Mundial de la Bicicleta. En los últimos años, este medio de transporte ha adquirido gran importancia a la hora de moverse por las ciudades. Un medio que además de ayudar a combatir la contaminación, también permite ejercitar nuestro cuerpo.

Al igual que ocurre con cualquier otro medio de transporte, para moverse con ella de forma más segura, es importante un correcto mantenimiento, algo que en muchos casos desconocemos. Para que esto os sea más fácil, Bosch ha querido compartir varios consejos para disfrutar de una bicicleta en perfectas condiciones.

1. ¿Dónde guardar la bicicleta?

Este primer consejo es de los más importantes ya que es determinante elegir el lugar donde más tiempo pasará la bicicleta. Se recomienda huir de lugares húmedos para evitar la oxidación y cubrir la bicicleta con una funda impermeable para evitar el contacto con el agua, las partículas de polvo y para protegerla de otros elementos corrosivos.

2. Limpieza de las partes

En caso de que la humedad, la tierra o el polvo se hayan colado o pegado a las partes de la bicicleta, es aconsejable realizar una limpieza general con esponja, agua y jabón para terminar aclarando con agua a presión. Después de un ligero secado para evitar la corrosión y oxidación se debe proceder a una limpieza meticulosa de la cadena, piñones y platos.

3. Lubricación de la transmisión

Para evitar un desgaste rápido de la bicicleta se recomienda aplicar una limpieza profunda de la cadena, piñones y platos, así como el cambio de estos cuando veamos que la suciedad y sequedad se ha adueñado de ellos. Esta limpieza va a permitir que la lubricación posterior de estas piezas tenga un resultado efectivo y óptimo para su correcto funcionamiento. 

4. Revisar sistema de frenado de la bici

Los frenos y su sistema de funcionamiento son la parte que más afecta a la seguridad del ciclista y su entorno. Por este motivo es importante que las manetas de frenado estén bien colocadas para poder accionarlas de una forma efectiva. Por otro lado, también conviene revisar el estado de las zapatas o pastillas y comprobar que no hay rozamientos que impidan el movimiento de la rueda.

5. Control de presiones y estado de los neumáticos

Otra de las partes fundamentales de la bicicleta, junto a la cadena, son las ruedas. Una correcta presión ayudará a que la bicicleta ruede en condiciones y se comporte mejor en terrenos más irregulares. La presión óptima dependerá del peso del ciclista y del estado de la vía o superficie por la se circule.

Con el paso del tiempo las cámaras de las ruedas suelen perder aire, por lo que se aconseja revisar las presiones en cada salida. Para estos casos, disponer de un buen inflador, bomba de aire o compresor de mano puede ser muy práctico.

Otro factor a tener en cuenta es el estado y la caducidad de los neumáticos. Usar la bicicleta con un neumático desgastado o agrietado por el paso del tiempo provoca una falta de agarre y facilita los pinchazos y reventones.   

6. Revisar y apretar los tornillos

Las piezas de las bicicletas están unidas por docenas de tornillos y tuercas. Para mantener una bicicleta bien ajustada y apretada, la forma más fácil y práctica para comprobarlo es hacer rebotar ligeramente la bicicleta en el suelo y estar atento a las tuercas y tornillos que puedan estar sueltos.

Con todos estos consejos, los amantes del ciclismo pueden continuar explorando rutas con seguridad y tranquilidad, garantizando el máximo confort en cualquier circunstancia.