(CNN Español) –– Genaro García Luna «traicionó la confianza de su país» y la de Estados Unidos, dijo un fiscal federal al inicio del juicio por narcotráfico contra el exsecretario de Seguridad Pública de México.

La Fiscalía del Distrito Este de Nueva York y la defensa de García Luna presentaron este lunes sus primeros alegatos.

El exfuncionario llegó al lugar vestido con traje negro y camisa blanca. Su esposa, Linda Pereira, y una de sus hijas estaban en la habitación. Al entrar, García Luna se llevó la mano al corazón y saludó a su familia.

«Millones de dólares en sobornos»

El fiscal Philip Pilmar leyó los argumentos del cuerpo acusador, y señaló que el exfuncionario tenía «un segundo trabajo, un trabajo más sucio y mucho más rentable». Lo acusan de haber recibido «millones de dólares en sobornos» en efectivo para «permitir que el cartel de la droga más grande de México (Sinaloa) operara libremente para enviar toneladas de cocaína a Estados Unidos, porque controlaba todo el aparato de mantenimiento del orden». . México y la Policía Federal” (cuyas funciones actualmente realiza la Guardia Nacional).

Pilmar afirmó que, a cambio, la Policía Federal mexicana permitió que los cárteles establecieran retenes de seguridad y proporcionó a los miembros de las organizaciones criminales uniformes y placas policiales. Agregó que la institución presuntamente ayudaba a descargar y entregar la droga directamente a los cárteles. También que actuaron como mercenarios armados para eliminar a sus rivales.

La fiscalía argumenta que García Luna impuso medidas para evitar el descubrimiento, como ciertas detenciones, pero dejó que sus subordinados «hicieran el trabajo».

El fiscal anunció que el jurado escuchará a los involucrados en los operativos durante el juicio. Y afirmó que García Luna era uno de los activos «más valiosos» de los cárteles.

“Los narcotraficantes convictos más peligrosos y poderosos de Estados Unidos dirán que le pagaron al acusado”, dijo.

Defensa de García Luna dice que EEUU no tiene pruebas

Por su parte, el abogado de García Luna, César de Castro, desestimó los cargos y dijo que el gobierno de Estados Unidos no tenía pruebas creíbles de que su cliente colaborara con los cárteles. Dijo que no había dinero, fotos, textos, grabaciones o documentos.

El defensor aseguró que los narcotraficantes condenados que testificarán en su contra “buscan venganza” por haber sido capturados durante el gobierno del presidente Felipe Calderón (2006-2012). Reiteró que se trata de personas condenadas que habían sido entregadas a Estados Unidos bajo la administración de García Luna.

Además, De Castro mostró fotos de García Luna con ex autoridades estadounidenses, como Michele Marie Leonhart, entonces jefa de la Administración para el Control de Drogas (DEA), el senador John McCain, ya fallecido, la secretaria de Estado Hillary Clinton y el presidente Barack Obama, en un esfuerzo por demostrar que «era un socio en la guerra contra las drogas de Estados Unidos».

El abogado volvió a preguntar dónde estaba el dinero que supuestamente García Luna recibió de los cárteles.

Los fiscales estiman que el juicio podría durar unas ocho semanas. Aún no se sabe si García Luna declarará en su defensa.

García Luna enfrenta múltiples cargos de participación en una empresa criminal en curso y conspiración para obtener, importar y distribuir miles de kilogramos de cocaína en los Estados Unidos, además de haber hecho presuntamente declaraciones falsas a funcionarios de inmigración estadounidenses. El exfuncionario se declara inocente de todos los cargos.

El primer testigo de la fiscalía dice que vio sobornos pagados a García Luna

Le premier témoin du bureau du procureur était Sergio Villarreal Barragán, alias «El Grande», qui a été arrêté en 2010 et a plaidé coupable aux États-Unis pour complot en vue de faire le trafic de cinq kilos de cocaïne et de blanchiment d’ dinero.

Villarreal Barragán dijo que trabajó para el Cartel de Sinaloa entre 2001 y 2008 aproximadamente, luego de la muerte de Arturo Beltrán Leyva, quien cofundó el cartel que lleva sus apellidos. Dijo que parte de su papel en la organización era pagar sobornos a funcionarios del gobierno, incluido García Luna. Barragán aseguró haber estado presente en varias reuniones entre el imputado y Beltrán Leyva, durante las cuales -según su versión- se pagaron coimas a García Luna.

Villarreal Barragán describió que hay dos niveles de corrupción: en el primero se paga a funcionarios que “hacen la vista gorda”, y en el segundo otras autoridades son parte de las actividades de la organización. En ese sentido, dijo que García Luna era del segundo caso. Agregó que su participación fue muy importante para el Cártel de Sinaloa, pues gracias a él la organización criminal pudo crecer y minimizar a sus enemigos.

Villarreal Barragán dijo que a cambio, García Luna brinda información a los líderes de los cárteles sobre investigaciones u operaciones en su contra y poder atacar a sus rivales.

Villarreal Barragán dijo que fue policía judicial estatal en la década de 1990 y en 1992 se convirtió en agente de la ahora disuelta policía judicial federal. Agregó que durante este período entró a trabajar para el Cártel de Juárez y que renunció a la policía en 1997. En 2001 comenzó a trabajar para el Cártel de Sinaloa. Dijo que durante este período contó con el apoyo de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI), que proporcionó al cártel camionetas «clonadas» -las mismas que usan los miembros de la agencia-, así como uniformes y acreditaciones. En ese momento, García Luna era el director de AFI.

Según Villarreal Barragán, entre 2001 y 2003, Arturo Beltrán Leyva realizó pagos mensuales a García Luna entre $1 millón y $1,5 millones cada uno. Explicó que los principales capos del Cártel de los Beltrán Leyva, así como Ismael “Mayo” Zambada, Juan José “Azul” Esparragoza, Vicente Carrillo, Joaquín “El Chapo” Guzmán y el Cártel de Valencia estaban recaudando ese dinero. .

Agregó que estuvo presente en al menos 20 encuentros entre Arturo Beltrán Leyva y García Luna.

Villarreal Barragán describió un presunto operativo estando en Monterrey en el que -según su versión- sicarios disfrazados de agentes de la AFI allanaron las haciendas de sus rivales del Cártel del Golfo, mientras agentes de la institución custodiaban el perímetro. Indicó que el plan era presentar la droga y los rivales ante la fiscalía, pero luego dejaron de realizar este tipo de acciones porque estaban asesinando y desapareciendo a los rivales.

Villarreal Barragán agregó que hubo un presunto acuerdo entre García Luna y el Cártel de Sinaloa para que, de la droga interceptada a sus rivales por la organización criminal protegida por la AFI, el 50% del dinero de esta expedición vaya a parar a la empresa y al funcionario. en su momento, y el resto al cartel. Puso como ejemplo que, en una de estas situaciones, Beltrán Leyva le entregó cajas a García Luna con entre 14 y 16 millones de dólares.

Villarreal Barragán dijo que los pagos mensuales a García Luna continuaron al menos hasta 2006, cuando ascendió del cargo de director de la AFI durante el sexenio del entonces presidente Vicente Fox. (2000-2006) a secretario de Seguridad Pública durante el Calderón. gobierno. Según este testigo, Beltrán Leyva solo continuó con los pagos hasta 2006 porque a partir de entonces hubo una ruptura interna dentro del cártel.

Además del testimonio, durante la sesión no se presentó ningún otro tipo de prueba sobre estos hechos alegados.