Con la mirada fija en ningún lugar,
veo el espacio vacío.
Un mundo lleno de abundancia plena,
sintiendo la soledad del ser.
Todo parece desolado,
todo es inverosímil.
En la plenitud donde nada falta ni sobra,
al son de la melodía del amor.
Ante un momento donde la eternidad es percibida
mi corazón se estremece al darse cuenta de su propio palpitar.
Tun-tum, Tun-tum, Tun-tum.
Fuerte, contundente, ruidoso.
Tan solo existen mi mente y mi corazón,
unión perfecta de pensamiento y emoción,
colisión magnífica que destruye,
el fundamento base de toda creación.