Seguramente todo el mundo está familiarizado, o al menos tiene idea, de lo que es el llamado gaydar. Pero de todas formas vamos a darle una definición para que no quepa ninguna duda: El gaydar, o radar gay, es una especie de detector interno que nos permite identificar a personas que no son heterosexuales. Esto, por supuesto, es una simplificación, pero sirve para entendernos.

La pregunta es si realmente tenemos o existe la posibilidad de que la gente tenga un gaydar funcional interno. Es complicado, pero yo me voy a mojar y voy a decir que sí, aunque tal vez no exactamente como ustedes creen y de pronto no tan eficiente como esperamos.

¿Qué es el gaydar?

Ya establecimos una definición general, que es cómo percibimos esta especie de superpoder queer. Pero es un poco más complejo. Sabrán que nuestro cerebro es una máquina casi imposible de descifrar. Es fantástica y tan poderosa que aún no entendemos completamente su capacidad. También sabrán sobre nuestros sentidos, que son muchos más de cinco, aunque la ciencia no se pone de acuerdo en cuántos, exactamente, se cree que podríamos tener hasta 33.

Entre esos, aunque usted no lo crea, está es popular sexto sentido, ese que también se conoce como intuición o presentimiento. No, no es el que nos permite ver fantasmas (principalmente porque los fantasmas no existen). Pero sí nos pone en alerta cuando inconscientemente percibimos una potencial amenaza.

Verán la intuición, o presentimiento, funciona en nuestro subconsciente. Nuestro cerebro procesa todo, todo el tiempo, pero no todo esto es procesado de forma consciente. Básicamente para que no tengamos un exceso de carga cognitiva. Es como no necesitar estar consciente de cada respiración. Tenemos funciones automáticas, una de esas es detectar todo lo que existe y ocurre a nuestro alrededor.

El cerebro detecta algo que le parece sospechoso y entonces envía señales para que le prestemos atención. Esto es lo que llamamos intuición. No se trata de que tengamos poderes especiales, sino que nuestras experiencias, conocimientos y prejuicios nos alertan de una potencial situación de peligro, como caminar por una calle solitaria o interpretar el lenguaje corporal de otra persona.

Esencialmente el gaydar es lo mismo. Tus experiencias personales y los estereotipos que conoces te ayudan a determinar y/o catalogar a las personas. Enviamos señales codificadas sobre nosotros mismos todo el tiempo, sin darnos ni cuenta. Igualmente recibimos las señales enviadas por los demás.

¿Sí funciona?

Se han realizado algunos estudios al respecto, pero claro al tratarse de algo tan intangible, es complicado. En resumen estos estudios han revelado que las personas de la comunidad LGBTQIA tienen mejor gaydar que las personas heterosexuales, lo que parece bastante lógico. Pero al mismo tiempo se ha determinado que la precisión del gaydar no sube más del 73%

¿Se acuerdan cuando hablamos de un programa que identificaba la sexualidad de la gente con sólo una imagen del rostro? El gaydar es mejor, porque usamos nuestros conocimientos para identificar patrones de conducta. No siempre acierta, claro, porque lamentablemente nos basamos mucho en estereotipos y prejuicios. Pero en pocas palabras funciona, y funciona mejor para las personas queer, porque como seres sociales que somos necesitamos ser parte de una comunidad, para eso necesitamos identificar a otros que compartan ciertas características con nosotros, como gustos, intereses, experiencias, y hasta dolor.

Pero no es infalible y se equivoca, porque somos humanos y nuestro juicio no siempre es imparcial. A veces queremos tanto algo que alteramos evidencias y no somos extraños de engañarnos a nosotros mismos. También hay veces que recibimos mensajes mixtos o equivocados. Debemos además tener en cuenta variables, como las diferencias culturales, por ejemplo.

En resumen

El gaydar es una herramienta interesante, inclusive útil, pero no es 100% confiable. Así que no deberíamos basarnos sólo en sus resultados. Digamos que no es una pieza de evidencia que vale en una corte. Por lo tanto no es algo que nosotros deberíamos tomar como irrefutable.

Nos ayudará a identificar potenciales personas de la misma comunidad. Quizás sería bueno, una vez que nuestro gaydar nos avisa sobre potencial objetivo, dar el siguiente paso e intentar establecer una conexión más personal.

Como si el gaydar fuera sólo el primer paso de un proceso más complejo. Porque si hay algo complejo que ni la ciencia ni la magia han podido descifrar son las relaciones humanas. Esas mismas que nosotros nos empeñamos en complicar, por seguir parámetros obsoletos de una sociedad insegura.

¿Debes confiar en tu gaydar? Sí, como confiarías en tu intuición, pero no debes tomarlo como una verdad absoluta. Recuerda no asumir nada de los demás, todos tienen experiencias y puntos de vista distintos. La mejor forma de conectar con otros es hacerlo de forma personal: compartir, conversar, etc.

Muchos desestiman e incluso advierten sobre el peligro del gaydar. No puedo estar en desacuerdo, porque algunas veces nuestra mayor evidencia se basa en estereotipos, como ya les contaba antes. Por eso insisto en que no es infalible, pero creo que, como intuición, funciona. Hay que entender qué es y cómo funciona. Lo más peligroso es asumir.

Ustedes ¿qué tal?, ¿cómo les funciona el gaydar? El mío es terrible, francamente. Lo que es curioso porque en general mi intuición es bastante acertada ¯_(?)_/¯

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El post ¿De verdad existe el gaydar? fue publicado originalmente en Lesbicanarias. por Nani