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Imagen corporal durante el ciclo menstrual


Clarissa Barbero, Anabella Prato y Debora Avendaño son las autoras de este nuevo reporte de investigación de la Cátedra Psicología de la Mujeres de la Universidad Rafael Urdaneta, Escuela de Psicología. Ellas exploraron la forma como se ve afectada la Imagen Corporal de jóvenes a lo largo de las distintas fases del ciclo menstrual.

Esta investigación cualitativa se realizó desde el diseño fenomenológico con seis jóvenes estudiantes de diferentes carreras entre 19 a 21 años, a través de una entrevista semiestructurada. Se observó que existe una relación entre el ciclo menstrual y la imagen corporal en las mujeres y que la misma puede variar durante el ciclo. En la fase menstrual es cuando las mujeres cuentan con una imagen corporal más negativa y afectada por factores biopsicosociales. En conclusión, es necesario promover la educación sobre este tema para que se deconstruyan las creencias y mitos discriminantes que existen sobre el ciclo menstrual.

Introducción

De acuerdo con Rosen (1995) (como se citó en Raich, 2004), la Imagen Corporal es una concepción que alude a la forma en la que uno percibe, imagina, siente y actúa en relación a su propio cuerpo. Para ello, se consideran: aspectos perceptivos, aspectos subjetivos como: satisfacción o insatisfacción, preocupación, evaluación cognitiva, ansiedad, y aspectos conductuales.

La imagen corporal es un constructo psicológico complejo, que se refiere a cómo la autopercepción del cuerpo/apariencia genera una representación mental, compuesta por un esquema corporal perceptivo y así como las emociones, pensamientos y conductas asociadas (Baile, 2003). Por lo tanto, se entiende a la imagen corporal como un constructo psicológico, haciendo referencia a la forma en la que las personas se perciben, sienten y actúan en relación a su propio cuerpo. Tomando en cuenta: aspectos perceptivos, emocionales y conductuales.

La menstruación se entiende como el desprendimiento de la cubierta interna del útero, acompañado de sangrado. Sucede en ciclos mensuales durante la vida fértil de la mujer, exceptuando el embarazo. Los ciclos inician en la pubertad (con la menarquía) y cesan con la menopausia. La menopausia se da 1 año después del último ciclo menstrual (McLaughlin, 2021).

McLaughlin (2021), explica que el primer día de sangrado es cuando empieza cada ciclo menstrual (día 1) y termina justo antes de la siguiente menstruación. Los ciclos menstruales normales varían entre 24 y 38 días. Sin embargo, del 10 al 15% de las mujeres tienen ciclos de 28 días, mientras que en el 20% de las mujeres los ciclos son irregulares, es decir, más largos o más cortos que el intervalo normal. Generalmente, los ciclos cambian más y los intervalos entre los períodos son más prolongados en los años siguientes al principio de la menstruación (menarquia) y anteriores a la menopausia.

El ciclo menstrual tiene tres fases: (1) Folicular (antes de la liberación del óvulo), donde hay bajos niveles de estrógeno y progesterona y se da la descomposición y desprendimiento del endometrio que recubre el útero; (2) Ovulatoria (liberación del huevo), donde aumentan las hormonas luteinizante y disminuyen la hormona foliculoestimulante, la cual estimula la liberación del óvulo; y (3) Lútea (después de la liberación del óvulo), en la cual descienden la hormonas luteinizante y foliculoestimulante, el folículo roto del óvulo se cierra luego de liberarlo y la progesterona y estrógenos aumentan causando el engrosamiento del endometrio, preparando al cuerpo para una posible fertilización. Si el óvulo no se fertiliza termina ocurriendo el desprendimiento del endometrio e inicia el nuevo ciclo, y si es fecundado se da el embarazo (McLaughlin, 2021).

Asimismo, la Oficina para la Salud de la Mujer (OASH) del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. (2021) define al ciclo menstrual como el proceso hormonal por el que pasa el cuerpo de una mujer todos los meses para prepararse para un posible embarazo. Asimismo, señalan que los períodos menstruales regulares durante los años entre la pubertad y la menopausia suelen ser una señal indicativa de que el cuerpo está funcionando normalmente, por lo tanto los períodos irregulares, abundantes o dolorosos no son considerados normales.

El ciclo menstrual forma parte de la vida de la mujer durante aproximadamente 35 a 40 años independientemente de sus diferencias individuales, y la mayoría de las mujeres desde jóvenes que experimentan la menarquia hasta mayores que experimentan la menopausia relatan una diversidad de síntomas físicos como cambios y variaciones en la conducta, humor, peso, apetito, libido y temperatura, los cuales a su vez varían según factores genéticos, causas ováricas y uterinas, alteraciones hormonales o de neurotransmisores, distrés y otros trastornos. Cabe destacar que cuando estos síntomas no afectan áreas del desempeño habitual de la mujer no son considerados patológicos (Zanin et al., 2012).

Según Zanin et al. (2012) la sintomatología perimenstrual incluye “tensión mamaria, distensión abdominal, retención hídrica generalizada discreta, estreñimiento o diarreas, dolor de cabeza y síntomas psicológicos como leves variaciones del estado de ánimo, tensión e inquietud” (p. 109). Los autores señalan que estos síntomas, los cuales se presentan en alrededor del 80% de las mujeres en edad reproductiva, suelen estar asociados al período premenstrual.

La menstruación también cuenta con una perspectiva social particular, la cual Johnston-Robledo y Chrisler (2020) mencionan, destacando que las niñas y adolescentes suelen ser tratadas de forma distinta a partir del momento que experimentan la menarquia. A raíz de este evento, sus familiares les advierten sobre la sexualidad ya que “están grandes” o “ya son mujeres” y son presionadas a actuar de forma femenina por encima de sus formas de actuar habituales; de esta forma la menstruación marca a las niñas y mujeres como “diferentes del normativo y privilegiado cuerpo masculino”.

En el mismo orden de ideas, los autores hablan sobre el estigma social que supone la menstruación en tanto que las personas mantienen la creencia cultural de que la menstruación causa en las mujeres un desorden físico y mental que en una última instancia denota a las mujeres como enfermas, discapacitadas, fuera de control, poco femeninas e incluso locas (Johnston-Robledo y Chrisler, 2020).

UNICEF (2020) expone un estudio hecho con casi 100.000 niñas en India, donde más de la mitad no sabía nada acerca de la menstruación hasta la primera vez que la tuvieron. Que en siglo XXI siga existiendo dicho estigma sobre algo tan natural como lo es la menstruación es alarmante. Por tal razón, es indispensable que se dé espacio a investigaciones y conversaciones sobre este proceso, para que de esa manera se reduzca la desinformación que solo genera confusión, preocupación, limitaciones y abusos.

El autor Balarezo (2012) señala que el ciclo menstrual femenino sigue siendo considerado por la sociedad como un hecho tedioso que supone un gasto de tiempo y dinero, que causa molestias y dolores, debilitamiento físico y un impedimento en la realización de las actividades de la vida diaria. Esto, tomando en cuenta todos los cambios fisiológicos y hormonales que se dan durante el ciclo junto con la cualidad negativa que la sociedad le ha asignado a la menstruación hacen que este proceso sea mucho más complejo de lo que ya es.

Asimismo, los autores Türker, Çalışkan y Bayram (2022) consideran en su investigación que la menstruación es un periodo que afecta negativamente la imagen corporal, el cual afecta especialmente a las adolescentes, debido a que se sienten más pesadas de lo que son en sus periodos no menstruales. Por lo tanto, la menstruación es un periodo en el que la imagen corporal se percibe de una manera diferente a lo que realmente es. Es común observar que durante la menstruación las adolescentes presenten una imagen corporal disminuida, insatisfacción y percepción errónea de sus cuerpos, especialmente durante la menarquía.

La menstruación se percibe de manera social como algo negativo o de vergüenza debido a la desinformación, ya que es un proceso que solo ocurre en las mujeres y que se le ha adjudicado muchos mitos y creencias por muchos años. Con el tiempo, estos conceptos erróneos perjudican gravemente la confianza de las niñas y limitan sus oportunidades en la vida. Al ser un proceso inherentemente femenino no se le ha dado la importancia de ser estudiado y difundido a profundidad, y se deja de lado el hecho de que es un proceso biológico y natural que representa en sí el funcionamiento correcto y sano del organismo.

Por esta razón, es indispensable estudiar la manera en la que se ve afectada actualmente la imagen corporal de las mujeres durante los distintos momentos del ciclo menstrual, no sólo por razones fisiológicas y hormonales sino por causa de las creencias y estigmas sociales que presentan la menstruación como repugnante y digna de vergüenza. Como fue mencionado anteriormente, en la medida de que este tema sea estudiado, conversado y tomado en cuenta en toda su relevancia social se podrá lograr una concientización para una posterior desestigmatización.

Para efectos de esta investigación, manejaremos el concepto de ciclo menstrual como un proceso hormonal y fisiológico que está presente durante la etapa fértil de las mujeres y consta de 3 fases principales: folicular, ovulatoria, lútea, las cuales se completan en un periodo de tiempo aproximado entre 24 a 38 días. Al mismo tiempo, este proceso comprende una gran cantidad de cambios a nivel físico, psicológico, social e interpersonal que varían dependiendo de la fase menstrual en la que se encuentre.

Los motivos anteriormente expuestos condujeron al surgimiento de la siguiente pregunta de investigación: ¿Cómo se ve afectada la imagen corporal de la mujer durante el ciclo menstrual?, por lo tanto el objetivo general del proyecto de investigación presente es describir aspectos y cambios relacionados a la imagen corporal de la mujer durante el ciclo menstrual y se establecen como objetivos específicos definir qué es la imagen corporal, explicar el ciclo menstrual y los aspectos de la vida de la mujer en los que influye, identificar los cambios corporales y psicológicos que se dan durante las diferentes etapas del ciclo menstrual, explorar y comparar las distintas experiencias de las mujeres en cuanto a su imagen corporal a lo largo del ciclo menstrual y conocer los cambios a nivel de la imagen corporal que se dan en cada una de las distintas fases del ciclo menstrual.

Método

La presente investigación será llevada a cabo bajo un modelo de investigación cualitativo, el cual es entendido como una categoría de diseños de investigación que extraen descripciones a partir de observaciones realizadas mediante una gran variedad de métodos como entrevistas y narraciones (Le Compte, 1995). En este modelo lo que se busca lograr es la comprensión al indagar en los hechos, para luego llegar a una interpretación de los sucesos y acontecimientos y finalmente adquirir una comprensión holista de un fenómeno o experiencia.

El diseño seleccionado para este trabajo fue la fenomenología. El autor León (2004) define esta metodología de la siguiente manera:

La fenomenología echa mano de la descripción de lo que aparece, pero de aquello que surge con evidencia apodíctica. Deja entonces de lado la explicación de las cosas por los primeros principios y por las causas, y establece que es la intuición intelectual el procedimiento propio de la filosofía, pues no se puede aceptar nada con evidencia apodíctica si no se capta directamente en su manifestación donde el objeto aparece (p. 3).

Por lo tanto, este tipo de diseño se centra en la experiencias individuales de cada uno, buscando la esencia de estas experiencias, en pocas palabras, busca comprender los significados, las emociones, las vivencias, todas esas pequeñas cosas que llevan a la persona a ser como es y de alguna forma como estas marcaron su vida.

Este diseño se consideró adecuado para este trabajo, ya que por sus características es capaz de proporcionar conocimiento profundo de la experiencia de la imagen corporal durante el ciclo menstrual en mujeres, revelando información acerca de cómo ha sido la dinámica interna del informante ante esta situación, dando lugar a que éste exprese su perspectiva y que está pueda ser comprendida en su totalidad. La fenomenología tiene como ventaja la posibilidad de estudiar de manera exhaustiva y en profundidad el fenómeno a través de la narrativa del informante para conocer su vivencia personal, dando valor a la subjetividad de su experiencia.

Participantes

Por lo que se refiere a las Informantes, se trata de un grupo de 6 mujeres jóvenes de entre 19 y 21 años de edad, estudiantes de diversas carreras universitarias entre ellas: Ingeniería química, computación, medicina, administración de empresas, diseño gráfico. Fueron elegidos por conveniencia puesto que son personas de fácil acceso para la investigación. Además, cumplen con las características de ser mujeres jóvenes menstruantes, que han experimentado en sus vidas cambios físicos y psicológicos en su imagen corporal durante el ciclo menstrual.

Instrumentos

En cuanto a los métodos de recolección de información, se realizarán preguntas abiertas a las informantes las cuales serán registradas por medio de grabaciones de las respuestas, guardadas en notas de voz, tales como: ¿Cómo vives tu ciclo menstrual? ¿Qué cambios (físicos y emocionales) percibes durante las distintas fases del ciclo? ¿Qué entiendes por imagen corporal? ¿Cómo se ve afectada tu imagen corporal durante tu ciclo? ¿Sientes que los demás te perciben de forma diferente cuando tienes la menstruación?

Posteriormente, serán transcritas a formato digital para llevar a cabo el respectivo análisis. En relación al método, en este caso se utilizara la entrevista de tipo semiestructuradas, donde se contará con una guía de preguntas. Sin embargo, existirá la posibilidad de flexibilidad que permitirá indagar en aspectos relevantes que surjan en la conversación. Las entrevistas se llevarán a cabo en sus respectivas casas. Cada entrevista tendrá una duración aproximada de 20 minutos.

Procedimiento

Con respecto al procedimiento que se seguirá, tomando en cuenta lo propuesto por Moustakas (1994), en primer lugar es necesario reconocer los sesgos y presuposiciones del investigador sobre el fenómeno que se va a estudiar para evitar sesgos; en segundo lugar plantear preguntas abiertas de manera que la realidad del fenómeno a estudiar pueda abarcar distintas perspectivas; tercero, recoger la información y por último analizar la información a través de la hermenéutica y categorización; asimismo es significativo mencionar que todos los informantes serán entrevistado en persona bajo las mismas condiciones, en un lugar privado y libre de distracciones.

Resultados

Leyenda: Informante 1 Informante 2 Informante 3 Informante 4 Informante 5 Informante 6


Por Jannet Rivas Faría
Fuente: Feminismo Inc


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