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Cine erótico desde adentro


¿Cómo le explicas a tu familia que lo que quieres hacer en la vida es dedicarte al cine porno?

Eso fue lo que tuvo que hacer la Actriz Venezolana Victoria Lanz. Tuvo que explicarles que a ella lo que le gustaba era tener relaciones sexuales al frente de una cámara, y así ser la protagonista de las fantasías de miles de espectadores.

"Como todo, fue duro. Les dije: 'bueno, me gusta y... ¡cónchale, es lo que quiero hacer!' ¿Sabes? Se los dije muy sutilmente y lo aceptaron, pero me dijeron '¡en Venezuela no hagas mucho!' Y yo les contesté: '¡pero si en Venezuela no hay nada de porno! ¿Qué voy a hacer aquí?", le cuenta Victoria a BBC Mundo.

Razón no le faltaba a la actriz venezolana, porque es en España -y no en Latinoamérica- donde se mueve una de las mayores industrias del Cine erótico. Específicamente en Barcelona, que -según los entendidos- es la "capital porno" del país.

Hasta allí viajó Victoria junto a su esposo una primavera del 2005.

"Llegamos de vacaciones y nos enteramos de que se hacía porno. Nos pusimos a buscar por internet hasta que contactamos a Giancarlo Candiano (director italiano) y dijo: 'bien, te haré un casting'", recuerda la actriz, quien desde entonces se ha dedicado a la industria del cine X y hasta ha sido nominada como mejor actriz de reparto en festivales especializados.

Hoy en día, Victoria es toda una profesional de un mundo que -a pesar de mover mucho dinero- se suele comentar en voz baja.

"La pornografía se ha anatomizado como algo sucio, pero hacer el amor no es nada sucio. ¡Todo lo contrario! Es un acto de amor, la propia palabra lo dice, ¿no?", le explica a BBC Mundo Paco Gisbert, crítico del cine erótico.

"Del eros"

"El erotismo viene del 'eros', y el 'eros' es amor, es relaciones amorosas... ese tipo de cosas", agrega Gisbert.

Pero, ¿estamos hablando de pornografía o de erotismo?

"Esa es una discusión tan antigua y tan complicada que no creo que haya alguien que se ponga a dar una definición. Hay desde el que dice que el erotismo es la pornografía de los ricos, hasta el que considera que es una cuestión de puntos de vista, según el plano que elijas a la hora de montar", comenta el crítico.

Aquí quizás valga la pena hacer una distinción entre las producciones X. Están las que se dedican a grabar dos horas de sexo puro y duro, sin mucho maquillaje, ni diálogos ni nada que desconcentre a los actores ni al espectador de su respectivo papel. Por otro lado están las películas pornográficas, que buscan el estilismo dentro del acto sexual, que quieren narrar una historia con sexo explícito.

Ése es el objetivo del director español Isidoro Lucas, mejor conocido en el mundo X como "Isi Lucas".

"Ahora hay gente nueva, con ideas nuevas y técnicos de imagen, con conocimiento de imagen y sonido, que normalmente era un poco de lo que se pecaba o echaba a faltar en este tipo de películas".

"También hay directores nuevos que son grandes contadores de historias. Yo también soy un contador de historias. Cada uno tiene su estilo y su forma pero por lo menos intentamos contar cosas", agrega el realizador.

Universal

A pesar de la tema de la película -las hay de época, de ciencia ficción, contemporáneas, de terror, tipo comedia- la finalidad última y principal es exaltar todo aquello que pertenece al instinto sexual y así despertar el apetito del espectador.

Una tarea que para Paco Gisbert puede ser complicada, "porque no todo el mundo se excita igual. La sexualidad es tan variada que hay cosas que te excitan a ti, pero que al vecino no le excita".

Sin embargo, para el director, el erotismo es universal. Lo que varía es la situación.

"La ropa, el fondo y la localización; el por qué y de dónde viene y cómo se llega a esa situación; y luego encima que no sean pareja, que haya una chica más o un chico... entonces ya es un trío, o una orgía; la gente vestida, juegos con diálogo y con sensación de realidad, de credibilidad".

Éste es el tipo de película que le gusta protagonizar Victoria Lanz.

"A mí lo que más me gusta son esas pelis bonitas, donde hay una buena localización, un buen maquillaje, un buen vestuario. Que tenga una trama, me gusta mucho, pero también me gusta mucho que tenga sexo".

Puntos de vista

Ese cine más cuidado, más elaborado, fue lo que inclinó la balanza para que Dunia Montenegro se decidiera a incursionar en el mundo del séptimo arte pornográfico.

"Me he metido con la intención de ver un poquito qué pasaba y, al final, se ha convertido en mi trabajo oficial. Una vez dentro, todo es muy diferente, porque hay que trabajar muy duro para que los profesionales te tomen en cuenta", le cuenta a BBC Mundo esta brasileña que lleva dos años como actriz.

A Dunia ya no le llaman la atención las películas con historia: ella prefiere ahora las que en España llaman "Gonzo", es decir el más puro sexo.

"Me gustan porque ahí te pones y está una cámara grabando y un director que más o menos controla la luz, pero lo haces como quieres y disfrutas. Ya hoy en día no me gustan tanto las cuidadas porque tienes que parar y está todo muy controlado y prefiero que me dejen un poco a mi aire", explica la estrella porno.

Victoria es el caso opuesto al de Dunia. Ella no sólo está casada con otro actor de cine X, sino que sabe diferenciar muy bien el trabajo del placer.

"El sexo en una peli porno yo ya lo veo como mi trabajo. Pero en casa lo disfruto de otra forma, porque estoy cómoda. En una película erótica hay un director que te dice 'ponte así'... ¡mira mis rodillas! Esto no lo hago en casa... ¡mi espalda rota! Es algo muy distinto a hacerlo en casa", explica la actriz venezolana.

Machista y conservador

Hay que dejar algo en claro: las películas eróticas tienen un público mayoritariamente masculino. Aún cuando existen directoras como María Bianco o Sandra Valencia, su producto va dirigido a los hombres.

"El porno es machista o de hombres porque lo consumen los hombres. Yo creo que éste es un debate muy parecido al de la telebasura. Dicen que a la gente le gusta la telebasura porque la ven pero ¿la ven porque les gusta o porque la hacen?", dice Gisbert, quien considera que si se hiciera un cine X diferente, la gente lo vería.

"Yo creo que sí, aunque en general la industria del porno es muy conservadora y es muy difícil que apueste por cambios. O sea, nadie se atreve a hacer en estos momentos, en 2006 una película con un cierto tono underground, o más independiente, más valiente; no se atreven. Es más complicado de lo que parece", agrega.

¿Por qué no se atreven? El crítico piensa que en general los productores han encontrado una fórmula que consta de cinco o seis escenas sexuales, con un mínimo de desarrollo argumental, con 10 o 12 actores y actrices, seis o siete días de grabación y un presupuesto de unos US$40.000.

Jubilación prematura

Con ésta fórmula, y los medios de distribución pactados antes de filmar cualquier escena (televisión, ventas a club de video o tiendas de artículos eróticos, descargas por internet o mensajería celular), el mercado del cine X es cada vez más sólido y variado, lo que se traduce en buenas ganancias para los actores y actrices.

"Una chica que está empezando y hace una escena para internet puede ganar casi US$400. Mientras que las porno stars (estrellas del cine porno) más conocidas en Europa calculo que ganarán unos US$6.000", explica Dunia, quien espera retirarse del mundo erótico en uno o dos años. Es decir, cuando lleve unos tres o cuatro años de carrera.

A Victoria Lanz tampoco le va mal, económicamente hablando, claro.

"Yo por lo menos voy bien, no me quejo... con un año que llevo, ya tengo una casa en Venezuela".




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