Parece ser una costumbre: los clásicos regios son un Juego de 11 contra 11 en el que siempre ganan los Tigres.

Sí, los felinos volvieron a vencer a los Rayados (2-1), ahora en juego amistoso celebrado en Houston.

Ambos equipos guardaron sus mejores armas para el torneo local. Por el lado de Tigres, sus máximas figuras como André-Pierre Gignac y Nahuel Guzmán ni siquiera hicieron el viaje, mientras que los de la Pandilla tienen a varios jugadores lesionados.

El primer gol

El primer golpe lo dio el conjunto de los Rayados, con un centro al área que fue bien peinado por Daniel Parra a los 37 minutos. El balón quizá pudo ser detenido por Carlos Felipe Rodríguez, pero la pierna de un defensor de los Tigres le desvió la dirección del esférico.

Si los felinos eran los que dominaban el juego, con el gol en contra sus ánimos se encendieron aún más, ya que no iban a dejar que su archirrival los venciera, aunque se tratara de un juego amistoso.

Llegó el segundo tiempo y ambos conjuntos hicieron varias modificaciones. Por los Tigres entraron Láinez y Quiñones, por los Rayados salió el portero Esteban Andrada e ingresó Luis Cárdenas.

Hasta que le llegó el balón a Gorriarán, quien aprovechando un servicio en corto de Marcelo Flores, mandó un obús desde fuera del área que se fue angulando y que venció a Luis “Mochis” Cárdenas, quien quizá pudo hacer más en su lance a los 57’ de tiempo corrido.

El juego cayó en un impasse: mucha lucha, muchos cambios, conatos de bronca, hasta que cerca del final del juego Ozziel Herrera sacó otro trallazo de fuera del área que volvió a vencer la estirada del “Mochis” para sentenciar, otra vez, el triunfo felino.

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