El pádel de alta competición ha visto cómo ha desaparecido una de las grandes parejas del panorama Internacional. Se trata de la formada por Bea González y por Marta Ortega, dos jugadores que se encuentran en lo más alto del ranking internacional y de las que nadie esperaba una separación en estos momentos.

Las causas de la ruptura

Hay veces en las que no basta con ser la pareja número tres del mundo y en las que tampoco reconforta que todas las apuestas deportivas den a tu equipo como el gran favorito para los siguientes torneos.

Esto es más o menos lo que ha pasado con una de las parejas que llevaba un tiempo siendo protagonista de los escenarios nacional e internacional. El tándem formado por la malagueña y la madrileña alcanzó de forma conjunta el número tres en la clasificación internacional y ha dominado con mano de hierro todos los torneos de la FEP en los últimos años.

Sin duda, la alianza era una apuesta de sobras segura como para seguir con ella y saber que las victorias iban a ir llegando poco a poco. Pero lo cierto es que algo se podía intuir en los espacios reservados de los torneos en los últimos meses.

La pareja había comenzado a mostrar una irregularidad impropia de la calidad que atesoran sus dos miembros. De ahí que el runrún sobre posibles discrepancias internas haya terminado confirmándose.

Un posible futuro por separado

Ahora bien, ni Bea González ni su compañera Marta han terminado mal. Al menos no lo han hecho de cara a la galería, ya que los días posteriores al anuncio de su ruptura se han lanzado piropos mutuos e incluso han dejado la puerta abierta a una posible reconciliación.

Eso sí, ahora cada una está centrada en su carrera individual, algo en lo que tampoco les va nada mal. Tanto la una como la otra han compartido durante un tiempo el puesto número 5 en la clasificación por puntos de World Padel Tour, por lo que, pese a colaborar como pareja, también tienen abierto un pequeño duelo personal que es el que más apasiona a los aficionados a la pala.

Los próximos torneos irán diciendo cómo le va a cada una al haberse liberado de los partidos de dobles porque, por lo que parece, ninguna tiene intención de formar un nuevo tándem en poco tiempo.

Las que más pueden respirar con la ruptura son sus competidoras directas. Las parejas formadas por Gemma Triay y Ale Salazar y la de Ari Sánchez y Paula Josemaría han visto como ha desaparecido un dúo que ponía en serio peligro las posiciones de horno que ambos equipos ostentan.

En definitiva, la ruptura de la pareja es toda una pérdida para el gran espectador que pierde una fuente de espectáculo de primer nivel. Sin embargo, quedan los partidos individuales de ambas y, quién sabe, puede que una posible vuelta al pádel por parejas en el futuro.

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