Estados Unidos y la Unión Europea han querido hacer alarde de unidad en su cumbre celebrada este viernes en Washington ante el sombrío panorama global en el que continúa la guerra en Ucrania y parece a punto de comenzar la campaña terrestre de Israel contra Hamás en la franja de Gaza. En su encuentro en la Casa Blanca, el Presidente de EE UU, Joe Biden; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, han subrayado su respaldo a Kiev. Pero no han conseguido destrabar los desacuerdos entre ambos aliados en cuestiones comerciales, aunque Washington ha dado el visto bueno a prorrogar sus exenciones a los aranceles sobre el acero y el aluminio y las conversaciones continuarán.

En una intervención antes de comenzar el encuentro, que se trata del segundo en la Casa Blanca durante el mandato de Biden, el presidente estadounidense ha subrayado que los dos bloques estuvieron juntos “para apoyar al gran pueblo de Ucrania y para afrontar desafíos económicos”. “Y volverán a unirse para apoyar a Israel tras los ataques de la milicia radical palestina y para establecer estándares comerciales con China”, ha añadido.

La cumbre en la Casa Blanca, programada inicialmente para atajar las diferencias comerciales entre los dos bloques económicos, se ha visto dominada por los acontecimientos en Oriente Próximo. Al tiempo que comenzaba la reunión, la oficina presidencial enviaba al Congreso de Estados Unidos una petición de fondos por 105.000 millones de dólares (casi 100 millones de euros), la mayoría de los cuales —61.400 millones— se destinarán a armar a Ucrania para que pueda recuperar el territorio ocupado por Rusia. Otros 14.000 millones se emplearán para equipar a Israel en su lucha contra Hamás.

Mientras se desarrollaba la reunión, Estados Unidos recibía la noticia de la liberación de dos mujeres estadounidenses, madre e hija, parte de los rehenes que Hamás retiene desde su incursión en Israel del 7 de octubre. En un comunicado posterior, Biden expresaba su satisfacción y aseguraba que no cejará hasta conseguir que el resto de los prisioneros también quede en libertad. La milicia retiene hasta 250 capturados de diversas nacionalidades. “Desde los primeros momentos del ataque, hemos trabajado día y noche para liberar a los estadounidenses capturados por Hamás, y no hemos relajado nuestros esfuerzos para lograr la liberación de los que quedan”, apuntaba el presidente.

En sus declaraciones iniciales, Biden hacía referencia a la ayuda humanitaria a la Franja, una de sus prioridades en la crisis a medida que ha evolucionado la guerra entre Israel y Hamás. Esta semana, durante su visita de menos de ocho horas a Tel Aviv, llegó a un acuerdo con el Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu para el paso de una veintena de camiones que transporten agua, medicina y alimentos a la población de 2,3 millones de personas.

Según el presidente estadounidense, el cargamento con ayuda humanitaria podrá entrar en Gaza en las próximas 24 o 48 horas.“Tengo el compromiso de los israelíes y del presidente egipcio (Abdel Fatah Al Sisi) de que el paso se va a abrir. Hay que pavimentar de nuevo la carretera, estaba en muy mal estado… Creo que entre las próximas 24 y 48 horas entrarán los 20 camiones”, declaraba.

El presidente había hablado este viernes por teléfono con Netanyahu, según informó la Casa Blanca en un comunicado. Ambos líderes abordaron los planes para llevar la ayuda humanitaria a la Franja desde Egipto, según la oficina presidencial. Además, el jefe de Estado subrayó que Israel debe “respetar las leyes de la guerra, incluida la protección a los civiles”, en el conflicto abierto contra Hamás.

En su sesión conjunta, Von der Leyen expresó su agradecimiento a Biden por su visita a Tel Aviv esta semana, donde logró que Israel aceptara la entrada de la humanitaria a la franja de Gaza. “Es importante mostrar solidaridad con las víctimas del peor ataque contra Israel desde el Holocausto. Israel tiene el derecho a defenderse de acuerdo con el Derecho humanitario”, subrayaba la política alemana. Y también aseguraba que “los acontecimientos en Oriente Medio no nos distraerán de nuestro apoyo sólido como una roca a Ucrania”. Michel, por su parte, destacaba que “más que nunca, el mundo necesita una firme alianza EE UU-UE para abordar esos desafíos”.

Ambos dirigentes se reunieron después por separado con el presidente estadounidense. Michel, que había llegado el primero al ala oeste de la Casa Blanca, también conversó el primero con Biden. Von der Leyen, por su parte, mantuvo un diálogo con el jefe de Estado durante un paseo por la Rosaleda. Ninguno de los tres hizo declaraciones al término de la cumbre.

Tras las buenas palabras, subyacía la falta de progresos en las disputas comerciales que arrastran desde el mandato del presidente Donald Trump (2017-2021). “A veces tenemos diferencias”, admitía el presidente del Consejo Europeo. “Por eso estamos aquí: para cooperar, para encontrar soluciones que sirvan a las empresas y a los trabajadores”. En el comunicado conjunto tras la reunión, la UE y EE UU apuntan a “progresos” en las negociaciones para garantizar el acceso a minerales críticos.

Estados Unidos había cancelado los aranceles impuestos sobre las importaciones al acero y al aluminio procedentes de Europa con la condición de que antes de que terminara este mes llegaran a un acuerdo sobre medidas para frenar el exceso de capacidad en economías no de mercado, como China, y para promover el acero no contaminante. Washington aspira a que Bruselas imponga aranceles sobre las importaciones de acero barato del gigante asiático, que considera que están inundando el mercado. La UE apunta que debe llevar a cabo una investigación de acuerdo con las reglas de la Organización Mundial de Comercio.

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