Los Pecados Capitales del Pádel. Hablaremos de los VICIOS en los que Suele Caer el Jugador de Pádel. ¡Sí! en Pádel también existe: soberbia, avaricia, envidia, ira, lujuria, gula, pereza.

¡Quién esté Libre de Pecado!… Que Lance la 1ª Bola. 7 Pecados Capitales del Pádel.
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Los “Pecados” del Pádel

1. La soberbia

Sin lugar a dudas, este es uno de los pecados más grandes del jugador de pádel. Ese orgullo y super estima hacia nosotros mismos.

Soy yo quien tengo que pegar el mejor remate, debo entrar a por todas las voleas del centro, tengo que ponerme las pilas para remontar este partido.

Y por supuesto, más de una vez hemos perdido el partido por culpa de nuestro compañero, sin tener nosotros nada que ver en esa derrota.

2. La avaricia

Posiblemente, el mayor pecado de los jugadores de revés. Es cierto que muchas de las bolas del centro puedes ir tu, pero hombre, estamos en una pachanga, déjame dar algún golpe que otro.

Y si viene un globo ya ni te digo… ¡Miaaaaa! (y eso que tiene que ir a Pekín para rematar esa bola)

Pero bueno, aunque juegues en la derecha seguro que también eres un avaricioso en otro aspecto…

¿Cuántos partidos y torneos de pádel juegas? Pues ¡todos los que pueda… y más!, jajaja.

Y la avaricia de querer jugar más y más, incluso estando lesionados (uno de los grandes errores)

3. La envidia

Podremos decirlo o podremos pensarlo, pero a todos nos ha pasado alguna vez:

• ¡Dios! Mira ese con la Siux Diablo, con lo cara que es esa pala ¿¡Estará loco¡?

• pfff, y la pasta que se ha gastado en esas nuevas zapatillas de Asics ¿¡Ni que fuese profesional!?

Pero es que además, es mejor que no me oigan los jugadores de categorías superiores a la mia, ¿nunca se os ha venido a la cabeza esta frase?

• Joder, ¡Qué bandejón! Si es que da asco.

A veces lo llamamos “envidia sana”, pero madre mia ¡Qué resquemor que me entra!

4. La ira

Primero voy a definir ¿Qué es la ira? Luego verás cómo claramente te ha sucedido en la situación que te describiré:

La Ira implica enfadarse sin medir dicho enfurecimiento, y tener deseo de vengarse por actos en los que se ha visto perjudicado

Cuando lo he leído ha sido instantáneo ver esta situación en mi mente…

Jugando un punto en el que todos los jugadores están al 100%, nadie falla, te llega una bola alta y pegas un bandejón, pero el rival la devuelve al límite. Siguen defendiendo y consiguen echarte para atrás, la bola te queda alta y pegas una pedazo de bajada de pared, la cual va al límite y muy ajustada a la red, pero la bloquean casi sin esfuerzo. Llevamos infinitas bolas en un sólo punto.

Finalmente, sigues defendiendo, el rival realiza una volea y…. ¡Nooooooooooooo! le pega en la red, la bola pasa, queda casi muerta, parece que llegas, pero en el último instante, da el segundo bote cuando tú estás casi arrastrándote por el suelo ¿Quiero morirme? ¡no! Tengo ganas de pegarle un bolazo al final, y por supuesto ¡TENGO GANAS DE DEVOLVÉRSELA!

Sí, señores, esa es la ira del jugador de pádel, jajaja.

Por cierto, recuerda que jugamos al pádel para divertirnos, así que si las derrotas te afectan negativamente te aconsejo leer este artículo para aprender a controlar un enfado tras perder un partido de pádel.

5. La lujuria

Venga, reconócelo… estás deseando que llegue el veranito, que las chicas empiecen a lucir moda veraniega y ver esas faldas y vestidos en las pistas de pádel.

Cuando quedas con los amigos para jugar un partido y estás esperando a que salgan de la pista las chicas que están en la hora de antes, ahí es cuando se producen los comentarios del tipo:

• ¡Joder! que buena bajada de pared tiene esa.

• madre mia, ¡Cómo juegan estas chicas!

Pero como decía antes, reconócelo ¿No te has fijado en el modelito que lleva?

Lo mejor de todo, es que a las chicas también les pasa “Sienten un fuerte deseo”, están deseando preguntarle dónde han comprado ese vestido y ver si tienen otros diseños ¡Le encanta y lo quiere!

6. La gula

Increíble partido. Nos han metido 6-0 y 6-1 (ese juego nos lo han dejado por pena), pero no pasa nada…

¡Llega el post-partido!

Es la hora de comentar las jugadas, pero sobre todo, es la hora de la cervecita y alguna tapa. Sí “alguna” tapa que terminan siendo raciones.

¡Nos lo hemos ganado! Llevamos toda la semana entrenando y en el partido de primera ronda nos ponen contra 2 monitores que ya nacieron con una pala de pádel en la mano. 

Es la excusa perfecta para meternos nuestro atracón, es la hora de “padel, cerveza y tapa”

7. La pereza

Uno de los grandes obstáculos para decidirme a apuntarme algún día a un torneo de pádel.

Veamos algunos comentarios que surgen a varios jugadores de pádel:

• Es que no mejoro.
• ¡Joe! No soy capaz de rematar y traérmela a mi campo.
• Las dobles paredes es que me tienen loco

Pero claro, llega el domingo y nos damos cuenta que lo máximo que hemos hecho ha sido jugar 3 pachangas con los amigos.

Señores, Señoras, si queremos mejorar hay que entrenar la parte física.

Y ahora es cuando llega la frase mágica relacionada con este pecado capital: ¡¡BUFFF!! ¡Qué pereza!

Es más, cuando el monitor saca una escalera de agilidad o los conos ya empezamos a ponernos nerviosos, nos entra ese ataque pirómano en el que tenemos unas ganas irresistibles de prender fuego a todo el material que nuestro profe usa para entrenar el físico.

¿Te has visto en alguna de estas situaciones?

No os preocupéis, la realidad es que son temas insignificantes, situaciones en las que si te has visto alguna vez ¡Sonríe! eso es que eres jugador de pádel

Ha llegado el momento de leer la TABLA de los MANDAMIENTOS del PÁDEL.