"Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Asíclama por ti, Oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?"Esto captura mi súplica a Dios al instante. Mi oración no es simplemente por sanidad,, sino por su presencia, mi esperanza no es esperar tanto en la sanidad del Señor como en la presencia del Señor, porque ahí es donde está el poder y la gracia, y por último, ¡también está la sanidad! ¡Cada día estoy experimentando más y más del Señor, aun hay una "sed" que me mueve hacia él! Hay un "clamor" del alma, una "sed" por el Dios vivo.
Realmente es difícil describirlo. Se que en Juan 4:14 Jesús dijo:
En un plano, eso es verdad. En lo que concierne a mi necesidad de salvación, ¡esta ha sido totalmente colmada por el Espíritu de Dios! No tengo esa constante "sed" de encontrar la respuesta a la vida. Pero al mismo tiempo, la Biblia también describe un deseo casi visceral por más de Dios."Pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna"
Es sorprendente cuantas veces la Biblia describe nuestro deseo por Dios en términos de la necesidad natural de alimento y agua. En Mateo 5:6 Jesús dijo: "Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados". 1Pedro 2:23 dice: "deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación, ahora que han probado lo bueno que es el Señor", Juan 7:37 dice: "¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba!". En Juan 4:34 Jesús dice: "Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra".
Y en un post anterior, cité a Mateo 4:4:
"...No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"Este paralelo entre el hecho natural de comer y beber es importante. Demuestra que nuestra experiencia con el Señor ha sido diseñada por él para que sea:
Desde que me diagnosticaron cáncer (y aun antes, dado que los primeros síntomas comenzaron hace mas de un año), he estado concentrándome en mis hábitos de comer y beber. Por ejemplo, Elena me ha dado un estricto "régimen de líquidos". Ella ha creado un "esquema de plan diario" para asegurarse que estoy tomando suficiente líquidos. Hemos escogido una serie de alimentos y suplementos nutricionales para ayudar al fortalecimiento del cuerpo. Aunque el Señor es mi Sanador, yo también tengo una responsabilidad hacia mi propio cuerpo, para asegurarme de que esta equipado para la batalla. Pero tan importante como este plano físico, es también muy importante el plano espiritual.
De hecho, una cosa, se ha vuelto clara para mi durante esta crisis. Dios está obrando en dos niveles:
1. El físico que implica la sanidad
2. El espiritual que implica la madurez
No puedo intentar rechazar uno o preferir uno sobre el otro. Necesito nutrición para [ambos]. Y así voy a terminar con la misma cita del Salmo 42:1-2:
"Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, Oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?"