En el Antiguo Testamento, la corriente de la sabiduría medita que el proyecto grandioso del Dios Creador tiene una finalidad cuando crea al hombre y le invita a colaborar con Él. El punto de vista de la sabiduría es el de la sabiduría (Pr 8, 34). La sabiduría es la manera de los profetas y de los amigos de Dios (Sab 7,27). Hay entre la sabiduría y el Espíritu Santo una conexión íntima (Dn 4,8.9.18). La sabiduría entra en la perspectiva del juicio y de la vida eterna (Sab 2.22 a 23 y CE 6: 18-19). Jesús es un sabio, un maestro de sabiduría. Es accesible a los humildes, como la Sabiduría personificada. Proverbios, parábolas, reglas de vida sorprenden a sus contemporáneos. Pero es aún mayor: "supera a Salomón" (Mt 12,42). Cuando Jesús llama a la santidad, dando una nueva Torá en el nuevo Sinaí que es el Monte de las Bienaventuranzas, se confirma en el rango de Sabiduría creativa del mundo. Por su sacrificio, Jesús se revela como Sabiduría de Dios (1 Cor 1,24 a 30; Col 2,3). María la madre de Jesús, por todo esto es llamada "Trono de la sabiduría." |