Bogotá, Colombia (CNN) — Una regla intemporal en la hospitalidad es que las conversaciones incómodas deben evitarse a toda costa, al menos hasta la hora del postre. No querrás que tus invitados tengan un mal sabor de boca antes de servir la cena.

La misma regla bien puede aplicarse en la política, ya que los líderes a menudo se enfocan primero en encontrar “puntos en común” con sus contrapartes en lugar de adoptar una postura de confrontación uno a uno.

La semana pasada, cuando el presidente estadounidense, Joe Biden, recibió en la Casa Blanca a su homólogo colombiano, Gustavo Petro, un exguerrillero de izquierda y crítico frecuente del compromiso internacional de Estados Unidos, la pareja hizo exactamente eso, promoviendo sus puntos en común y ocultando las diferencias. .

La reunión se produjo cuando una serie de visitas diplomáticas destacaron a América Latina como una región estratégica, con el canciller ruso Sergey Lavrov recorriendo Brasil, Venezuela, Nicaragua y Cuba, y mientras el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky se dirigía al parlamento en México, solicitando su apoyo.

Mientras tanto, en el peso pesado regional de Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva está impulsando una coalición de países no alineados para resolver la crisis de Ucrania y cortejando a Beijing como socio económico.

Entonces, ¿cuál fue el término medio más fuerte que el presidente Biden, como anfitrión, pudo encontrar para su invitado? El cambio climático.

El mensaje más importante de Washington durante la visita de Petro no fue dirigido a Petro, sino a toda la región latinoamericana, con la administración de Biden prometiendo hasta $ 500 millones, a la espera de la aprobación del Congreso, a un fondo internacional de conservación de la Amazonía establecido por Brasil en 2008 que no había No atrajo mucho interés, y mucho menos donaciones, en los últimos años.

La selva amazónica se extiende por nueve países de América del Sur, por lo que el impacto del fondo es verdaderamente regional. Y el compromiso de Biden es diez veces mayor que el que prometió Estados Unidos hace apenas dos meses cuando le tocó el turno a Lula en el Despacho Oval.

El anuncio dice que la administración de Biden está escuchando atentamente los mensajes provenientes de América Latina, donde abordar el cambio climático ha sido durante mucho tiempo una prioridad para los gobiernos de izquierda y derecha. Los líderes de la región tienden a tomar el tema del clima como su plataforma en las cumbres internacionales.

Petro utiliza una estrategia de «péndulo»

Programado para coincidir con la visita de Petro, el compromiso de financiamiento también insinúa que el líder colombiano ha encontrado su oportunidad en la competencia actual entre las superpotencias del mundo.

Como muchos países latinoamericanos, Colombia ha recibido inversiones considerables de empresas chinas en los últimos años, principalmente en los sectores de transporte y minería. Un consorcio chino construirá el sistema de metro en Bogotá, la capital de Colombia, uno de los proyectos de infraestructura más estratégicos del país en las próximas dos décadas.

En enero, un memorando del embajador de Rusia en Colombia elogió la decisión de Petro de no enviar armas de fabricación rusa de propiedad colombiana a las Fuerzas Armadas de Ucrania, una posición similar a la de otros países de la región, como Argentina, Brasil y Perú, que se resistieron a unirse. la coalición de potencias occidentales a favor de Ucrania.

«Petro entendió que podía desarrollar una estrategia de ‘péndulo’, balanceándose de un lado a otro al mismo tiempo», dijo Vicente Torrijos, profesor de estudios internacionales en la Escuela Superior de Guerra de Colombia.

“Que Colombia pueda, sin perder las ventajas de ser un aliado estratégico de la OTAN, interactuar con Moscú y Beijing, es una visión muy pragmática de la geopolítica internacional”, dijo Torrijos a CNN.

El jueves pasado, Petro también instó a Biden a lanzar «una nueva Alianza para el Progreso» para promover el desarrollo económico a través de energías más limpias en las Américas, citando la agenda de la década de 1960 liderada por el expresidente estadounidense John F. Kennedy.

Convertirse en una voz para la acción climática a nivel internacional encajaría con las ambiciones personales de Petro.

“Petro tiene la aspiración de liderar la nueva etapa de la geopolítica latinoamericana. Hablando de generaciones, [el presidente de México, Andrés Manuel] Se va López Obrador, Lula ya tuvo su momento, y por otro lado [el presidente de Chile, Gabriel] Boric es muy joven, muy inmaduro… entonces Petro ve que hay un vacío en la dirección del frente progresista en las Américas y aspira a llenarlo”, dijo Torrijos a CNN.

Y Biden también puede presumir de una concesión considerable de su reunión con Petro, quien hasta ahora se ha negado sistemáticamente a condenar las acciones de Rusia en Ucrania.

La declaración conjunta firmada por los dos líderes la semana pasada «condenó todas las formas de autoritarismo y agresión en el mundo, incluida la violación por parte de Rusia de la integridad territorial de Ucrania contraria al derecho internacional», un cambio considerable en la retórica del discurso de Petro.

“Ambos líderes muestran un verdadero pragmatismo y Petro sabe que puede ser pragmático cuando quiere”, dijo Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis, una consultora política con sede en Bogotá.

«Petro demostró que quería ser un líder internacional y representar a América Latina en estos grandes contextos, y la administración Biden estaba lista para reconocerlo como tal. En ese sentido, condenar la guerra contra Ucrania no fue un precio muy alto a pagar». ”, dijo Guzmán a CNN.