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EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO








EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
I

Los antepasados de Jesucristo:
Libro de la genealogía (los antepasados) de Jesucristo (Jesús el Mesías), hijo (descendiente) de David, hijo (descendiente) de Abraham.
Abraham fue Padre de Isaac, Isaac de Jacob, y Jacob de Judá y de sus hermanos; Judá fue padre de Fares y de Zara, cuya madre fue Tamar; Fares fue padre de Esrom, y Esrom de Aram; Aram fue padre de Aminadab, Aminadab de Naasón, y Naasón de Salmón; Salmón fue padre de Booz, cuya madre fue Rahab; Booz fue padre de Obed, cuya madre fue Rut; y Obed fue padre de Isaí; Isaí fue padre del rey David. Y David fue padre de Salomón, cuya madre Betsabé había sido mujer de Urías.
Salomón fue padre de Roboam, Roboam de Abías, y Abías de Asa; Asa fue padre de Josafat, Josafat de Joram, y Joram de Uzías; Uzías fue padre de Jotam, Jotam de Acaz, y Acaz de Ezequías; Ezequías fue padre de Manasés, Manasés de Amón, y Amón de Josías; Josías fue padre de Jeconías (llamado también Joaquín) y de sus hermanos durante la deportación a Babilonia.
Después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue padre de Salatiel, y Salatiel de Zorobabel; Zorobabel fue padre de Abiud, Abiud de Eliaquim, y Eliaquim de Azor; Azor fue padre de Sadoc, Sadoc de Aquim, y Aquim de Eliud; Eliud fue padre de Eleazar, Eleazar de Matán, y Matán de Jacob; Jacob fue padre de José, el marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo (el Mesías).
De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones; y desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.

Nacimiento de Jesucristo:
El nacimiento de Jesucristo fue como sigue: estando Su madre María comprometida para casarse con José, antes de que se llevara a cabo el matrimonio, se halló que había concebido por obra del Espíritu Santo.
Entonces José su marido, siendo un hombre justo y no queriendo denunciarla públicamente, quiso abandonarla en secreto. Pero mientras pensaba en esto, se le apareció en sueños un ángel del Señor, diciéndole: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque el Niño que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo. Y dará a luz un Hijo, y Le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a Su pueblo de sus pecados.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta (Isaías), diciendo: "HE AQUI, LA VIRGEN CONCEBIRA Y DARA A LUZ UN HIJO, Y LE PONDRAN POR NOMBRE EMMANUEL," que traducido significa: "DIOS CON NOSOTROS."
Cuando José despertó del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a María como su mujer; y la conservó virgen hasta que dio a luz un Hijo; y Le puso por nombre Jesús.

II

La visita de los sabios de Oriente:
Después de nacer Jesús en Belén (Casa del Pan) de Judea, en tiempos del rey Herodes (el Grande), unos sabios (magos) del oriente llegaron a Jerusalén (Ciudad de Paz), preguntando:  ¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Porque vimos Su estrella en el oriente y Lo hemos venido a adorar.
Cuando lo oyó el rey Herodes (el Grande), se turbó, y toda Jerusalén con él. Entonces, el rey reunió a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, y averiguó de ellos dónde había de nacer el Cristo (el Mesías). Y ellos le dijeron: "En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta: Y TU, BELEN, TIERRA DE JUDA, DE NINGUN MODO ERES LA MAS PEQUEÑA ENTRE LOS PRINCIPES DE JUDA; PORQUE DE TI SALDRA UN GOBERNANTE QUE PASTOREARA A MI PUEBLO ISRAEL.
Entonces Herodes (el Grande) llamó a los sabios (magos) en secreto y de ellos determinó el tiempo exacto en que había aparecido la estrella. Y enviándolos a Belén (Casa del Pan), dijo: Vayan y busquen con diligencia al Niño; y cuando Lo encuentren, avísenme para que yo también vaya y Lo adore.
Después de oír al rey, los sabios (magos) se fueron; y la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre el lugar donde estaba el Niño. Cuando vieron la estrella, se regocijaron mucho con gran alegría. Entrando en la casa, vieron al Niño con Su madre María, y postrándose Lo adoraron; y abriendo sus tesoros Le presentaron obsequios de oro, incienso y mirra.
Y habiendo sido advertidos por Dios en sueños que no volvieran a Herodes (el Grande), se fueron para su tierra por otro camino.

La familia de Jesús huye a Egipto:
Después de haberse marchado ellos, un ángel del Señor se apareció a José en sueños, diciendo: Levántate, toma al Niño y a Su madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te diga; porque Herodes (el Grande) quiere buscar y matar al Niño. Y levantándose José, tomó de noche al Niño y a Su madre, y se trasladó a Egipto; estuvo allá hasta la muerte de Herodes (el Grande), para que se cumpliera lo que el Señor habló por medio del profeta, diciendo: "DE EGIPTO LLAME A MI HIJO."

Herodes intenta matar a Jesús:
Herodes (el Grande), al verse burlado por los sabios (magos), se enfureció en gran manera, y mandó matar a todos los niños que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para abajo, según el tiempo que había averiguado de los sabios (magos).
Entonces se cumplió lo que fue dicho por medio del profeta Jeremías, cuando dijo: SE OYO UNA VOZ EN RAMA, LLANTO Y GRAN LAMENTACION; RAQUEL QUE LLORA A SUS HIJOS, Y QUE NO QUISO SER CONSOLADA PORQUE YA NO EXISTEN."

La familia de Jesús se establece en Nazaret:
Pero cuando murió Herodes (el Grande), un ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto, diciéndole: Levántate, toma al Niño y a Su madre y vete a la tierra de Israel, porque los que atentaban contra la vida del Niño han muerto. Y levantándose, José tomó al Niño y a Su madre, y vino a la tierra de Israel. Pero cuando oyó que Arquelao reinaba sobre Judea en lugar de su padre Herodes (el Grande), tuvo miedo de ir allá; y advertido por Dios en sueños, se fue para la región de Galilea. Cuando llegó, vivió en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo que fue dicho por medio de los profetas: "El será llamado Nazareno."

III

Predicación de Juan el Bautista:
En aquellos días llegó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, diciendo: Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.
Porque este Juan es aquél a quien se refirió el profeta Isaías, cuando dijo: "VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: “PREPAREN EL CAMINO DEL SEÑOR, HAGAN DERECHAS SUS SENDAS.” Y él, Juan, tenía un vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura; y su comida era de langostas (saltamontes) y miel silvestre.
Entonces Jerusalén, toda Judea y toda la región alrededor del Jordán, acudían a él, y confesando sus pecados, eran bautizados por Juan en el río Jordán. Pero cuando vio que muchos de los Fariseos y Saduceos venían para el bautismo, les dijo: ¡Camada de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira que está al venir? Por tanto, den frutos dignos de arrepentimiento; y no piensen que pueden decirse a sí mismos: 'Tenemos a Abraham por padre,' porque Les Digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. Yo, en verdad, los bautizo a ustedes con agua para arrepentimiento, pero Aquél que viene detrás de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitar las sandalias; El los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Trae su pala en Su mano y limpiará completamente Su era; y recogerá Su trigo en el granero, pero quemará la paja en un fuego que no se apaga.

El bautismo de Jesús:
Entonces Jesús llegó de Galilea al Jordán, a donde estaba Juan, para ser bautizado por él. Pero Juan trató de impedirlo, diciendo: "Yo necesito ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí?" Jesús le respondió: "Permítelo ahora; porque es conveniente que así cumplamos toda justicia." Entonces Juan consintió.
Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y los cielos se abrieron en ese momento y él (Juan) vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre El.
Y se oyó una voz de los cielos que decía: "Este es Mi Hijo amado en quien Me he complacido."

IV

El diablo pone a prueba a Jesús:
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu (Santo) al desierto para ser tentado (puesto a prueba) por el diablo.
Después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre. Y acercándose el tentador, Le dijo: Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan. Pero Jesús le respondió: “Escrito está: NO SOLO DE PAN VIVIRA EL HOMBRE, SINO DE TODA PALABRA QUE SALE DE LA BOCA DE DIOS.”
Entonces el diablo Lo llevó a la ciudad santa, y Lo puso sobre el pináculo del templo, y Le dijo: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está: 'A SUS ANGELES TE ENCOMENDARA,' Y: 'EN LAS MANOS TE LLEVARAN, NO SEA QUE TU PIE TROPIECE EN PIEDRA. Jesús le contestó: "También está escrito: 'NO TENTARAS (NO PONDRAS A PRUEBA) AL SEÑOR TU DIOS.'"
Otra vez el diablo Lo llevó a un monte muy alto, y Le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y Le dijo: Todo esto Te daré, si Te postras y me adoras. Entonces Jesús le dijo: “¡Vete, Satanás! Porque escrito está: 'AL SEÑOR TU DIOS ADORARAS, Y SOLO A EL SERVIRAS (rendirás culto).” El diablo entonces Lo dejó; y al instante, unos ángeles vinieron y Le servían.

Comienzo del ministerio de Jesús:
Cuando Jesús oyó que Juan había sido encarcelado, regresó a Galilea. Saliendo de Nazaret, fue a vivir en Capernaúm, que está junto al mar, en la región de Zabulón y de Neftalí; para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo: ¡TIERRA DE ZABULON Y TIERRA DE NEFTALI, CAMINO DEL MAR, AL OTRO LADO DEL JORDAN, GALILEA DE LOS GENTILES (DE LAS NACIONES)! EL PUEBLO ASENTADO EN TINIEBLAS VIO UNA GRAN LUZ, Y A LOS QUE VIVIAN EN REGION Y SOMBRA DE MUERTE, UNA LUZ LES RESPLANDECIO.
Desde entonces Jesús comenzó a predicar: "Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado."

Jesús llama a cuatro pescadores:
Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando una red al mar, porque eran pescadores. Y les dijo: "Vengan en pos de Mí, y Yo los haré pescadores de hombres." Entonces ellos, dejando al instante las redes, Lo siguieron. Y pasando de allí, Jesús vio a otros dos hermanos, Jacobo (Santiago), hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con su padre Zebedeo, remendando sus redes, y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, Lo siguieron.

Jesús enseña y sana a mucha gente:
Y Jesús iba por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio (las buenas nuevas) del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Se extendió Su fama por toda Siria; y traían a Él todos los que estaban enfermos, afectados con diversas enfermedades y dolores, los endemoniados, epilépticos y paralíticos, y Él los sanaba. Y Lo siguieron grandes multitudes de Galilea, Decápolis, Jerusalén y Judea, y del otro lado del Jordán.

V

EL SERMÓN DEL MONTE
Cuando Jesús vio a las multitudes, subió al monte; y después de sentarse, Sus discípulos se acercaron a Él.
Y abriendo Su boca, les enseñaba, diciendo:

Las bienaventuranzas:
"Bienaventurados (Felices) los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.
"Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.
"Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra.
"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.
"Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia.
"Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.
"Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.
"Bienaventurados aquéllos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.
"Bienaventurados serán cuando los insulten y persigan, y digan todo género de mal contra ustedes falsamente, por causa de Mí.
"Regocíjense y alégrense, porque la recompensa de ustedes en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que ustedes”.

Sal y luz del mundo:
“Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya no sirve para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres”.
“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija (un almud), sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. "Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos”.

Jesús enseña sobre la Ley:
“No piensen que he venido para poner fin a la Ley o a los Profetas; no he venido para poner fin, sino para cumplir. Porque en verdad les digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la Ley hasta que toda se cumpla. Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos”.

Jesús enseña una justicia superior:
“Porque les digo a ustedes que si su justicia no supera la de los escribas y Fariseos, no entrarán en el reino de los cielos”.

1.      Sobre la ira, enojo, homicidio:
“Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: 'NO MATARAS' y: 'Cualquiera que cometa homicidio será culpable (responsable) ante la corte.' Pero Yo les digo que todo aquél que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: 'Insensato (Inútil)' a su hermano, será culpable ante la corte suprema (el Sanedrín); y cualquiera que diga: 'Idiota,' será merecedor del infierno de fuego. Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Ponte de acuerdo pronto con tu adversario mientras vas con él por el camino, no sea que tu adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y seas echado en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo”.

2.     Sobre el adulterio:
“Ustedes han oído que se dijo: 'NO COMETERAS ADULTERIO.' Pero Yo les digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón”.
“Si tu ojo derecho te hace pecar, arráncalo y tíralo; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te hace pecar, córtala y tírala; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno”.

3.     Sobre el divorcio:
“También se dijo: 'CUALQUIERA QUE REPUDIE A SU MUJER, QUE LE DE CARTA DE DIVORCIO.' "Pero Yo les digo que todo el que se divorcia de su mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio; y cualquiera que se casa con una mujer divorciada, comete adulterio”.

4.     Sobre el juramento:
“También han oído que se dijo a los antepasados: 'NO JURARAS FALSAMENTE, SINO QUE CUMPLIRAS TUS JURAMENTOS AL SEÑOR.' Pero Yo les digo: no juren de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de Sus pies; ni por Jerusalén, porque es LA CIUDAD DEL GRAN REY. Ni jurarás por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello. Antes bien, sea el hablar de ustedes: 'Sí, sí' o 'No, no'; porque lo que es más de esto, procede del mal (del maligno)”.

5.     Sobre la venganza:
“Ustedes han oído que se dijo: 'OJO POR OJO Y DIENTE POR DIENTE.' Pero Yo les digo: no resistan al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Al que quiera ponerte pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa. Y cualquiera que te obligue a ir un kilómetro, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que desee pedirte prestado no le vuelvas la espalda”.

6.     Sobre el amor a los enemigos:
“Ustedes han oído que se dijo: 'AMARAS A TU PROJIMO y odiarás a tu enemigo.' "Pero Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, para que ustedes sean hijos de su Padre que está en los cielos; porque Él hace salir Su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa tienen? ¿No hacen también lo mismo los recaudadores de impuestos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen más que otros? ¿No hacen también lo mismo los Gentiles (los paganos)? Por tanto, sean ustedes perfectos como su Padre celestial es perfecto”.

VI

Jesús enseña sobre tres prácticas de piedad:
“Cuídense de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no tendrán recompensa de su Padre que está en los cielos”.

  1. Sobre la limosna:
“Por eso, cuando des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”.

  1. Sobre la oración:
“Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Y al orar, no usen ustedes repeticiones sin sentido, como los Gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería. Por tanto, no se hagan semejantes a ellos; porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes que ustedes lo pidan.
Ustedes, pues, oren de esta manera: 'Padre nuestro que estás en los cielos, Santificado sea Tu nombre. 'Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad, Así en la tierra como en el cielo. 'Danos hoy el pan nuestro de cada día. 'Y perdónanos nuestras deudas (ofensas, pecados), como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores (los que nos ofenden, nos hacen mal). 'Y no nos metas (no nos dejes caer) en tentación, sino líbranos del mal (del maligno). Porque Tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén.'
Porque si ustedes perdonan a los hombres sus transgresiones (faltas, delitos), también su Padre celestial les perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los hombres, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus transgresiones (faltas, delitos)”.

  1. Sobre el ayuno:
“Y cuando ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas; porque ellos desfiguran sus rostros para mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no hacer ver a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”.

La verdadera riqueza:
“No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban; sino acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban; porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”.

La lámpara del cuerpo:
“La lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad!”

Dios y las riquezas:
“Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o apreciará a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas”.

Las preocupaciones (Dios cuida a sus hijos):
“Por eso les digo, no se preocupen por su vida, qué comerán o qué beberán; ni por su cuerpo, qué vestirán. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mucho más valor que ellas? ¿Quién de ustedes, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida? Y por la ropa, ¿por qué se preocupan? Observen cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan. Pero les digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si Dios así viste la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará El mucho más por ustedes, hombres de poca fe? Por tanto, no se preocupen, diciendo: '¿Qué comeremos?' o '¿qué beberemos?' o '¿con qué nos vestiremos?' Porque los Gentiles (los paganos) buscan ansiosamente todas estas cosas; que el Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. Pero busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por tanto, no se preocupen por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástenle a cada día sus propios problemas”.

VII

No juzgar a los demás :
“No juzguen para que no sean juzgados. Porque con el juicio con que ustedes juzguen, serán juzgados; y con la medida con que midan, se les medirá. ¿Por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: 'Déjame sacarte la mota del ojo,' cuando la viga está en tu ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano. No den lo santo a los perros, ni echen sus perlas delante de los cerdos, no sea que las huellen con sus patas, y volviéndose los despedacen a ustedes”.

Pedir, buscar y llamar a la puerta (La oración, y la regla de oro) :
“Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O qué hombre hay entre ustedes que si su hijo le pide pan, le dará una piedra, o si le pide un pescado, le dará una serpiente?”
“Pues si ustedes, siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que Le piden? Por eso, todo cuanto quieran que los hombres les hagan, así también hagan ustedes con ellos, porque ésta es la Ley y los Profetas”.

La puerta angosta (estrecha) :
“Entren por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición (destrucción), y muchos son los que entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”.

Por sus frutos los conocerán :
“Cuídense de los falsos profetas, que vienen a ustedes con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. Así que, por sus frutos los conocerán”.

Jamás los conocí :
“No todo el que Me dice: 'Señor, Señor,' entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos”.
“Muchos Me dirán en aquel día: 'Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchos milagros?' Entonces les declararé: 'Jamás los conocí; APARTENSE DE MI, LOS QUE PRACTICAN LA INIQUIDAD.'”

Dos clases de personas (Los dos cimientos) :
“Por tanto, cualquiera que oye estas palabras Mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca.
“Todo el que oye estas palabras Mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción."
Cuando Jesús terminó estas palabras, las multitudes se admiraban de Su enseñanza; porque les enseñaba como Uno que tiene autoridad, y no como sus escribas.
(Fin del Sermón del Monte)

VIII

Jesús sana a un leproso :
Cuando Jesús bajó del monte, grandes multitudes Lo seguían. Y se acercó un leproso y se postró ante El, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: "Quiero; sé limpio." Y al instante quedó limpio de su lepra. Entonces Jesús le dijo: "Mira, no se lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio a ellos."

Jesús sana al criado de un centurión :
Al entrar Jesús en Capernaúm, se acercó un centurión y Le suplicó: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, sufriendo mucho. Y Jesús le dijo: "Yo iré y lo sanaré." Pero el centurión respondió: Señor, no soy digno de que Tú entres bajo mi techo; solamente di la palabra y mi criado quedará sano. Porque yo también soy hombre bajo autoridad, con soldados a mis órdenes; y digo a éste: 'Ve,' y va; y al otro: 'Ven,' y viene; y a mi siervo: 'Haz esto,' y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que Lo seguían: "En verdad les digo que en Israel no he hallado en nadie una fe tan grande. Y les digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. Pero los hijos del reino serán arrojados a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes." Entonces Jesús dijo al centurión: "Vete; así como has creído, te sea hecho." Y el criado fue sanado en esa misma hora.

Jesús sana a la suegra de Pedro :
Cuando Jesús llegó a casa de Pedro, vio a la suegra de éste que estaba en cama con fiebre. Le tocó la mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó y Le servía.

Jesús sana a mucha gente :
Y al atardecer, Le trajeron muchos endemoniados; y expulsó a los espíritus con Su palabra, y sanó a todos los que estaban enfermos, para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías cuando dijo: "EL TOMO NUESTRAS FLAQUEZAS Y LLEVO NUESTRAS ENFERMEDADES."

Para seguir a Jesús :
Viendo Jesús una multitud a Su alrededor, dio orden de pasar al otro lado del mar. Y un escriba se acercó y Le dijo: Maestro, Te seguiré adondequiera que vayas. Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras (cuevas) y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza."
Otro de los discípulos Le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. Pero Jesús le contestó: "Ven tras Mí, y deja que los muertos entierren a sus muertos."

Jesús calma la tormenta :
Cuando entró Jesús en la barca, Sus discípulos Lo siguieron. Y de pronto se desató una gran tormenta en el mar de Galilea, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús estaba dormido.
Llegándose a Él, Lo despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos , que perecemos! Y El les contestó: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?" Entonces Jesús se levantó, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma.  
Los hombres se maravillaron, y decían: "¿Quién es Este, que aun los vientos y el mar Lo obedecen?"

Dos hombres con muchos demonios :
Al llegar Jesús al otro lado, a la tierra de los Gadarenos, fueron a Su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, violentos en extremo, de manera que nadie podía pasar por aquel camino. Y gritaron: ¿Qué hay entre Tú y nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes del tiempo (designado para el juicio)? A cierta distancia de ellos estaba paciendo una manada de muchos cerdos; y los demonios Le rogaban: Si vas a echarnos fuera, mándanos a la manada de cerdos. ¡Vayan! les dijo Jesús. Y ellos salieron y entraron en los cerdos; y la manada entera se precipitó por un despeñadero al mar, y perecieron en las aguas. Los que cuidaban la manada huyeron; y fueron a la ciudad y lo contaron todo, incluso lo de los endemoniados. Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando Lo vieron, Le rogaron que se fuera de su región.

IX

Jesús perdona y sana a un paralitico :
Subiendo Jesús en una barca, pasó al otro lado del mar y llegó a Su ciudad. Y Le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: "Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados." Y algunos de los escribas decían para sí: Este blasfema. Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: "¿Por qué piensan mal en sus corazones? Porque, ¿qué es más fácil, decir: 'Tus pecados te son perdonados,' o decir: 'Levántate, y anda'? Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados," entonces dijo al paralítico: "Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa." Y levantándose, el paralítico se fue a su casa.
Pero cuando las multitudes vieron esto, sintieron temor, y glorificaron a Dios, que había dado tal poder (autoridad) a los hombres.

Jesús llama a Mateo :
Cuando Jesús se fue de allí, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo: "¡Ven tras Mí!" Y levantándose, Lo siguió. Y estando El sentado a la mesa en la casa, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y se sentaron a la mesa con Jesús y Sus discípulos.
Cuando los Fariseos vieron esto, dijeron a Sus discípulos: ¿Por qué come su Maestro con los recaudadores de impuestos y pecadores? Al oír Jesús esto, dijo: "Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. Pero vayan, y aprendan lo que significa: 'MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIO'; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores."

Jesús enseña sobre el ayuno :
Entonces los discípulos de Juan se acercaron a Jesús, diciendo: ¿Por qué nosotros y los Fariseos ayunamos, pero Tus discípulos no ayunan? Y Jesús les respondió: "¿Acaso los acompañantes del novio pueden estar de luto mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo; porque el remiendo al encogerse tira del vestido y se produce una rotura peor. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan."

Una niña muerta y una mujer con flujo de sangre :
Mientras Jesús les decía estas cosas, vino un oficial de la sinagoga y se postró delante de Él, diciendo: Mi hija acaba de morir; pero ven y pon Tu mano sobre ella, y vivirá. Levantándose Jesús, lo siguió, y también Sus discípulos.
Y una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se Le acercó por detrás y tocó el borde de Su manto; pues decía para sí: Si tan sólo toco Su manto, sanaré. Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: "Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado." Y al instante la mujer quedó sana.
Cuando Jesús entró en la casa del oficial, y vio a los flautistas y al gentío en ruidoso desorden, les dijo: "Retírense, porque la niña no ha muerto, sino que está dormida." Y se burlaban de Él. Pero cuando habían echado fuera a la gente, El entró y la tomó de la mano; y la niña se levantó.
 Y esta noticia (fama) se difundió por toda aquella tierra.

Jesús sana a dos ciegos :
Al irse Jesús de allí, dos ciegos Lo siguieron, gritando: ¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros! Después de entrar en la casa, se acercaron a Él los ciegos, y Jesús les dijo: "¿Creen que puedo hacer esto?" Sí, Señor, Le respondieron. Entonces les tocó los ojos, diciendo: "Hágase en ustedes según su fe." Y se les abrieron los ojos. Y Jesús les advirtió rigurosamente: "Miren que nadie lo sepa." Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron Su fama por toda aquella tierra.

Jesús sana a un mudo endemoniado :
Al salir ellos de allí, Le trajeron un mudo endemoniado. Después que el demonio había sido expulsado, el mudo habló; y las multitudes se maravillaban, y decían: Jamás se ha visto cosa igual en Israel. Pero los Fariseos decían: "El echa fuera los demonios por el príncipe de los demonios."

Jesús tiene compasión por la gente (La cosecha es mucha) :
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a Sus discípulos: "La cosecha es mucha, pero los obreros pocos. Por tanto, pidan al Señor de la cosecha que envíe obreros a Su cosecha."

X

Jesús escoge a los doce apóstoles :
Llamando a Sus doce discípulos, Jesús les dio poder (autoridad) sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.
Los nombres de los doce apóstoles son éstos: primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; y Jacobo (Santiago), el hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Jacobo (Santiago), el hijo de Alfeo, y Tadeo;  Simón el Cananita (el Zelote), y Judas Iscariote, el que también Lo entregó.

Jesús instruye y envía a los apóstoles :
A estos doce envió Jesús después de instruirlos, diciendo: “No vayan por el camino de los Gentiles ni entren en ninguna ciudad de los Samaritanos. Si no vayan más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y cuando vayan, prediquen diciendo: 'El reino de los cielos se ha acercado.' Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios; de gracia recibieron, den de gracia. No se provean de oro, ni de plata, ni de cobre para llevar en sus cintos, ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de sandalias, ni de bordón; porque el obrero es digno de su sostén. En cualquier ciudad o aldea donde entren, averigüen quién es digno en ella, y quédense allí hasta que se marchen. Al entrar en la casa, denle su saludo de paz . Y si la casa es digna, que su saludo de paz venga sobre ella; pero si no es digna, que su saludo de paz se vuelva a ustedes. Cualquiera que no los reciba ni oiga sus palabras, al salir de esa casa o de esa ciudad, sacudan el polvo de sus pies. En verdad les digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y Gomorra que para esa ciudad”.

Advertencia sobre el peligro (Persecuciones) :
“Miren, Yo los envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sean astutos como las serpientes e inocentes como las palomas. Pero cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales (sanedrines) y los azotarán en sus sinagogas; y hasta serán llevados delante de gobernadores y reyes por Mi causa, como un testimonio a ellos y a los Gentiles. Pero cuando los entreguen, no se preocupen de cómo o qué hablarán; porque a esa hora se les dará lo que habrán de hablar. Porque no son ustedes los que hablan, sino el Espíritu de su Padre que habla en ustedes”. 
“El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte. Y serán odiados de todos por causa de Mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo. Pero cuando los persigan en esta ciudad, huyan a la otra; porque en verdad les digo, que no terminarán de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre”.
“Un discípulo no está por encima del maestro, ni un siervo por encima de su señor. Le basta al discípulo llegar a ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al dueño de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su casa!”

Consejos (Hablar sin temor) :
“Así que no les tengan miedo, porque nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse. Lo que les digo en la oscuridad, háblenlo en la luz; y lo que oyen al oído, proclámenlo desde las azoteas”.
“No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien teman a Aquél que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno. ¿No se venden dos pajarillos por una monedita? Y sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo el Padre. Y hasta los cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados. Así que no teman; ustedes valen más que muchos pajarillos”.

Reconocer a Jesucristo delante de los hombres :
“Por tanto, todo el que Me confiese delante de los hombres, Yo también lo confesaré delante de Mi Padre que está en los cielos. Pero cualquiera que Me niegue delante de los hombres, Yo también lo negaré delante de Mi Padre que está en los cielos”.

Jesús advierte a sus discípulos (Jesús, causa de división) :
“No piensen que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz, sino espada. Porque vine a PONER AL HOMBRE CONTRA SU PADRE, A LA HIJA CONTRA SU MADRE, Y A LA NUERA CONTRA SU SUEGRA; y LOS ENEMIGOS DEL HOMBRE serán LOS DE SU MISMA CASA”.
“El que ama al padre o a la madre más que a Mí, no es digno de Mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a Mí, no es digno de Mí”.
“Y el que no toma su cruz y sigue en pos de Mí, no es digno de Mí. El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por Mi causa, la hallará”.

Recompensas :
“El que los recibe a ustedes, Me recibe a Mí; y el que Me recibe a Mí, recibe al que Me envió. El que recibe a un profeta como profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo como justo, recibirá recompensa de justo. Y cualquiera que como discípulo dé a beber aunque sólo sea un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, en verdad les digo que no perderá su recompensa”.

XI
Los mensajeros de Juan el bautista :
Y sucedió que cuando Jesús terminó de dar instrucciones a Sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y predicar en las ciudades de ellos.
Al oír Juan en la cárcel de las obras de Cristo (el Mesías), mandó por medio de sus discípulos a decir a Jesús: ¿Eres Tú el que ha de venir, o esperaremos a otro? Jesús les respondió: "Vayan y cuenten a Juan lo que oyen y ven: los CIEGOS RECIBEN LA VISTA y los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los POBRES SE LES ANUNCIA EL EVANGELIO (LAS BUENAS NUEVAS). Y bienaventurado es el que no se escandaliza de Mí."
Mientras ellos (los discípulos de Juan) se iban, Jesús comenzó a hablar a las multitudes acerca de Juan: "¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? Pero, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con ropas finas? Miren, los que usan ropas finas están en los palacios de los reyes. Pero, ¿qué salieron a ver? ¿A un profeta? Sí, les digo, y uno que es más que un profeta. Este es de quien está escrito: 'HE AQUI, YO ENVIO MI MENSAJERO DELANTE DE TI, QUIEN PREPARARA TU CAMINO DELANTE DE TI.' En verdad les digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza. Porque todos los profetas y la Ley profetizaron hasta Juan. Y si quieren aceptarlo, él es Elías, el que había de venir. El que tiene oídos, que oiga. Pero, ¿con qué compararé a esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, que dan voces a los otros, y dicen: 'Les tocamos la flauta, y no bailaron; entonamos endechas (cantos fúnebres), y no se lamentaron.' Porque vino Juan que no comía ni bebía, y dicen: 'Tiene un demonio.' Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: 'Miren, un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores.' Pero la sabiduría se justifica por sus hechos."

Jesús reprende a las ciudades que no se arrepintieron :
Entonces Jesús comenzó a reprender a las ciudades en las que había hecho la mayoría de Sus milagros, porque no se habían arrepentido: “¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros que se hicieron en ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se hubieran arrepentido en cilicio y ceniza. Por eso les digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón que para ustedes. Y tú, Capernaum, ¿acaso serás elevada hasta los cielos? ¡Hasta el Hades (región de los muertos) descenderás! Porque si los milagros que se hicieron en ti se hubieran hecho en Sodoma, ésta hubiera permanecido hasta hoy. Sin embargo, les digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma que para ti."

Solo el Hijo sabe quién es el Padre :
En aquel tiempo, Jesús dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así fue de Tu agrado. Todas las cosas Me han sido entregadas por Mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar”.

Vengan a Mí y los haré descansar :
"Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar. Tomen Mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, que Yo soy manso y humilde de corazón, y HALLARAN DESCANSO PARA SUS ALMAS. Porque Mi yugo es fácil y Mi carga ligera."

XII

Los discípulos arrancan espigas de trigo en sábado :
Por aquel tiempo Jesús pasó por entre los sembrados en el día de reposo; Sus discípulos tuvieron hambre, y empezaron a arrancar espigas y a comer. Cuando los Fariseos lo vieron, dijeron: Mira, Tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. Pero Él les contestó: "¿No han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, que no les era lícito comer, ni a él ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes? ¿O no han leído en la Ley, que en los días de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo y están sin culpa? Pues les digo que algo mayor que el templo está aquí. Pero si ustedes hubieran sabido lo que esto significa: 'MISERICORDIA (COMPASION) QUIERO Y NO SACRIFICIO,' no hubieran condenado a los inocentes. Porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo."

Jesús sana a un enfermo (Mano seca) en sábado :
Pasando de allí, entró en la sinagoga de ellos. Y allí estaba un hombre que tenía una mano seca (paralizada). Y para poder acusar a Jesús, le preguntaron: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? Y El les respondió: "¿Qué hombre habrá de ustedes que tenga una sola oveja, si ésta se le cae en un hoyo en el día de reposo, no le echa mano y la saca? Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en el día de reposo." Entonces Jesús dijo al hombre: "Extiende tu mano." Y él la extendió, y le fue restaurada, sana como la otra. Pero cuando los Fariseos salieron, hicieron planes contra Él, para ver cómo Lo podrían destruir.

Jesús, servidor de Dios (Cumplimiento de la promesa) :
Pero Jesús, sabiéndolo, se retiró de allí. Y muchos Lo siguieron, y los sanó a todos. Y les advirtió que no revelaran quién era Él; para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo: ESTE ES MI SIERVO, A QUIEN HE ESCOGIDO; MI AMADO EN QUIEN SE AGRADA MI ALMA; SOBRE EL PONDRE MI ESPIRITU, Y A LAS NACIONES (LOS GENTILES) PROCLAMARA JUSTICIA. NO CONTENDERA, NI GRITARA, NI HABRA QUIEN EN LAS CALLES OIGA SU VOZ. NO QUEBRARA LA CAÑA CASCADA, NI APAGARA LA MECHA QUE HUMEA, HASTA QUE LLEVE A LA VICTORIA LA JUSTICIA. Y EN SU NOMBRE LAS NACIONES (LOS GENTILES) PONDRAN SU ESPERANZA."

Jesús sana a un endemoniado, ciego y mudo :
Entonces trajeron a Jesús un endemoniado ciego y mudo, y lo sanó, de manera que el mudo hablaba y veía. Todas las multitudes estaban asombradas, y decían: ¿Acaso no es éste el Hijo de David?

Acusación contra Jesús :
Pero cuando los Fariseos lo oyeron, dijeron: Este no expulsa los demonios sino por Beelzebú, el príncipe de los demonios. Conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: "Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no se mantendrá en pie. Si Satanás expulsa a Satanás, está dividido contra sí mismo; ¿cómo puede entonces mantenerse en pie su reino? Y si Yo expulso los demonios por Beelzebú, ¿por quién los expulsan los hijos de ustedes? Por tanto, ellos serán sus jueces. Pero si Yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a ustedes. ¿O cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata? Y entonces saqueará su casa”.

El que no está Conmigo está contra MÍ :


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EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO

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