El Yoga es atemporal, existe un yoga pre-biográfico del cual nada conocen las crónicas. La socialización del individuo y la invasión de la India Drávida por parte de los Arios sistematizo el yoga como uno de los seis sistemas filosóficos clásicos del hinduismo o “darsanas”, emparejándolo con el Samkhya meditativo. Los primeros registros escritos del yoga los encontramos en el Atharva Veda. Una versión más comprensible del yoga se halla en los Upanishades y tratando de sublimarlo con el aspecto de la devoción y el amor al Divino se incluyo el Bhagavad Gita. Quien trato de sistematizar el yoga definitivamente para el intelecto y la razón fue Patanjali, con los Yoga Sutra, aunque debemos creer que bajo este seudónimo se ocultan más de un solo personaje. Los antiguos yoguis entendían, el yoga como una Ciencia que sublimaba al hombre por medio del autodominio y la meditación. Este yoga genuino implicaba la “renuncia al mundo”, la idea básica de estos antiguos Maestros y Adeptos era que la acción conduce de manera inexorable al sufrimiento y al renacimiento; el apartarse de la acción, lleva a la liberación espiritual. Estos yoguis y ascetas desnudos (“vestidos de viento”), con experiencias extáticas (“son poseídos por los Dioses y los Devas habitan en ellos”), los seres Elementales les enseñan a “hacer milagros y leer los pensamientos” de otros. “El asceta yogui no se identifica con ninguna tendencia o religión, él es amigo de todos los dioses, y vive dedicándose a hacer el bien.” Estas personas, conocidas como sadhus (hombres buenos) o sadhvis (buenas mujeres) elaboraban sus propias prácticas espirituales o Sadhana. Resulta innegable que el yoga surgió de la genuina Naturaleza Mística humana, de la soledad o voluntario aislamiento (kaivalya) y de la capacidad individual de unos pocos que dedicaron su existencia a buscar y experimentar en el océano del cuerpo y de la mente. A cualquier persona con un mínimo de entendimiento, le da lo anterior una idea pura de lo que en su raíz pretendía ser el yoga, una religiosidad natural purificada y elevada, más allá de una mera disciplina y trascendiendo toda religión o terapéutica en el sentido moderno de la palabra. Un yoga conducente al dominio de los sentidos, la honradez, la no-violencia y la ecuanimidad. La posterior interpretación de la “renuncia al mundo” que hizo el budismo, así como la idea de que la existencia se caracteriza por “el sufrimiento y la muerte” surgió como consecuencia de habitar el hombre en sociedades urbanas en las cuales prolifera siempre la degradación de la especie. Es en este contexto de “ahogo” físico, mental y espiritual, donde debemos de situar el florecimiento actual del budismo. Los auténticos yoguis de ayer y de hoy, enseñan que cuando el yoga se practica con conocimiento tiene mayor poder. Y que el sacrificio verdadero no esta en la renuncia al mundo, sino en negar ese yo o ego que haciéndonos sentir como individualidad, nos separa del mundo y del resto de seres. El yoga entendido de este modo, conduce al practicante a realizar prácticas ascéticas desarrolladas a lo largo del día, haciéndolas coincidir con sus hechos cotidianos a modo de un ritual, que simboliza para la persona su propia regeneración y la del Cosmos. Después de la aparición del Bhagavad Gita, el termino yoga hace referencia a cualquier método que conduce a la salvación personal. En estos términos es empleado por Krishna. Él distingue entre “Karma Yoga” (disciplina del cumplimiento del deber, sin consideración de los frutos de la acción), “Jñana Yoga” (Yoga del conocimiento y de la sabiduría que discrimina para lograr un grado conciencia más elevado) y “Bhakti Yoga” (la senda de la devoción a la Divinidad). El yoga concebido por un Bhakti Yogui abarca a toda persona con independencia de su religión, que adore a su Dios con pensamientos y obras. Patanjali distingue entre dos tipos de yoga, Hatha Yoga y Raja Yoga, los cuales para que sean operativos, debemos entenderlos como fases de una única función. El Hatha Yoga por medio de asana y pranayama, se ocupa de los procesos físicos conducentes a lograr la perfecta salud, base imprescindible para crecer hacia la espiritualidad. El Raja Yoga desenvuelve la maraña de los procesos superiores de la contemplación y la meditación. Cuando por medio del Raja Yoga, el yogui logra el dominio del cuerpo y los sentidos, su mente permanece tranquila y se manifiesta el autentico ser. En esta circunstancia, el calor y el frío, el placer y el dolor, el honor y el deshonor no perturban ya su estado pues ha trascendido los opuestos. En forma paulatina, va experimentando una estrecha conexión entre el cuerpo, la respiración y la conciencia. Sentado en postura de loto, siente la serenidad del cuerpo, que profundiza mediante la postura y la respiración pausada que conduce a la profunda concentración de la mente y precede al estado de samadhi. Absorto en meditación el Raja Yogui pierde la conciencia y sensaciones de su cuerpo, siendo ajeno al mundo exterior que le rodea. Esta meditación absorta precede siempre a la liberación (kaivalya). Hay muchos métodos de mejora además del yoga, pero su esencia se reduce a un único entendimiento: Son gente que busca el camino hacia Dios, hacia el Primordial, la Conciencia del Creador, Brahma, etc. Pero el Ser Primordial devuelve a quienes así buscan, a Sí Mismo, como a un único reflejo de ÉL en SÍ MISMO.