La oración es la expresión de mi corazón que anhela comunicarse con Dios, y lo busca con esmero para reconocer su dependencia de El.  Es también la respuesta al deseo del Padre de que permanezca en su presencia.  

El salmista consciente de la necesidad que tenemos todos de tener un amigo que nunca nos falle exclamó  "Todo lo que respira alabe a Dios" Salmo 150-61.             

 

La oración es lo que determina el crecimiento de nuestra relación con Dios.  Dios es tan hermoso que El siempre toma la iniciativa de estar en comunicación con nosotros, por ese motivo nos entregó la oración y es la única heramienta que tenemos para hablar con El y contarle como nos sentimos.   

Por eso debemos acercarnos confiadamente al trono de su gracia para alcanzar misericordia y hallar oportuno socorro (Hebreos 4:16), de esta manera usted puede estar cerca de El en cualquier momento las 24 horas al día y dejarle ver su corazón, sus pensamientos, sus sueños, sus problemas o circunstancias que esté atravesando en ese momento, tambien alabarle, darle gracias y exaltar su nombre. 

Aún en condición de pecador nos podemos acercar a Dios  por medio de la oración y confiar en que El escuchará su clamor y atenderá a sus súplicas, como dice su palabra en Jeremias 29:12-13 Entonces me invocareis y orareis a mi y yo os oiré y me buscareis y me hallarás porque me buscareis de todo vuestro corazón.

Te invito a que en este momento y cada día apartes un tiempo con Dios para orar, no es necesario tener palabras elocuentes, solo cuéntale como te sientes, como el mejor amigo, derrama tu corazón delante de El y te aseguro que saldrás renovado.  Comienza con 15 minutos diarios y notarás la diferencia cada día.